Los misioneros irán hoy a las urnas para elegir diputados provinciales, y concejales en siete municipios, en elecciones que inauguran el calendario previsto para este año, y en las que por primera vez votarán jóvenes de 16 a 18 años, tras la ley de voto joven que propuso y aprobó por mayoría el kirchnerismo en el Congreso nacional.La renovación parcial de la Legislatura implica la elección de 20 diputados en reemplazo de una cantidad similar que deja sus bancas, de los cuales 12 pertenecen al bloque mayoritario de 30 legisladores del Frente Renovador, fuerza política que acumula el 75% del total de la “torta” legislativa; una mayoría sin precedentes en la provincia. En tanto, de los 8 legisladores que resigna la oposición, sólo la bancada de la UCR, que pone en juego dos de sus integrantes actuales y deja uno, y la de Trabajo y Progreso, la fuerza que lidera Claudio Wipplinger, que renueva un representante -el propio Wipplinger- y deja uno, están en condiciones de sobrevivir en la Cámara aún si no lograran hoy los votos necesarios para ingresar un diputado. Los cinco diputados salientes restantes integran efímeros bloques unipersonales, representativos de la extrema atomización de la oposición; otro rasgo distintivo de esta Cámara; y sólo dos de ellos, “Cacho” Bárbaro y Pablo Tschirsch, buscarán, al todo o nada, su reelección. Fiel a su estilo, el gobierno del FR decidió desdoblar las elecciones provinciales de las nacionales (que se realizarán en octubre) con la intención de despegarse de un presunto derrape oficialista en octubre próximo que, de confirmarse, le complicaría al oficialismo el camino a las presidenciales de 2015. En los corrillos políticos afirman que Cristina Kirchner no puso reparos al adelantamiento pero habría pedido a cambio que el FR garantice un 60% de sufragios a su favor, con lo cual le daría al kirchnerismo una victoria simbólica; en los titulares de los diarios nacionales; tonificante para las arduas batallas que le esperan, de aquí a octubre. El gobernador Closs dio indicios de que la versión no es antojadiza en los últimos días, al “ponerse al hombro la campaña” -señalaron en la renovación- y hacer proselitismo enarbolando la Asignación Universal por Hijo, un emblema kirchnerista, como un logro propio; dando así una prueba del peso que tiene, quiérase o no, el relato K en el discurso renovador.Armado a distanciaLa representación del kirchnerismo, por otra parte, está presente en estas elecciones en el Frente Para la Victoria, que organizó el senador K “Juanchi” Irrazábal con lo que consiguió rescatar de la implosión que vive el PJ misionero; producto -entre otros factores- de las estrategias de conducción de la dupla que conformó Irrazábal con Lucho Viana. En los mentideros políticos se cuestiona a Irrazábal haberse ocupado del armado electoral del FPV por control remoto, desde Buenos Aires, subcontratando al vianismo el llenado de los primeros lugares de la lista; y sin haber sentado presencia ni siquiera en el peor momento de la patoteril ocupación de la sede pejotista. El aporte de Irrazábal a la campaña del FPV se limitó, dijo una no poco maliciosa fuente, “a la contratación del cantautor Ignacio Copani, que vino un día de lluvia y terminó cantando para cuatro dirigentes en su quinta de San Isidro”. De todas formas, en el variopinto mosaico de 13 frentes que compiten en estas elecciones, con alineamientos referidos a distintas fuerzas del orden nacional, no se cree que las dicotomías nacionales definan la elección; como esperan -al igual que el FPV- frentes de oposición también armados “por control remoto”, como Unión PRO; cuya única acción proselitista notable fue una visita de Mauricio Macri a Posadas, casi tan sigilosa como la de Ignacio Copani.Haz lo que yo digo…En actitud similar, pero en sentido opuesto, a la de la renovación, Unión PRO pivotea sobre la identificación simbiótica con la supuesta ola anti K nacional, pese a lo cual uno de sus principales candidatos es un empresario correntino -presunto familiar de Ramón Puerta- que