POSADAS (por Esteban Abad). Leopoldo Lugones nació el 13 de junio de 1874, por lo que hoy se cumplirían 139 años de ese nacimiento en Villa de María del Río Seco, en el norte de Córdoba. Fue su madre, Custodia Argüello, quien -tal vez honorificando su nombre- fue responsable de impartible una formación católica muy estricta y le enseñó a Leopoldo las primeras letras. Con su familia vivió varias mudanzas a distintas localidades de Santiago del Estero y Córdoba desde que tenía seis años. Con 16, sus padres lo enviaron a cursar el bachillerato en el Colegio Nacional de Monserrat, en Córdoba, donde vivió con su abuela materna.En 1892 su grupo familiar se trasladaría a esa ciudad y en esa época comenzó a realizar sus primeras experiencias en el campo del periodismo y la literatura.En la foto se pueden apreciar los amigos de Lugones: Quiroga, Gerchunof, entre otros; con Quiroga lo emparentó “port mortem” esa manera tan absurda que usaron de beber cianuro para irse de esta vida. Absurda, pues los privó de seguir viendo cómo continuaba la historia y de seguir creando; en cambio fueron desde entonces rescatados por mucha gente por lo trágico de sus finales, no tanto como por sus obras. Uno de los hijos de Lugones fue quien introdujo el uso de la picana para “interrogatorios” en la Policía en los tiempos de Irigoyen y Lugones tuvo que ir a pedirle que perdonara a su hijo. Años después este también se suicidó. Ahora, Juan Enrique Acuña¿Por qué Juan Enrique Acuña en estas páginas que PRIMERA EDICIÓN dedica a los escritores?Pues no sólo para recordarlo en este aniversario número 25 de su fallecimiento y refrescar las memorias de quienes ya se hicieron cargo de un reclamo de parte de los trabajadores de las letras de Misiones. Por qué no tener en cuenta que Acuña, uno de los lados, tal vez la base, del tan elogiado Triángulo; poeta que mostró su poesía elaborada, fina, lírica en el libro “Poemas” y fue un embajador honorario y sin cartera de la cultura de Misiones en Centro América, en Europa, con sus títeres, con la creación de teatros, su enseñanza del nada fácil arte de las marionetas. ¿Por qué no se deciden escritores, funcionarios y legisladores a etiquetar al 13 de junio como Día del Escritor Misionero, recordando el día del adiós a Acuña? Lugones, una figura controvertida Por Vicente BautistaSade, Buenos Aires El Día del Escritor se celebra el 13 de junio, fecha instituida por la Sociedad Argentina de Escritores (Sade) recordando el natalicio de Leopoldo Lugones. Lugones fundó la Sociedad Argentina de Escritores (Sade) que, tras el suicidio del poeta, estableció como el Día del Escritor. Lugones no fue olvidado pero su tumultuoso y resonante paso terrenal es aún materia de controversia y polémica.Fue el último intelectual total o, mejor dicho, el último en intentar ser ideólogo y protagonista, a la vez, de un proyecto político, pues se inicia con Mariano Moreno y culmina con él. La socióloga María Pía López comenta: “En su Historia de Sarmiento es clara la elección de un modelo y un precursor. Quiso ser Sarmiento: escritor y presidente. Y quedó atrapado en la tensión de ver sin ser visto”.Esta suerte de “incomprensión”, atizada por el vate cordobés de los sectores populares hacia su tarea como pensador público, lo llevó a pensarse en clave jerárquica, ornamentado por el bronce de creerse un hombre superior. En ese núcleo trágicamente equívoco, puede pensarse su postrera conversión: la que lo llevó a decretar en 1924, en ocasión del aniversario de la Batalla de Ayacucho, “La hora de la espada”, y que cristalizó con su intención raudamente frustrada de erigirse como el intelectual de la dictadura iniciada el 6 de septiembre de 1930, que inició la serie golpista con la que el partido militar mantuvo en vilo a la democracia en la décadas subsiguientes.Pese a los intentos posteriores de algunos de sus discípulos y seguidores que buscaron escindir al intelectual político del hombre de letras, la fuerza vital que lo guió tuvo siempre, para bien o para mal, un fondo ético y moral que él mismo se encargó de expresar. En el prólogo a una Antología Poética de Lugones, Jorge Luis Borges asegura: “Vencedora la revolución militar de 1930, Uriburu le ofreció la dirección de la Biblioteca Nacional, cargo que él habría honrado. Lugones lo rehusó, alegando que el amor de la Patria lo había llevado a participar en la revolución y que, por consiguiente, no podía aceptar de su triunfo un beneficio personal”. * Escritor argentino





Discussion about this post