POSADAS. En la carrera electoral para el 30 de junio, cuando los misioneros elegirán veinte diputados provinciales, una sanvicentina busca llegar a la Legislatura desde el tercer lugar de la lista del partido Trabajo y Progreso que lidera el actual diputado Claudio Wipplinger (quien busca revalidar su mandato).Irene Celenza nació en la Ciudad de Buenos Aires en 1959, pero vive en Misiones desde 1983, y en San Vicente desde el 3 de mayo de 1987. Tiene dos hijos y una nieta. Es empresaria, dedicada a la administración de la Clínica Clides en San Vicente, donde su esposo Edgardo Hofkamp es el director. Nunca trabajó en la función pública.“Me gustan el trabajo en equipo, la honestidad en las acciones y los pensamientos, la austeridad y las palabras claras. Soy optimista y autoexigente. Básicamente me gusta trabajar y predicar con el ejemplo. Estoy siempre pensando en el futuro, tratando de usar el pasado y los errores como experiencias positivas para aprender en la vida. Siempre tengo un proyecto (a veces demasiados) dando vueltas en la cabeza”, se autodefinió en su diálogo con PRIMERA EDICIÓN.Celenza se refirió a su visión de Misiones y los sectores de la economía, a la salud pública y las propuestas que lleva en la campaña de Trabajo y Progreso.¿Cuáles son los principales temas que pretende trasladar al debate en la Legislatura?Desde nuestro partido creamos un espacio plural, un canal de expresión para todos aquellos ciudadanos misioneros que hoy no se sienten representados. Queremos aportar equilibrio, porque todos sabemos que -cuando existen mayorías automáticas-, se pierde el debate que necesitan los temas que preocupan a la sociedad. Pretendemos sumar racionalidad al debate de todos los temas que se discutan, como lo son básicamente la educación. Que fue, es y será la herramienta de más peso para el crecimiento de todas las sociedades. También la salud y el medio ambiente, y creo poder aportar mucho al respecto.Ninguna sociedad puede crecer sin políticas a largo plazo en todos los ámbitos, y es la Legislatura donde esas políticas se deben crear y debatir de manera plural.También considero una tarea ineludible ejercer el control de la administración de los recursos que son de todos, que como sabemos es una de las tareas que deben cumplir los legisladores.¿Cómo ve a Misiones?Misiones, como Argentina, son ricas en recursos. Pienso que esos recursos, en ambos casos están desaprovechados. Los que vivimos en el interior de la provincia sabemos que todos los pueblos dependen de la actividad agrícola, cualquiera sea. No veo que haya políticas a largo plazo tendientes a fortalecer ese sector, para evitar por ejemplo que los hijos de los productores se vean obligados a emigrar a las ciudades, en lugar de pensar que ahí, en la chacra de sus papás o de sus abuelos pueden tener un futuro mejor.Hay una enorme desigualdad de oportunidades entre el interior y algunas ciudades como Posadas u Oberá. En San Vicente no hay oferta laboral ni educativa, ni deportiva, como para lograr que la juventud sueñe con crecer.Respecto del empresariado, pienso que estamos en una etapa en la que necesitamos ser cautelosos, escucho a muchos colegas que temen hacer inversiones porque las proyecciones a futuro no son claras, sufrimos una carga impositiva realmente importante, la escasez de energía impide el crecimiento y la instalación de empresas en el interior.¿Cuál es el rol del sistema público de salud en Misiones?Pienso que la salud pública de Misiones como muchas otras áreas, carece de federalismo. Si bien considero un avance importantísimo las obras y la inversión en equipamiento que se han hecho en el Hospital Madariaga, que hoy es un orgullo para todos los misioneros, los hospitales del interior, sufren la desigualdad que sufren otras áreas, como la educación.Voy a hablar puntualmente del Hospital de San Vicente: faltan nombramientos y sobran contratos precarios que no seducen a ningún profesional o personal técnico como para que decida radicarse en el interior.No cuenta con la cantidad de insumos, medicamentos ni profesionales suficientes como para asegurar la salud pública gratuita a nuestra población.Creo que el sistema de “autogestión” está agotado, o por lo menos necesita un cambio medular, que me parece que pasa por optimizar la administración de los recursos disponibles.Yo soy empresaria en el rubro de la salud. Sé por experiencia que los médicos no son los mejores administradores. Creo que sólo con una administración clara y responsable de los recursos humanos y económicos -junto con programas preventivos adecuados a cada una de las regiones-, se puede mejorar el sistema.¿Qué opina del voto joven?Sinceramente, no noto entusiasmo en los chicos. Muchos de ellos piensan que los quieren usar políticamente, y el concepto que tienen de la clase dirigente es muy malo.Ellos están preocupados por otras cosas, como por ejemplo qué van a hacer cuando salen de la secundaria, porque no hay oferta laboral, y en el caso de los que quieren seguir una carrera terciaria, no saben si los padres van a poder afrontar económicamente ese estudio. Creo que no basta con el ‘Che pibe vení y votá’ que cantaba Porchetto. Me hubiera gustado que la iniciativa naciera de ellos, pero no fue así. Muchos de ellos van a ir a votar a pedido de sus padres, pero sin un interés real y genuino que es como me hubiera gustado que sea.¿Qué postura asume frente al referéndum por el querellante particular?Definitivamente es un voto por el SÍ. Éramos la única provincia que no contaba con esa herramienta tan importante par ejercer nuestros derechos. Lamentablemente el tema no se está difundiendo con la fuerza que merecería por su importancia. En San Vicente, el 80% de las personas a quienes pregunté, no sabían nada del tema.¿Por qué aceptó ser candidata por Trabajo y Progreso?Hace mucho que me interesa la política, y yo la entiendo como la herramienta que sirve para mejorar la calidad de vida de los pueblos. Sinceramente, nunca había trabajado en política porque no encontré un espacio que reuniera las condiciones que yo pretendía que reuniera, alejado de verticalismos y pujas internas por el poder y el protagonismo, pero básicamente, donde todos sus integrantes tuvieran el mismo pensamiento: que solo el trabajo, la transparencia y la educación son las armas que queremos usar para combatir el atraso y empezar a cambiar.Me acerqué a Trabajo y Progreso, porque es un espacio horizontal, donde no existen los vedetismos, cuyos integrantes son personas que vienen de distintos sectores, la educación, la industria, el comercio, hay estudiantes, profesionales, amas de casa, pero fundamentalmente a todos nos une la vocación de trabajo.





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