POSADAS. El secuestro de una estudiante de 17 años en la puerta de un colegio ubicado en pleno microcentro de esta ciudad reavivó el alerta de la Policía, padres y docentes con respecto a una problemática que no es nueva en Misiones. Detrás de los hechos, donde lamentablemente algunos menores jamás vuelven a ser ubicados y en otros casos se trata de fallidos raptos, existen bandas dedicadas a la trata de personas y robo de órganos. El modus operandi es llevarlos a la fuerza, aprovechando que los chicos están solos en el trayecto desde sus hogares a la escuela (puede ser a la entrada o a la salida). Existen zonas donde el riesgo de que un chico sea secuestrado aumenta. No importa el contexto, ya que pueden ser lugares céntricos o alejados del casco urbano. Con cámaras de vigilancia o sin ellas. El denominador común por lo general es la vulnerabilidad del menor cuando está solo, la poca iluminación y la falta de vigilancia policial. Consultados acerca de la problemática, las autoridades suelen indicar que se trata de hechos inconexos, sin embargo y llamativamente se siguen sumando denuncias. Cada caso es investigado por la Justicia y de allí se desprende el dato de que la modalidad casi siempre es la misma. Los delincuentes se movilizan de a dos y en automóviles con vidrios polarizados y sin patente, preferentemente en camionetas tipo “combi” con puertas corredizas que facilitan la rapidez para “alzar” o llevar a la fuerza al interior del rodado al menor. Otro indicio que surge de la seguidilla de casos, es que los secuestradores operan en inmediaciones a las escuelas, eligiendo entre sus víctimas a pequeños estudiantes que caminan solos. Los siniestros individuos se toman todo su tiempo para “estudiar todas las zonas y movimientos de alumnos”. Medidas de seguridadPadres y docentes, preocupados por una lamentable ola de intentos fallidos de secuestros, toman sus propias medidas de seguridad. Los educadores brindan charlas, tanto a los alumnos como a los progenitores, donde sugieren acompañar a los más pequeños hasta la escuela y que otros casos aconsejan a los chicos movilizarse en grupos, alejarse de zonas peligrosas u oscuras.Si bien no es responsabilidad de los establecimientos educativos o de la comunidad el brindar la seguridad y protección a los menores en la vía pública, existe una preocupación generalizada por alertar, con el único objetivo de prevenir situaciones de riesgo. El uso del teléfono celular“Una de las medidas de seguridad más utilizadas por los padres es la de proveer a sus hijos de teléfonos celulares”, cuenta un docente. “Pero es contraproducente, porque a la vez y con la inseguridad cada vez más creciente en las calles, estos artefactos atraen a los asaltantes”, explica. “Por ello a veces es recomendable establecer redes de comunicación entre la escuela y grupos de padres, que se transmitan rápidamente datos, que se envíen mensajes de texto, en caso de la ausencia de un chico en el horario habitual, por ejemplo”, indica. Por lo general desde las escuelas con las reuniones de padres se le involucra a la comunidad en la supervisión y vigilancia exterior, en horarios de clases. En esa interacción entre progenitores y educadores se identifican y señalan zonas seguras y zonas de riesgo, cada persona cuenta sus experiencias a los demás. Todo suma y se vuelve a la premisa original: “Prevenir”.Desde la Policía se realizan patrullajes de recorrida que a veces suelen ser insuficientes, pese a que los efectivos conocen mejor que nadie los sectores de la ciudad donde se necesita mayor vigilancia. Los foros y la Policía ComunitariaFuentes policiales confiaron a PRIMERA EDICIÓN que “se lucha con distintos medios y las 24 horas contra la delincuencia, pero no alcanza, a veces se necesita que algunas familias aconsejen en distintos aspectos y brinden mayor contención y acompañamiento a sus hijos menores. Los foros de seguridad son de gran ayuda, al igual que la labor de la Policía Comunitaria. Los primeros a través de reuniones entre vecinos y los efectivos (que intercambian experiencias y plantean problemáticas de seguridad), mientras que desde la otra dependencia aportan su experiencia visitando escuelas y brindando charlas informativas a alumnos y plantel docente”. Con respecto a los secuestros, para los investigadores policiales siguen siendo hechos inconexos, pero indudablemente no descartan que detrás existan bandas dedicadas a secuestros operen en la zona capital y alrededores. En los últimos años y conforme a datos desactualizados que poseen los organismos del Estado, alrededor de cuarenta chicos permanecen en carácter de desaparecidos en la provincia, ya sea por fuga de hogar o sustracción. Fuentes: Unidades Regionales I y X de Posadas, docentes y organismos estatales. Algunas recomendacionesLejos de generar una “psicosis” o de alarmar a la comunidad escolar ni de alimentar la idea de que existe un ambiente de inseguridad generalizada, con algunos consejos se pretende estar un paso adelante, es decir, prepararse para una posible contingencia antes de que ésta suceda. Por ello se buscaron recomendaciones de algunos organismos estatales para impedir secuestros de menores que se dirigen o salen de la escuela, ya que el solo hecho de decirle que no hable con extraños no es suficiente: Coloque tarjetas de identificación en las mochilas de sus hijos, con instrucciones de cómo contactar a los padres. Algunos niños han perdido la costumbre de escribir sus datos en los libros y cuadernos; Enseñe a su hijo a gritar para pedir ayuda y para hacer ruido tanto como le sea posible si se siente amenazado o si alguien intenta secuestrarlos; No permita que sus hijos menores den información personal como el nombre, la dirección o decirles qué recorrido seguirán a través del teléfono o en internet; No le ponga a su hijo ropa o accesorios con su nombre. Esto le facilitará al secuestrador acercársele con más confianza; Enséñele a no esconderse si alguien lo está siguiendo. Dígales que busque ayuda de inmediato en la casa más cercana o que entre a un comercio y pida ayuda; dígale que evite zonas oscuras y por lo general que camine en grupos. Si usted no va a ir a buscarlo a la escuela, avísele quien irá.





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