PUERTO ESPERANZA. El secretario del Juzgado de Paz de este municipio, Claudio Guillermo Wieland, denunció por amenazas de muerte a la hermana de Hernán Céspedes, el joven detenido por el crimen de Liani Itatí Piñeiro, que luego se suicidó en una celda de la UR V.Se trata de Claudio Guillermo Wieland, quien radicó la denuncia en el Juzgado de Instrucción 3 de Puerto Iguazú.El funcionario relató en sede judicial que todo se produjo el lunes pasado, en el marco de una nueva manifestación en Puerto Esperanza por la muerte del único imputado que tuvo la causa.Al parecer, la mujer irrumpió en la oficina del Juzgado de Paz y hasta habría pateado la puerta mientras insultaba al secretario y demás empleados. En una comunicación telefónica mantenida con este diario, Wieland contó que “nos gritaba que éramos unos muertos de hambre, que no iba a pagar ninguna multa y que se trataba de una persecución en su contra por la lucha que llevaba adelante por la muerte del hermano”, consignó.El funcionario aclaró que la bronca se habría producido contra él porque es responsable de notificar las multas por infracciones contravencionales en el pueblo.“Ella tenía cinco y todas eran por agresiones”, contó.Obviamente el secretario le advirtió de las consecuencias de su accionar y que si no se retiraba, llamaría a la Policía para que lo hiciera. Antes de marcharse, a manera de advertencia, ella aclaró que no estaba sola. Afuera se encontraban sus familiares y los manifestantes.Wieland lo comprobaría por sus propios medios treinta minutos después, cuando el juez de Paz le pidió que llevara unos papeles a la comisaría.La dependencia se encuentra a cuadra y media del Juzgado y para llegar a ella, era inevitable pasar frente a los manifestantes.Según Wieland lo hizo sin mayores sobresaltos de ida, pero a la vuelta la situación se descontroló.Una parte de los manifestantes comenzó a insultarlo, cada vez con mayor fuerza, y a arrojarle huevos.“Primero intenté no mirarlos, pero después ya no soportaba la cantidad de huevos que me pegaban y me detuve. Les dije porqué se agarraban conmigo, si no tenía nada que ver con la causa de Liani Itatí. Allí noté que las mujeres, motivadas por el señor Ortigoza, que les decía ‘vayan,vayan’, se cruzaron y comenzaron a agredirme, a patadas primero y después a piedrazos”.En ese contexto el empleado retrocedió caminando hacia atrás y cubriéndose la cabeza, para que no lo alcanzara ningún piedrazo.Así logró ingresar en la comisaría de Esperanza, en la creencia de que allí estaría a salvo. Pero se equivocó.Detrás de él entró el mismísimo juez de Paz pero esa circunstancia tampoco detuvo a los exaltados, que continuaron la ofensiva ante la endeble oposición policial.Wieland recordó que, en medio del caos, Jésica Céspedes “me señaló diciéndome que había firmado mi sentencia de muerte”.El empleado judicial alcanzó a ingresar en una de las oficinas y se puso a salvo, mientras aguardaba que los irascibles manifestantes se fueran del lugar.Media hora después todo volvió a la calma. Insólito pero cierto: pese a los desmanes, agresiones y amenazas dentro de la mismísima comisaría no hubo detenidos por los incidentes. Una barbaridad. “Claudio sos boleta”“Claudio sos boleta” gritaron los dos hombres que pasaron raudamente frente a la casa de Claudio Guillermo Wieland y el terror pareció penetrar sus huesos.Entonces el muchacho, de 29 años, comprendió que no se trataba de un sencillo incidente y decidió radicar la denuncia penal por “amenazas de muerte contra Jésica Céspedes, su madre, y Daniel Ortigoza”, según relató ayer a este diario.Aquella advertencia sucedió el martes pasado, un día después de que fuera agredido a metros de la Municipalidad de Puerto Esperanza.De acuerdo con sus dichos, hay filmaciones de cómo se sucedieron los hechos y la agresión contra su persona que terminó en la comisaría de Esperanza, increíblemente sin detenidos.





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