BUENOS AIRES (Medios digitales) Renzo Salvatore Antonelli, el niño correntino de dos años trasplantado el 2 de junio del corazón tuvo un paro ayer a la madrugada y volvió a la sala de terapia intensiva pediátrica del Hospital Garrahan. “Hoy -por el jueves- a las 4 de la mañana Renzo tuvo una arritmia e hizo un paro. Los médicos estuvieron 20 minutos para estabilizarlo y ahora está otra vez todo entubado, volvimos a cero”, dijo Antonelli a Télam.Pasadas las 13 de ayer, en la página de Facebook “Todos por Renzo” escribieron: “Tuvo un paro cardíaco anoche. Ahora está estabilizado. Los médicos confirman ahora pulso y latido normal. Les pedimos que recen, por favor, de corazón”.“Vos nos demostraste que en todas las caídas te levantaste, que nunca bajaste los brazos y la vas a seguir peleando para salir adelante. Vos sos fuerte, león, nunca pares”, postearon una hora más tarde alentando al bebé a superar esta nueva complicación. Un milagro másHace tres días, todo era alegría. A Renzo le habían quitado por fin el respirador y sus familiares se esperanzaban con que en poco tiempo saliera de la terapia intensiva y pasara a una sala común. Pero la evolución favorable del pequeño dio un vuelco en plena madrugada. Su padre, Haroldo Antonelli que se encontraba en Corrientes haciendo unos trámites viajó con urgencia junto a Jorge -el padre de Belén Ramos, madre del niño-, y llegó al Garrahan a media mañana de ayer. “Los médicos han logrado estabilizarlo. Está en observación, en un estado de gravedad extrema. Estamos esperando un milagro. Le están haciendo estudios para determinar qué pasó”, señaló Jorge en diálogo con Clarín. Todavía no se sabe si la crisis se debió a un rechazo del órgano. No fue conectado nuevamente al ECMO -un corazón artificial que hace circular la sangre para oxigenarla-, pero recibe respiración mecánica asistida. “Su cuerpito arrancó de nuevo” tras casi 20 minutos de reanimación, explicó el papá de Belén Ramos, la mamá de Renzo. Nada hacía prever que algo podía andar mal. “Tuvo una medianoche tranquila. Ayer a la tarde cenó con su abuela. Jugó con su papá por teléfono”, se explayó Jorge. “Los médicos han hecho todo lo que tenían que hacer. Ahora vamos a ver cuál es su evolución, a ver cómo sigue, si hay algo colateral o no (daño neurológico, por ejemplo)”, sostuvo el abuelo del chiquito y añadió que “ya no hay posibilidad de retrasplante”. Renzo fue trasplantado el 2 de junio, tras ocho meses de espera. Sufría una miocardiopatía que le habían diagnosticado antes de nacer. Tras la operación, volvió a la lista de espera del Incucai porque el órgano no respondía. Pero hace poco más de una semana el corazón reaccionó y comenzó a funcionar al 100%. Desde entonces, todas habían sido buenas noticias. Hasta ayer.





Discussion about this post