São PAULO, Brasil (AFP-NA). Jóvenes con educación superior y sin afiliación política son el grueso de los manifestantes que participan en São Paulo de una masiva protesta contra el alza del transporte y los gastos del mundial 2014 en Brasil, entre varios otros reclamos.Según un sondeo de la firma Datafolha publicado ayer, un 84% de los manifestantes consultados en São Paulo declaró no tener preferencia por algún partido político.Un 77% tiene un nivel de educación superior y un 22% es estudiante actualmente.Poco más de la mitad, un 53%, tiene menos de 25 años y un amplio 71% participó por primera vez de la ola de manifestaciones este lunes, la quinta jornada de protestas en São Paulo. Entre las razones para salir a la calle, la principal es el aumento del pasaje en el transporte público, con un 56%. En Sao Paulo, el alza fue de 7%, de 1,5 a 1,6 dólares, un precio alto en un país donde el salario mínimo mensual es de 339 dólares. Un 40% de los participantes declaró estar manifestándose contra la corrupción, mientras que un 31% lo hizo contra la violencia y la represión.La manifestación del lunes fue la quinta en las calles de São Paulo en pocos días. El jueves pasado, la Policía reprimió duramente a los manifestantes, con un saldo de 232 detenidos y un centenar de heridos, incluida una decena de periodistas.Un 27% protestó para exigir un transporte de mejor calidad, en una metrópoli de 20 millones de habitantes con un tráfico caótico y un sistema de transporte público insuficiente. En tanto que un 14% de los manifestantes pedía la gratuidad en la tarifa. Contra los políticos, además, dijo protestar un 24% de los participantes.La noche del lunes, más de 250 mil personas protestaron en las calles de varias ciudades como São Paulo, Brasilia y Río de Janeiro en momentos que Brasil acoge la Copa Confederaciones y a un año del mundial de fútbol.Según Datafolha, unas 65 mil personas participaron de la protesta en São Paulo. En su mayoría fueron manifestaciones pacíficas, pero en Río, Maceió y Porto Alegre derivaron en hechos de violencia y enfrentamientos con la Policía.En tanto, la presidenta Dilma Rousseff está “atenta, impresionada y preocupada” intentando entender el impacto de la manifestación.“Estas voces de las calles deben ser escuchadas. Estas superan, y esto es visible, los mecanismos institucionales, los partidos políticos, las asociaciones y los propios medios de comunicación”, dijo Rousseff.“Los que salieron ayer (lunes) a las calles enviaron un mensaje directo a toda la sociedad, especialmente a los gobernantes en todos los niveles”, dijo la Presidenta durante una ceremonia realizada en el Palacio Presidencial. Intentaron tomar la alcaldía paulistaUna movilización de más de 15 mil personas provocó el pánico en São Paulo cuando un grupo menor derribó las vallas, rompió el cerco policial e intentó invadir la sede de Gobierno de la capital de Brasil.Según la cadena Globo, los guardias de la alcaldía confrontaron a los manifestantes atacándolos con gas pimienta, pero la fuerza de los violentos les hizo retroceder y correr hacia el interior del edificio que custodiaban para buscar refugio. Otras personas que asistieron a la marcha de protesta contra el alza del boleto del transporte público repudiaron la espontánea reacción e intentaron frenarlos a golpes de puño.El alcalde Fernando Haddad no se encontraba en el edificio en ese momento. Un muñeco con el símbolo del Partido de los Trabajadores fue incendiado ante la mirada de las cámaras de televisión.La mandataria Dilma Rousseff está en San Pablo. Hasta allí llegó para reunirse con su padrino político, el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva (2003-2010). Según el diario Folha de São Paulo, ambos se encontrarán con el alcalde de São Paulo, Fernando Haddad -también del izquierdista Partido de los Trabajadores- para discutir una rebaja del boleto de bus, metro y tren en la ciudad, reivindicación que desató el movimiento de protesta en Brasil.Rousseff se comprometió a escuchar a los manifestantes luego de que más de 250.000 brasileños salieran a las calles el lunes contra el alza del transporte y los altos costes del Mundial, en momentos en que se celebra en seis ciudades de Brasil su ensayo general, la Copa Confederaciones.Las manifestaciones comenzaron hace unos diez días en San Pablo a raíz del alza del boleto de bus, tren y metro de 1,5 a 1,6 dólares, días antes del inicio de la Copa Confederaciones, un ensayo general del Mundial 2014 entre los campeones de cada continente, lo cual les ha dado una fuerte visibilidad dentro y fuera de fronteras.Rápidamente, se expandieron a otras ciudades y la causa se amplió a denuncias contra los 15.000 millones de dólares destinados por el Gobierno al Mundial de Fútbol del año próximo. Los manifestantes piden ese dinero para vivienda digna, salud y educación públicas de calidad, en este país donde existe aún una gran brecha entre pobres y ricos.





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