POSADAS. “Si los grandes triunfadores del sistema educativo, es decir, los que gobiernan los pueblos, y los grandes empresarios no están muy preocupados de que en el mundo disminuya el hambre, la muerte, la opresión, la injusticia, ¿porqué hablamos de éxito del sistema educativo?”, señaló el doctor en Ciencias de la Educación, Miguel Ángel Santos Guerra, quien disertó en el auditórium de la Escuela de Música de esta ciudad. Fue en el marco de la presentación del programa de “Formación de niños promotores de derechos” y del Directorio de la Infancia (ver recuadro), organizado por la Defensoría de los Derechos de Niños, Niñas y Adolescentes de Misiones, que incluyó conferencias y taller reflexivos en Leandro N. Alem y Wanda.“La educación no se puede separar de la ética, no hay conocimiento útil si no nos hace mejores personas”, agregó el español, señalando que “fueron ingenieros, médicos, enfermeras, todos muy bien formados en su oficio, los que diseñaron las cámaras de gas de la Segunda Guerra Mundial”.“El reconocimiento de los derechos mutuos de los seres humanos es lo que permitió que la sociedad se convirtiera en humana y se alejara de la selva, donde reina la ley del más fuerte”. Pero alertó que en la actualidad esa ley del más fuerte aún persiste: “Antes el más fuerte destruía al más débil, ahora el que tiene mayor nivel de instrucción destruye al que menos sabe”, dijo Santos Guerra a los maestros, profesores y funcionarios participantes.Conocer, respetar, ejercer los derechos“Si hay un defensor de los derechos de los niños, niñas y adolescentes es porque hay un ataque. ¿Y quién lo ataca? En nuestras sociedades vivimos muchos egoísmos, violencia física, injusticias, desigualdad”, dijo.Recordó que el 20 noviembre de 1959, con la sanción de la Declaración Universal de los Derechos del Niño, “hemos dado un gran paso, porque ya son derechos proclamados. Pero esa proclama no alcanza, porque esos derechos deben ser conocidos, respetados y ejercidos”.“Mientras dure esa conferencia morirán muchos niños de hambre en el mundo, porque su derecho a la alimentación, si bien está proclamado, no se cumple. Y si no nos damos prisa la víctimas irán cayendo a una velocidad casi extenuante. La infancia robada a la que tienen derecho va a seguir siendo destruida”.“Si en todas las ciudades sigue habiendo niños cuyos derechos no son respetados, hay que comprometerse. Desde la política, ocupándose de las cosas verdaderamente importantes, desde las escuelas y familias, comprometiéndonos con la esfera de los valores”, enfatizó.Lo que los niños quieren“Hay un derecho del niño que obliga a todos los ciudadanos a consultar a los niños sobre los que les concierne. Tienen ese derecho”, señaló, haciendo referencia a que la escuela es la institución que de alguna manera se encuentra en el otro extremo de este derecho, ya que en nada de lo que allí se hace se consulta a los niños. Tampoco a los docentes. “No hay institución que tenga más prescripciones que la escuela. Está todo prescrito: horarios, currícula, pautas de comportamiento. Esto para los que dicen que hay que educar para la autonomía”, ironizó.“Si en las escuelas queremos que disminuya la conflictividad, en lugar de aumentar las amenazas, el castigo y la vigilancia, debemos aumentar la participación de los estudiantes”, resaltó.Una invitación Finalizando la primera parte de su conferencia, Santos Guerra se refirió a la construcción de las ciudades y la manera en que incluyen o excluyen a los niños y niñas. “¿Cómo se diseñan las ciudades? Una ciudad está hecha para un niño cuando en su diseño pueden vivir cómodamente y disfrutar sus espacios los discapacitados, ancianos, enfermos, embarazadas. Pero una ciudad hecha para un automovilista, en ella no pueden estar ni los niños, ni ancianos, ni embarazadas, ni discapacitados”, dijo.A modo de cierre, destacó que “a pesar de que los cambios son lentos, debemos tener una mirada optimista, porque se ha avanzado mucho”. Dirigiéndose con énfasis a los participantes, se refirió a cada uno de ellos: “¿Tú que pasos vas a dar en la defensa de la dignidad de los niños? Que esta tarde sea tomada como una señal, porque la defensa de los derechos de los niños y niñas es la causa de todos y todas, que no es que sean el futuro, es que son el presente de la humanidad”, finalizó.Escuelas aburridasTras la parte formal del evento, se retiraron las autoridades. Santos Guerra se puso de pie y se quitó el saco para trabajar de forma más distendida con los docentes, en lo que fue un interesante taller. No faltaron las risas y miradas cómplices entre los docentes, máxime cuando el disertante se refirió a su libro “Las feromonas de la manzana”. El valor educativo de la dirección”, señaló que “hay directores de escuelas que ocupan ese cargo porque tienen el mayor puntaje, pero ¿cómo trabajan? ¿Qué energías transmiten a los docentes?”.“Somos aburridos en las clases. A veces la escuela es aburrida porque las currículas no tienen en cuenta a los niños y jóvenes. Sobre el ProgramaLa participación de Santos Guerra -que continuará hoy en la Escuela 291 de Wanda- fue en el marco de la presentación del programa provincial “Formación de Niños Promotores de Derechos” y del Directorio de la Infancia, impulsado por la Defensoría de los Derechos de Niños, Niñas y Adolescentes, a cargo de Miguel Molina. En la ocasión, en que estuvo presente el vicegobernador, Hugo Passalacqua, Molina señaló que el Directorio es “el primer paso en el trabajo de recuperación de los derechos del niño”. Dicho material es una guía de contactos en que se socializan la información destinada a la niñez y adolescencia en Misiones, de manera organizada, separando las diferentes reparticiones de cada uno de los tres poderes del Estado.“En todos los escenarios -divorcios, desnutrición, violencia familiar y del Estado- el que siempre pierde es el niño”, agregó Molina, quien se animó a versionar la frase diciendo “el hilo se corta por lo más niño”.El Programa de Niños Promotores apunt
a a “promover y difundir los derechos de los niños, niñas y los adolescentes, proporcionándoles los mecanismos necesarios para la defensa de los mismos mediante la aplicación de herramientas didácticas; y a identificar sus derechos de una comunidad escolar para el conocimiento y tipificación de sus derechos y factores de riesgo en el transcurso de su desarrollo integral”.





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