POSADAS. Las guarderías y centros maternales públicos atienden a una necesidad importante de gran cantidad de familias de bajos recursos: cuidan a los niños mientras sus padres y madres trabajan y/o estudian. De 6.30 a 13.30 o 14, maestras jardineras y de grado, jardineras auxiliares, cocineras y directivos reciben a los chicos desde tres meses a cuatro años de edad, les brindan desayuno y almuerzo, y realizan actividades recreativas y formativas.Actualmente en Posadas son ocho las guarderías denominadas centros “Crecer jugando” que reciben en promedio 80 a 100 niños. Dependen del Ministerio de Desarrollo Social (MDS) -también hay una en barrio Nueva Esperanza A4, en San Isidro y en Fátima a las cuales esta repartición brinda acompañamiento. En el interior de Misiones hay solo dos dependientes del ministerio: uno en Puerto Rico y otro en Bernardo de Irigoyen. (Cabe señalar que los municipios e IPS cuentan con este servicio, pero es exclusivo para trabajadores y afiliados, respectivamente).Es decir que, pese a la predisposición del personal, en las guarderías no logran dar abasto con la demanda de los padres que para poder cumplir con sus obligaciones deben recurrir a este servicio. Las listas de espera en algunos casos son de veinte niños.Menos de la mitad “No es una cuestión de recibir a más niños, porque el tamaño de las salas tiene un límite. Algunas guarderías reciben hasta 80, otras hasta 100. Pero también está condicionado por la cantidad de personal que trabaja”, señaló a PRIMERA EDICIÓN la subsecretaria de la Mujer y la Familia María Elsa Urbina.En relación a las condiciones laborales del personal, si bien hay docentes del Consejo de Educación y trabajadores de planta permanente de Desarrollo Social, una gran parte están precarizados. Son maestras jardineras y auxiliares que cobran alguna beca o “con cheques del MDS”, según Urbina. Su labor es muy importante, ya que acompañan y alivianan la tarea de las docentes que trabajan hace más de 25 años -muchas de ellas están en edad de jubilarse.“No tenemos la posibilidad de incorporar mucha gente nueva en planta”, reconoció Urbina, quien resaltó que para poder dar abasto con la demanda de madres y padres, debería haber “el doble o más” de guarderías en Posadas.Fortalecer la familiaMariela Ríos, directora hace cinco años del centro “Eugenia Carossini” -ubicado en Junín casi Entre Ríos- señaló a PRIMERA EDICIÓN: “atendemos sólo por la mañana porque lo que se busca es incentivar que después del trabajo, la familia se reúna en la casa. Se apunta a no institucionalizar a los chicos”.Al respecto destacó que desde el MDS se coordinan talleres con los padres y asesoramiento de psicopedagogas y trabajadores sociales “para abordar temas sobre crianza, lo que los padres demanden. Ahora nos piden mucho charlas sobre cómo poner límites a los hijos, también sobre nutrición”, dijo.Desde la guardería indicaron que “son familias de distintos barrios, e incluso de Garupá. Los papás trabajan en casas de familia, hay tarjeteros de los estacionamientos, chiperos, vendedores de quiniela, vienen temprano, dejan a su hijo y van a trabajar, y al mediodía los retiran”. María Haurón, maestra jardinera que se desempeña en esta institución hace 28 años dijo que “buscamos preservar la familia, incentivar los valores humanos, que los padres cuiden a sus hijos y compartan con ellos. Porque hay situaciones complejas que afectan a la crianza, por ejemplo, familias carenciadas que muchas veces los retiran de acá y los chicos van a vender cositas al centro o a pedir monedas”.Las docentes señalaron que durante el receso de invierno continúan las actividades porque hay padres que tienen solo una semana de descanso o directamente no tienen vacaciones “vienen menos niños porque algunos se quedan con sus hermanitos o sino con los papás”, indicaron.Lista de esperaSusana Pitón, directora del jardín maternal Melvin Jones -es el primero de Misiones y se llama así en homenaje al fundador mundial del Club de Leones, ya que fue construido hace más de cincuenta años por la filial Posadas de esta institución. Se ubica en calle San Marcos y Maipú- señaló a este matutino que “abrimos una preinscripción en octubre. Los que se anoten ahí tienen más posibilidades de conseguir un lugar para el año siguiente”. Igualmente indicó que se realiza una evaluación socioambiental donde se tiene en cuenta las necesidades de la familia, las condiciones en que viven, si están muy hacinados, y entonces “se priorizan los casos que más lo requieran”.





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