POSADAS. “Estas peñas son mágicas -decía un conocido organizador de espectáculos de folklore llegado desde Santo Pipó- porque, por ejemplo, esta noche en el club Alemán hay un ambiente que se puede sentir; mucha gente, todos esperando el espectáculo y a su número central. Pero han aplaudido a los locales con el mismo entusiasmo que cuando lleguen Los Carabajal”. Y cuando llegaron Los Carabajal no sólo hubo aplausos sino el homenaje a los 45 años de trayectoria de este conjunto que le brindaron los jóvenes que frente al escenario disfrutaron y bailaron las zambas, escondidos y chacareras que entregaron con su estilo tan particular Musha, Walter, Blas y Kali.El momento fue propicio para que Norma Blanco y Emilio Gómez, socios en la vida, en el comercio y en la organización de las peñas celebrando el cumpleaños de las librerías 6 de Junio dijeran unas palabras de agradecimiento al público, que en gran número, se había congregado. Entre los agradecimientos, un anuncio que el tiempo será testigo de si se realiza o no: Norma dijo que “esta es la última peña de 6 de Junio” (sin comentarios). Los santiagueños se despacharon con el repertorio de su reciente CD, “Los Carabajal en vivo”, que incluye grandes clásicos como “Añoranza”, “Criollita santiagueña”, “Las manos de mi madre”, “Entre a mi pago sin golpear”, “Desde el puente carretero”, “Penas y alegrías del amor” y otros. Rindieron un homenaje a Horacio Guarany entonando uno de los mayores éxitos del cantor santafesino: “No quisiera quererte” y fue ese el instante no sólo de tributo a “el Potro” sino de rescatar algunos sentimientos dormidos en el corazón de la gente, sobre todo entre parejas de varios años de compartir la vida. El programa se completó con Timku, de Alem, que reemplazó a Fabián Herrera, de Salta, con su grupo Pujllay, que no llegó por desperfectos en la combi; Los Mitá, de Dos de Mayo, con chamamés y chistes; el ballet Raza Campera con muy buenas estampas tangueras; un grupo de danzas de Oberá especialmente invitado y, con excelentes presentaciones, el ballet Compañía de Arte de la Peña Itapúa, dirigido por el coreógrafo y bailarín del Ballet Nacional Luis Marinoni.También fueron muy aplaudidos los integrantes del grupo Raíces, de Colonias Unidas, Paraguay, con muy buenas voces, la tradicional arpa y las guitarras apoyadas por un teclado y dejando en la peña los sones de la hermosa música de polcas y guaranias. Todas las mesas totalmente ocupadas; la tribuna con un “lleno total” y un generoso vino generando brindis y reviviendo amistades hicieron que las empanadas se terminaran antes de la media noche, pero no importó porque, tal lo dicho por Carlitos Acuña de Santo Pipó, que vino con la familia, “no vinimos a engordar”.Lo que sí “engorda” es el sentimiento de argentinidad que brota y crece en los oídos y los corazones de quienes pueden disfrutar de un espectáculo con danzas y música genuinamente argentina. “¡Lástima que esta sea la última! comentaba Cecilia Santos (teatrista), quien con un grupo de señoras es asidua concurrentes a las peñas. Quedó en el aire la pregunta de muchos “¿será cierto?” (E.A.).





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