ELDORADO. Al menos cuatro criminales, encapuchados y armados hasta los dientes, asaltaron a un empresario maderero y a su esposa en el interior de su casa y escaparon con un botín estimado en $150 mil y joyas, informó el departamento Prensa de Jefatura.El violento y preocupante episodio delictivo se produjo el lunes alrededor de las 19.30, pero la Policía lo dio a conocer recién en la jornada de ayer. Tal vez confiaba en arrestar a un sospechoso, cosa que al menos hasta anoche, a 24 horas del golpe, no había sucedido.El empresario maderero fue identificado como Gregorio Méndez, quien fue duramente golpeado por los asaltantes para que confesara dónde escondía el dinero.La violencia fue inusual. El hombre fue internado durante horas en el hospital Samic de Eldorado.Los criminales actuaron sobre seguro. Para los investigadores, aquellos que se preocupan por trabajar y no en ocultar un delito, sabían que en la casa había dinero y fueron por él, a todo o nada. Aguardaron a las víctimas afuera y cuando llegaron, las abordaron sin titubeos ni contemplaciones.El episodioEran alrededor de las 19.30 cuando Méndez llegó en coche, acompañado de su esposa, a la casa ubicada en el Kilómetro 11 de Eldorado, una zona conocida como barrio Parque.Abrió el portón e ingresó a la propiedad. Ni bien puso un pie en el piso, fue abordado por tres temibles delincuentes que no dudaron en golpearlo para anular cualquier intento de reacción.No tardaron tampoco en reducir a la dueña de casa: no necesitaron gritar ni hacer ruido. Desenfundar las armas de fuego fue suficiente para ingresar al chalet.Allí continuaron agrediendo al dueño de casa y no pararon hasta apoderarse de los 150.000 pesos y alhajas de incalculable valor.Antes de escapar, maniataron a Méndez y a la mujer, principalmente para que pudieran escapar sin mayores contratiempos.Todo indica que cuatro malvivientes intervinieron en el asalto tipo comando, al menos en forma directa. Tres ingresaron a la propiedad y un cuarto habría aguardado afuera, al volante de un coche en el que habrían escapado sin dejar rastros, señaló una fuente consultada por PRIMERA EDICIÓN.En un escueto comunicado, la Policía omitió informar respecto de cómo se liberaron las víctimas, cuánto tiempo permanecieron maniatadas y a qué hora dieron aviso a los investigadores.PericiasTras la correspondiente denuncia, una comitiva de la Policía Científica, dependiente de la Unidad Regional III, se hizo presente en el escenario del hecho y realizó las pericias de rigor, en busca de alguna pista de los responsables.Trascendió que la propiedad del empresario cuenta con sistema de alarmas y rejas, por lo que se presume que los ladrones efectuaron un minucioso trabajo de inteligencia para determinar el modo más conveniente de ingresar a la misma.Así decidieron que la única manera era abordar a las víctimas cuando llegaran en el automóvil.Pese al marcado hermetismo policial, hasta anoche, al cierre de esta edición, no había detenidos en averiguación del hecho.Se labran actuaciones en la comisaría seccional Tercera de Eldorado, en una causa caratulada, prima facie, como “robo a mano armada, en poblado y en banda”, con conocimiento del Juzgado de Instrucción 1 de esa ciudad, a cargo por subrogación legal de la jueza Correccional y de Menores Mirtha Elvia Saucedo de Bertolo Andino, indicó un informante. Falta de astuciaPRIMERA EDICIÓN se comunicó con la Unidad Regional III para averiguar la identidad de las víctimas de este lamentable episodio, que los mismos investigadores mantuvieron en secreto durante la noche del lunes y recién ayer lo dieron a conocer.Quizás estaban confiados en poder atrapar a algún sospechoso, pero no sucedió ni por asomo.Lo curioso de todo fue que en un contacto telefónico, mientras este diario preguntaba por la identidad del empresario, del otro lado se escuchaba por lo bajo “no, no, no, no le digas”.Si la Policía se maneja con esa astucia en cada investigación, entonces es entendible la cantidad de causas impunes que navegan a la deriva y sin rumbo en los archivos policiales y judiciales.La reticencia policial de brindar la información completa guarda relación con la intención de intentar ocultar un hecho grave como este que con ayudar a las víctimas. Una práctica que se creía desterrada.





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