SAO PAULO, Brasil (Agencias). Las dos mayores ciudades de Brasil revocaron ayer un aumento a las tarifas del transporte público, dijeron el gobernador de Sao Paulo, Geraldo Alckmin, y su par de Río de Janeiro, Eduardo Paes, después de las protestas más multitudinarias vistas en el país en veinte años. Varias ciudades más pequeñas ya habían suspendido el aumento de las tarifas.Antes de los anuncios, manifestantes bloquearon una importante autopista y otras vías en São Paulo, afectando el transporte en la mayor ciudad y el centro financiero del país.La Policía en São Paulo, el punto focal de las marchas nacionales, arrestó a más de 63 personas luego de que los manifestantes intentaran ingresar a la alcaldía y prendieran fuego a un puesto policial, reflejó la agencia Reuters.El alcalde de Sao Paulo, Fernando Haddad, dijo por la mañana que consideraría una posible reducción de los pasajes de autobús, tras los recortes anunciados por las autoridades de otras capitales estatales. Por la tarde confirmó la revocación.El movimiento fue detonado la semana pasada por las alzas en los pasajes, que se producen mientras Brasil lidia con una inflación anual de un 6,5%. La medida provocó una oleada creciente de reclamos que tomó por sorpresa a las autoridades.La presidenta Dilma Rousseff, que reconoció la legitimidad de las demandas, envió tropas federales a cinco ciudades para ayudar a mantener el orden en la Copa Confederaciones, que se inició este mes.El torneo internacional es considerado un ensayo general para el Mundial 2014, del que Brasil será anfitrión. La medida que tomó el Gobierno, parte del plan de contingencia para el torneo, es similar a los despliegues previos de tropas federales donde el crimen, la violencia, u otros desórdenes perturban las celebraciones anuales de Carnaval y otros grandes eventos.Brasil jugó ayer contra México en Fortaleza, en el noreste del país y una de las decenas de ciudades donde esta semana hubo protestas. Los manifestantes marcharon al estadio antes del inicio del partido (ver página 35).También habrá tropas federales en Rio de Janeiro, Salvador, Belo Horizonte y en la capital, Brasilia.No queda claro si las rebajas en los pasajes bastarán para frenar las manifestaciones o si los organizadores, un grupo desarticulado de jóvenes activistas que se organizan por medio de las redes sociales, seguirán convocando a las protestas.Rousseff dijo el martes que los brasileños merecían mejores servicios públicos. Sus palabras no han tenido mucho éxito en detener los desórdenes en parte debido a la naturaleza difusa de quienes protestan y al amplio espectro de sus demandas. “Es difícil adelantarse al movimiento porque no hay una imagen clara de quiénes son o qué exactamente es lo que harán”, dijo David Fleischer, cientista político de la Universidad de Brasilia. Aunque muchos brasileños apoyan los temas presentados por las marchas, también temen el vandalismo y la violencia que han acompañado a algunos de los actos.Ayer, en el centro de São Paulo, se arrojaron vidrios rotos y otros escombros sobre los adoquines y se rayaron graffitis en la entrada de la Municipalidad. “La gente va a pagar por esto de sus bolsillos”, dijo Manuel Carlos, gerente de logística de 42 años. “Estoy a favor del movimiento, pero lo que estamos viendo aquí es absurdo”.El presidente de la FIFA, Joseph Blatter, criticó a los organizadores de la ola de protestas en Brasil por hacer coincidir las manifestaciones con la Copa Confederaciones, el “ensayo general” para el Mundial de 2014 y recordó que “Brasil pidió” organizar la cita.“No deberían usar al fútbol para anunciar sus reivindicaciones. Brasil pidió esta Copa Mundial. Nosotros no le impusimos a Brasil la Copa Mundial”, argumentó el dirigente, en una entrevista exclusiva difundida por la TV Globo.





Discussion about this post