POSADAS. Uno de cada 16 mil. El caso de las pequeñas Martina, Oriana y Kiara, las trigemelas que nacieron el 11 de abril de 2012 en esta ciudad, es muy poco común. A pocos días de cumplir quince meses de vida, PRIMERA EDICIÓN las visitó para conocer cómo se encuentran, pues nacieron seismesinas y con varias dificultades en su salud. Mamá Mariela nos esperó junto a las tres pequeñas en su casa del barrio Club de Educación, donde vive junto a su esposo Néstor y otros cuatro hijos de tres, ocho, once y trece años. A casi un año de la primer visita de este matutino, la vivienda de esta familia ha cambiado para bien. Según explicó Mariela, una repartición del Gobierno construyó una habitación más, de madera. De esa forma pudo trasladar a la nueva pieza la cocina y dejar libre un espacio para usarlo como habitación de las niñas; que crecen día a día. Kiara ya se está animando a dar sus primeros pasos, con lo que “el corralito le está quedando chico”, cuenta su mamá. Su hermana Oriana, que ya ronda los diez kilos, es la más gordita. Junto a Martina, este miércoles serán operadas por el Servicio de Cirugía Reconstructiva del Hospital Madariaga, encabezado por el doctor Gustavo Abrile, ya que tienen labio leporino.No bajan los brazosA pesar de que a veces se hace cuesta arriba afrontar los gastos de leche, pañales y ropita para las niñas, esta familia no baja los brazos. Su papá, un oficial albañil, trabaja en cuanta obra en toda construcción en que pueda conseguir un puesto. Hace algunos días tuvo un accidente y tiene algunas dificultades para caminar -y dado que trabaja en negro, no puede tomarse días para recuperarse- pero hace lo posible para trabajar, dado que es el sostén de la familia. Por su parte, Mariela hasta hace un año atendía, con ayuda de sus hijas más grandes, un quiosco ubicado en el frente de su casa. Pero no pudo seguir manteniéndolo, ya que los ahorros que había podido juntar para hacer una compra de mercadería los tuvo que gastar en los días en que Néstor estuvo lesionado. Hoy Mariela sueña con poder reabrir su pequeño local pero en otro rubro: librería y regalería. “Creo que va a ser más sencillo que el quiosco, y a los vecinos del barrio les puede venir bien, ya que no hay librerías por la zona”, dijo Mariela, quien está ansiosa por reunir el dinero que le permita hacer la primera compra de insumos. “Sé hacer decoración y cotillón, y puedo ofrecer a pedido para cumpleaños, además voy a poder dejar bien arreglado el local”, dijo.Otro de los proyectos de Mariela, que es para darles mayor comodidad a sus hijas, es hacer un alisado en el frente de la cocina y cercarlo con madera, para que las niñas que ya están comenzando a caminar tengan un espacio seguro y no corran riesgo de ir hacia la calle, que es muy transitada.Ganas de vivir“Aprendí mucho de todo esto que pasó desde que me enteré de que estaba embarazada de trillizas. Era inesperado y al principio me sentí desesperada pensando cómo iba a hacer para cuidarlas”, señaló Mariela. “Después, cuando nacieron, teníamos que conseguir dinero de donde fuera para viajar en colectivo todos los días hasta el hospital, comprar medicamentos, leche y cuidar a mis otros hijos”, agregó.“Para mí Dios existe y sé que Él me ayudó un montón. Creo que Dios quería que me levantara porque por ahí bajaba los brazos pero me arrodillaba a orar, y yo misma me decía: ‘mis nenas me necesitan’. Las ganas de vivir que tenían mis hijas fueron un ejemplo para mí”, resaltó.Embarazo de riesgoEl embarazo trigemelar se produce cuando un óvulo fecundado por un espermatozoide se divide en tres durante las primeras dos semanas después de la concepción. En este caso, Martina y Oriana estaban juntas en la misma bolsa amniótica y Kiara sola en una segunda bolsa. Como todo embarazo múltiple, requiere un seguimiento exhaustivo y muchos cuidados. Las niñas nacieron con seis meses de gestación. Martina pesó 1,030 kilo; Oriana, 890 gramos y Kiara, 840. Estuvieron dos meses en Neonatología y llegaron a casa con dos kilos.Dado que durante el embarazo no habrían ayudado a la maduración de los pulmones de las niñas -se inyectan corticoides a los cuatro meses y medio- eso habría hecho que Martina sufriera un accidente cerebro vascular grado 4, con lo que hoy tiene serias discapacidades neurológicas de por vida.





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