ELDORADO. El Tribunal Penal I de esta ciudad condenó a ocho años de prisión a un hombre y a su hijo tras hallarlos plenamente responsables del homicidio de un joven, en un duelo a muerte que se dirimió a machetazos y cuchillazos. Fue en el marco de un juicio abreviado que se le siguió a Eugenio Benitez (68) y Sixto Ismael Benitez (24), por el crimen de Emilio Samudio (21), perpetrado el sábado 23 de julio de 2011 en la localidad de Puerto Esperanza. Un tercer imputado finalmente quedó desvinculado del brutal asesinato, en virtud de que al momento del hecho era menor, indicaron las fuentes. De acuerdo al expediente y los detalles que se ventilaron durante el debate, aquel día alrededor de las 3 y mientras se desarrollaba una fiesta de cumpleaños Sixto Ismael Benitez discutió con la víctima, en una vivienda ubicada en el barrio Nueva Esperanza II del citado municipio. Ambos involucrados y por cuestiones del momento se tomaron a golpes y en esas circunstancias intervienen los familiares de Sixto Benítez. Entre ellos su padre y también un hermano adolescente (en ese entonces tenía 16 años), quienes al parecer estaban en la casa de al lado.Luego de perseguir a Samudio lo agredieron ferozmente a machetazos, entre los tres. Le causaron lesiones muy graves, lo que motivó el urgente traslado del herido al hospital Samic de Eldorado, donde falleció luego agonizar durante tres días. Para tener un panorama de las severas heridas que le propinaron los agresores a la víctima, basta con recordar que el parte médico oficial certificó que Samudio presentaba “herida de arma blanca, cortante amplia en región parietal izquierda con lesión osea y perdida de sustancia, herida cortante en el antebrazo derecho con fractura de radio, herida cortante en muñeca izquierda con lesión osea y herida cortante en antebrazo derecho con fractura osea”. Cabe consignar que durante el juicio y teniendo en cuenta que Eugenio y Sixto al enfrentarse con la víctima también resultaron con lesiones graves por heridas de arma blanca (sus vidas estuvieron en peligro), el Tribunal decidió no ser tan severos en cuanto a las penas que les aplicó. Estaban acusados de homicidio simple, figura legal que prevé entre ocho y quince años de prisión. Incluso Sixto terminó con un cuchillo clavado en el abdomen. No obstante este detalle no quita que la contienda callejera fue desigual, encarnizada, brutal, de vida o muerte. Y así terminó, en forma trágica.




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