RÍO DE JANEIRO, Brasil (AFP-NA-Medios Digitales). Francisco, el “papa de los pobres”, reclamó el jueves en la empobrecida favela de Varginha la inclusión social de los más desposeídos y urgió a los jóvenes a no desanimarse por la corrupción, tras las masivas manifestaciones que sacudieron recientemente Brasil.El papa afirmó que la “pacificación” de las barriadas pobres de Río de Janeiro, emprendida por el Estado para arrebatar su control a narcotraficantes y milicias parapoliciales, no durará si la sociedad brasileña margina a sus pobres, y pidió a los gobernantes trabajar “por un mundo más justo y más solidario”.“Ningún esfuerzo de pacificación será duradero, ni habrá armonía y felicidad para una sociedad que ignora, que margina y abandona en la periferia una parte de sí misma”, dijo el papa al visitar esta favela de la zona norte de Río, “pacificada” hace menos de un año, donde fue aclamado por miles de personas pese a la lluvia y el frío.“Una sociedad así, simplemente se empobrece a sí misma; más aún, pierde algo que es esencial para ella”, añadió desde el techo de una casa precaria ubicada frente al enlodado campo de fútbol de la favela, donde se apiñaban unas 25.000 personas.Al mismo tiempo, reconoció los esfuerzos de integración de los pobres por parte de los últimos gobiernos brasileños.“Deseo alentar los esfuerzos que la sociedad brasileña está haciendo para integrar todas las partes de su cuerpo, incluidas las que más sufren o están necesitadas, a través de la lucha contra el hambre y la miseria”.Bajo los gobiernos de Luiz Inacio Lula de Silva y Dilma Rousseff, 40 millones de brasileños salieron de la pobreza, según cifras oficiales.No obstante, alentó a los jóvenes “y a todos” a no perder la esperanza frente a la corrupción, un mal endémico que carcome a Brasil y a la mayoría de los países de América Latina.“Queridos jóvenes, ustedes tienen una especial sensibilidad ante la injusticia, pero a menudo se sienten defraudados por los casos de corrupción, por las personas que, en lugar de buscar el bien común, persiguen su propio interés”, dijo.“A ustedes y todos les repito: nunca se desanimen, no pierdan la confianza, no dejen que la esperanza se apague”, añadió.Antes de ser elegido Papa, el ex arzobispo de Buenos Aires solía visitar villas de la Capital Federal y el paso que realizó ayer a la favela brasileña tiene un simbolismo especial para la Iglesia Católica, que fue perdiendo fieles en los barrios humildes cariocas a manos de la Iglesia Evangélica.Tras salir de la iglesia, bajo una lluvia intensa, el Santo Padre hizo una caminata por el barrio, donde recibió una bufanda con los colores de San Lorenzo, el club de fútbol de sus amores, besó y dio la bendición a niños, cuyas madres le acercaban.Francisco ingresó a casas situadas en Varginha, donde conversó con las familias, mientras en las calles los pobladores exclamaban por su nombre. Se puso un collar de flores que le regalaron, bendijo el nuevo altar de la humilde iglesia, aún en construcción, y entró en una casa donde viven siete personas de varias generaciones.Ciudadano de Río de JaneiroEl papa Francisco recibió a las llaves simbólicas de Río de Janeiro y realizó una bendición en castellano en la comuna de esa ciudad brasileña.El Sumo Pontífice fue recibido por el alcalde de Río de Janeiro, Eduardo Paes, quien le entregó las llaves hechas de plata.Además, al Papa le obsequiaron remeras de fútbol de equipos locales y saludó a deportistas que estaban en la sede municipal.Luego, Francisco salió a un balcón que da a los jardines del palacio comunal y en idioma español realizó una bendición a los asistentes. “Muchas gracias por estar aquí en este momento, de corazón les doy a todos ustedes, sus amigos y familias la bendición”, expresó el Papa.Tras esa ceremonia bendijo las banderas del Mundial de Fútbol Brasil 2014 y de las Olimpiadas 2016 Río de Janeiro, como así también dos figuras religiosas que le acercaron.En la cuenta oficial del Papa en la red Twitter se transmitió el siguiente mensaje: “Que el deporte sea siempre instrumento de intercambio y superación y nunca de violencia y odio”.Por Renzo, caminando a Río Alberto Pérez, el joven chaqueño que llegó caminando a Brasil como sacrificio por la salud del niño correntino Renzo Antonelli, quien fue trasplantado de corazón, esperaba ayer ver al papa Francisco en la catedral de esta ciudad, donde el sumo pontífice se reuniría con peregrinos argentinos.En diálogo con DyN, Pérez expresó tener “muchas expectativas de ingresar al templo y encontrarse con el Papa”, aunque aclaró que “no importa” si no puede verlo cara a cara, porque lo “puede encontrar en cualquier otra parte del mundo”.“Tomé la decisión de caminar para venir a la Jornada Mundial de la Juventud como manera de sacrificio para alguien que está sufriendo como nos pidió el Papa”, remarcó Pérez.Pérez salió de la ciudad chaqueña de Resistencia el pasado 9 de mayo y arribó un mes después a Río de Janeiro tras una larga travesía con algunos inconvenientes.Contó que estuvo a punto de ser asaltado por delincuentes tres veces, pero aseguró que “rezando” a Dios, finalmente no le pasó nada.Antonelli, de dos años, trasplantado en el hospital Garrahan, de la ciudad de Buenos Aires, sufrió en los últimos días un nuevo paro cardíaco.Este es el segundo paro que sufre el niño desde que fue trasplantado el 6 de junio pasado, ya que el 20 de ese mes tuvo un episodio similar que complicó nuevamente su salud, aunque los médicos lograron reanimarlo.





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