POSADAS. El Frente Renovador volvió a ganar en la elección de ediles en el Concejo Deliberante local. Pero fue una victoria pírrica, ya que se dio el peor de los escenarios previstos: dividió casi por tres los votos que logró en los comicios municipales en 2011 y, al perder un concejal, apenas arañó la mitad de los escaños del cuerpo.Como en el resto de la provincia, la sorpresa en la capital provincial volvió a darla el radicalismo, que se ubicó sólo al 0,67% de los votos por debajo del oficialismo. En tanto, los renovadores lograron 31.417 votos (24,03%), la Unión Cívica Radical (UCR) se colocó muy poco por debajo y alcanzó 30.533 sufragios (23,36%).Pero, además de éstos dos, que lograron asegurarse dos bancas cada uno, también consiguieron obtener un curul otros tres lemas: Unión PRO, Trabajo y Progreso y Frente por la Salud, Educación y Trabajo (SET). Los primeros sumaron 16.180 sufragios (12,38%); los segundos, 13.146 votos (10,06%); y los restantes, 10.799 adhesiones (8,26%).Estos datos corresponden al cómputo de 130.716 votos afirmativos (100%), que representan el 94,80% de las 585 mesas habilitadas en Posadas y donde los votos blancos alcanzaron a 9.822, impugnados 421 y los observados 2.952.El nuevo ConcejoDe esta manera y de mantenerse estos guarismos, serán cinco los lemas que lograrán representación deliberativa y si no hubiera mayores modificaciones en el escrutinio definitivo, quedaría confirmada la siguiente representación: Julio Antonio Vivero y Santiago Alberto Enriquez, por el Frente Renovador de la Concordia; Martín Alfredo Arjol y Ariel Fernando Pianesi, por la Unión Cívica Radical (UCR): Daniel Ramón Amarilla, por Unión Pro; Gabriel Conrado Nielsen, por Trabajo y Progreso; y Adolfo Alejandro Velázquez, por el Frente por la Salud, Educación y Trabajo (SET).De éstos, el único que renueva mandato es el concejal “positivo” Nielsen; el otro que también se postuló con ese propósito fue José Vicente Almirón, en la lista de Unión PRO, pero cuyo sublema fue superado por el de Amarilla.La excelente elección de la Renovación hace dos años, con casi el 65% de los sufragios y que le permitió ocupar entonces cinco concejales de las siete bancas en juego, le permitirá mantener el 50% de los escaños y convertirse en primera minoría. Continúan en sus cargos: la hoy presidenta del Deliberativo, Magdalena Solaris, Claudina Deglise, Laura Duarte, Mario Fabián Florentín y Christian Ariel Humada.El radicalismo pasará a convertirse en la segunda minoría, con tres miembros, ya que aún cuenta con dos años más de mandato Pablo Martín Velázquez. Tras ellos se ubica Trabajo y Progreso, con dos bancas: Nielsen (reelecto) y Rolando Rubleski. Cuestión de sublemasEn la UCR, Trabajo y Progreso, el Frente Unión PRO y el Frente SET los cargos alcanzados se dirimieron a través de la aplicación de diferentes sublemas que compitieron entre sí dentro de cada lema.En el radicalismo participaron seis sublemas, de los cuales los que lograron representación fueron dos: “Te quiero mejor”, encabezado por Arjol, con 8.456 votos; y “Tu voz en la ciudad”, liderado por Pianesi, con 7.234 sufragios. En Unión PRO ganó el sublema “Nace una esperanza”, de Dani Amarilla, con 5.765 votos; en Trabajo y Progreso, “Positivo”, de Nielsen, con 4.872 sufragios; y en SET, “Trabajadores unidos”, de Velázquez, con 3.236.Todas estas cifras provisorias deberán ahora confirmarse con el escrutinio definitivo que realizará el Tribunal Electoral misionero. Otros sublemas y suplentesTrece fueron los lemas que participaron en las elecciones municipales posadeñas. De ellos, cinco obtuvieron representación deliberativa, muchos valiéndose de la división en varios sublemas con sus propias listas.Además de los cinco lemas ganadores, otras siete listas compitieron también por un lugar entre las siete bancas en juego en el Concejo, pero no lograron superar el piso necesario. Sexto se ubicó el kirchnerismo, con el Frente para la Victoria, con 6.995 votos (5,32%). Presentó cinco sublemas, el más votado fue “Juntos a la victoria”, encabezado por Víctor “Kuki” Zárate.Lo siguen el Frente Luche y Vuelve, con 5.661 (4,33%), con el sublema “Compromiso militante”, que lideró Lizandro “Yayi” Maciel. Luego, el Frente Amplio Progresista, 5.520 (4,22%), sublema “Espacio de reencuentro”, que postuló a Mariano Díaz. A continuación la agrupación Fe, 4.362 (3,34%), sublema “Convicción y fe”, Ricardo Blanco.El partido Agrario y Social, 4.135 (3,16%), encabezado por Pablo Isaac Lenguaza. Más atrás y con menos del 1% se ubicaron el Movimiento Generacional y el Proyecto Popular.Suplentes en el ConcejoLa elección de ayer también designó quiénes serán los suplentes de los nuevos siete concejales que integrarán desde el 10 de diciembre el Departamento Deliberativo Municipal y que se distribuirán de la misma forma que los titulares. Dos serán renovadores: Estela Mary Leiva y Walter Saúl Kuperman; otros dos radicales: Liliana Mirta Mediguibel, por el sublema “Te quiero mejor”, y Marina Victoria Barreyro, de “Tu voz en la ciudad”.En tanto habrá uno por el Frente Unión PRO, Marcelo Ángel Zerpa, de “Nace una esperanza”; otro por Trabajo y Progreso, Mabel Edith Londero, de “Positivo”; y el restante por el Frente Salud, Educación y Trabajo, Juan Domingo Rossberg, de “Trabajadores Unidos”. Volver a la negociaciónEl peor de los escenarios esperados es el que se dio para la Renovación en las elecciones municipales posadeñas, con una victoria ajustada con un impregnante olor a derrota. Resignó dos tercios de sus votos de hace dos años y perdió una de las tres bancas en juego. El recambio deliberativo del próximo 10 de diciembre lo dejará en condiciones muy parecidas a las que el intendente municipal Orlando Ramón Franco debió afrontar en sus dos primeros años de gestión y que sus portavoces en la vieja casona siempre aborrecieron y denostaron. No tendrá los votos propios suficientes como en el último bienio para imponer su voluntad ante una resignada bancada oficialista, por momentos sumisa a los caprichos de ese predominio mayoritario. Otra vez tendrá la necesidad de negociar para lograr el consenso y los ocho avales indispensables para que avancen sus iniciativas; así como le costaría lograr designar una conducción afín, que le posibilite contar con un control relativo del cuerpo.
Si quiere lograrlo deberá cambiar su comportamiento en el Concejo y recuperar la iniciativa que perdió en estos dos años últimos y olvidables. Aunque, quizás, para ello deba resignarse a ceder el manejo de la conducción en algún converso como ocurrió en 2008, 2009 y 2011; en tanto, penderá sobre cualquier indefinición el fantasma de 2010, cuando la claudicación fue de un par propio y debió ceder el control del cuerpo a la oposición.El Concejo en su conjunto se verá beneficiado y lo harán particularmente las minorías. Ambos, oficialismo y oposición, podrán retomar el protagonismo que el Concejo nunca debió perder por una mayoría automática, temerosa, sin iniciativa ni ingenio, que impone su voluntad sin discusión, acallando las voces discrepantes.





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