en la vecina provincia mantiene más que buenas relaciones con un senador K heredero político del “Turi” Perié. La recalentada retórica opositora del frente macrista misionero, por otra parte, no impide que uno de sus principales candidatos, José Almirón, haya malversado notoriamente el apoyo de sus votantes al ser electo concejal posadeño, en una desprejuiciada alianza con el Frente Renovador; y sus piruetas políticas sean antológicas. En este marco, en el que si se definieran dos valores que la política misionera necesita con urgencia, estos serían transparencia en las actitudes y coherencia en las convicciones, un repaso del clima preelectoral da como resultado una previsible apatía. Los signos de desinterés ciudadano respecto a la puja electoral coincidieron en los últimos días, sin embargo, con expectativas crecientes en algunos sectores de una reducción del voto oficialista; basada -entre otros factores- en una nómina de candidatos que produjo desencantos hasta en la propia cantera renovadora. Algunos dirigentes y punteros harían la plancha hoy -a la hora de movilizar a la gente- como muestra de insatisfacción con algunos nombres que figuran en las listas; en tanto otros ya se mostraron poco activos en la campaña por la misma razón. La apatía del electorado, curiosamente, podría llevar agua al molino equivocado, engrosando el voto en blanco, o la merma en la cantidad de votantes; fenómenos que redundarían en un porcentaje mayor a favor del ganador. Al cierre de la campaña las especulaciones se centraban en el porcentaje que alcanzaría el oficialismo; que se ubicaría muy lejos del 72% de las elección de 2011, irrepetible por las diferencias obvias en el contexto político y electoral. En ámbitos de la renovación estiman una diferencia mayor a favor en la hipótesis de que se vote “al proyecto o la gestión y no al candidato”, lo que suena a confesión de que, pese a todo el marketing electoral, los candidatos oficialistas en general son de perfil bajo; comenzando por el correntino Chas Robineau, al que “Rovira eligió a sabiendas de que nadie lo traga, sólo para medir lealtades y actitudes”, confió una fuente renovadora. Escenario de supuestosDe todas formas, aunque son optimistas, en la renovación no se miran en el espejo excepcional de 2011, y se conformarían con renovar las 12 bancas que obtuvieron en 2009; resultado que en sectores de la oposici&am
p;oacute;n creen que no se repetiría por el desgaste del gobierno renovador. El oficialismo, igualmente, podría recuperar puntos a último momento en base a la movilización del aparato clientelístico, ajustado en sus mecanismos de seducción por la larga estadía en el Estado.En suma, en un escenario conjetural y políticamente complejo y expectante, en el que se abre una nueva etapa, y por ello no se puede descartar lo imprevisible, resuena el peso excesivo del aparato renovador, tanto como la también excesiva dispersión de la oferta opositora. La mayoría de los análisis coincidían ayer en que Trabajo y Progreso de Wipplinger y la UCR serían las dos alternativas de oposición que estarían al frente en estos comicios, en los que Trabajo y Progreso se destaca como la fuerza emergente con un programa definido y una estrategia de construcción política de cara a la sociedad; puesta a prueba no exclusivamente en cercanías de una elección. El ucerreísmo captaría, supuestamente, una franja de electores que al descontento con el gobierno de turno agregan la referencia a pasados esplendores vividos por el partido de Alem e Yrigoyen. En su contra, el ucerreísmo tiene un panorama interno conflictivo; en el que las relaciones entre sus tres primeros candidatos no dan garantía de continuidad en un proyecto a futuro. Estos comicios dejarían, por otra parte, planteadas las perspectivas de los candidatos a diputados nacionales de Trabajo y Progreso, Unión Pro y el SET, quienes competirán en las PASO en agosto, en un escenario que no se espera que difiera sensiblemente del actual.





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