POSADAS. El cigarrillo mata a uno de cada dos fumadores. En Argentina, cada día mueren 111 personas por esta droga legal y socialmente aceptada que causa 17 enfermedades, entre ellas, cáncer de pulmón y boca, asma y rinitis. Lo grave es que pone en riesgo la vida de miles de niños que diariamente son expuestos a respirar el aire de sus casas contaminado por el cigarrillo y/o a soportar que sus padres les “fumen en la cara”. Cuatro de cada diez niños que se atienden en el Hospital Pediátrico de Posadas son fumadores pasivos porque viven con adultos fumadores. Para el doctor Guillermo Frada, responsable del Departamento Clínico de dicho nosocomio esta situación “es preocupante”. “La salud de los niños es más vulnerable. Si el padre y/o la madre fuman, el hijo es fumador pasivo ya sea que fumen delante de él o no, porque el cigarrillo se impregna en la casa, en el auto, en la ropa, en la piel, y el niño está en contacto con todo eso”, indicó el médico en diálogo con PRIMERA EDICIÓN.Más ataques de asma e infecciones respiratoriasEl humo del cigarrillo se deposita en la piel de los niños, les irrita los ojos, y viaja por las vías respiratorias. Según indicó Frada, esto aumenta los ataques de asma en los niños que la padecen, provoca bronquitis crónica y aumenta la secreción de catarro generando infecciones que pueden derivar en graves cuadros respiratorios. No es casual que en épocas invernales las guardias pediátricas colapsen de consultas por enfermedades respiratorias, en las cuales, la gran mayoría de los casos atendidos son de estos pequeños fumadores pasivos, fumadores a la fuerza. En relación a los bebés que ya desde la panza están en contacto con las toxinas del cigarrillo porque sus madres fuman, Frada indicó que “tienen mucho más riesgo de prematurez y bajo peso” (además puede provocar la muerte fetal y generar daños neurológicos).Futuros fumadoresSegún una investigación de la revista de Economía y Estadística de Oxford (Estados Unidos) uno de cada cuatro hijos de padres fumadores será fumador. En caso de padres no fumadores, la probabilidad de que el niño sea fumador es la mitad, es decir, uno de cada ocho.La cifra es preocupante. Consideremos que según un relevamiento de la Secretaría de Programación para la Prevención de la Drogadicción y Lucha contra el Narcotráfico (Sedronar), los adolescentes empiezan a fumar -y beber- a partir de los trece años y el nivel de consumo se incrementa a medida que aumenta la edad.Entre espacios públicos y privadosPese a los esfuerzos por lograr espacios públicos 100% libres de humo como medida para disminuir el impacto de esta droga en la salud de los argentinos, el número de muertes por esta causa no disminuye. Cabe observar que si bien en oficinas, universidades, escuelas, casinos, restaurantes y bares de municipios de todo el país está prohibido fumar, el hacerlo en los domicilios particulares o en los autos, corre por cuenta de los adultos de cada familia. En las veredas y plazas, al ser espacios abiertos, sí se puede fumar, pero sería positivo que los padres evitaran hacerlo a escasos centímetros de los rostros de sus hijos, que de esta manera son puestos en riesgo sanitario justamente por las personas que más comprometidas están (o deberían estarlo) en su crianza y cuidado: sus padres.Sobre este hecho, Frada indicó que “cuando los padres traen a sus hijos a consulta, se le hace una pregunta de rigor sobre si fuman o no. En cuatro de cada diez casos, los padres responden que sí fuman. Antes eran más: había entre cinco o seis de cada diez casos, y creemos que en parte, la ley que prohíbe fumar en espacios públicos ayudó a que tomen conciencia, y en muchos casos, dejen de fumar”. Al respecto, cabe señalar que según la Encuesta Mundial de Tabaquismo, en 2012 en Argentina siete de cada diez adultos planeaban dejar de fumar y cinco de cada diez intentaron hacerlo.El costo para la salud públicaEl tabaquismo es el principal causante de las enfermedades respiratorias crónicas (ERC) que se cuentan entre las Enfermedades no Transmisibles. Las ERC son asma, enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), rinitis alérgica, enfermedades pulmonares de origen laboral e hipertensión pulmonar y causan 4 millones de muertes por año. Además provoca nueve tipo de cánceres: de pulmón,vejiga, riñón, labio/oral/faringe, laringe, estómago, esófago, páncreas, cérvix y leucemia.Según un informe 2013 del Instituto de Efectividad Clínica y Sanitaria (www.iecs.org.ar) el sistema de salud deberá gastar casi 21.000 millones de pesos en la atención y el tratamiento de los problemas de salud causados por el tabaquismo. Eso representa alrededor del 1% del producto bruto interno (PBI) del país y el 12% del presupuesto anual de salud.Esa cifra excluye los costos por ausentismo laboral, productividad perdida o los gastos de bolsillo de los pacientes y sus familias y es el doble de lo que recauda el Estado por los impuestos al cigarrillo, un monto que apenas alcanza los 10.000 millones de pesos. Es decir que este monto “no llega a cubrir ni la mitad de los gastos directos provocados por el cigarrillo en el sistema de salud”. Los investigadores sostienen que, con estos datos, “todavía existe en la Argentina un amplio margen para aumentar los impuestos al cigarrillo, una de las medidas más efectivas en la lucha contra el tabaquismo”. Fumar de chiquitoPor Lara Schwieters [email protected] adultos eligen fumar, luego no quieren o no pueden dejar la adicción. Los adolescentes, desde los once o doce años sucumben bajo las garras de una industria que hace millonarios esfuerzos por vincular el tabaco con la belleza, la buena onda, el ser “canchero” y comienzan sus primeras “experiencias” de consumo de esta droga.¿Y los niños? Los niños no pueden elegir irse a vivir a otra casa porque la suya está contaminada con las miles de toxinas del humo del tabaco. No pueden dejar de respirar cuando su madre, su padre, su abuela, abuelo, tío…le fuma en la cara.Los bebés en gestación no pueden escapar de la panza de su mamá cuando el líquido placentario está contaminado con nicotina.Pese a los esfuerzos de la Alianza Libre de Humo de Tabaco (Aliar Argentina), nuestro país aún no adhirió al Convenio Marco de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para el Control de Tabaco que, entre otras cosas, limita la publicidad de las industrias tabacaleras y advierte sobre los riesgos del consumo de esta droga. Por lo tanto, esta industria -nociva desde la producción al consumo, si consideramos las graves enfermedades que sufren quienes manipulan los agrotóxicos en las plantaciones de tabaco
– continuará ganando adeptos/adictos todos los días. Pero está en cada uno de ellos y en cada uno de los ciudadanos en cuidar que los niños no sufran “de rebote” las consecuencias del consumo irresponsable de esta droga por parte de sus padres.





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