PUENTE ALTO Y LA COLORADA (Enviado especial). A casi dos meses del violento desalojo que los dejó tirados al costado de la ruta (8 de abril) y casi treinta días (8 de mayo) de la firma del acuerdo entre los afectados, las organizaciones sociales y políticas y los funcionarios del Gobierno provincial, los desalojados denuncian incumplimientos por parte del Estado en tres aspectos fundamentales: la asistencia alimentaria, el mejoramiento del hábitat transitorio y la recuperación de sus pertenencias, que se encuentran o encontraban en el predio en que habitaban. Durante estos casi dos meses, muchos debieron ser internados por patologías producidas por el desamparo en que se encuentran viviendo, la precariedad del hábitat (carpitas de nylon), la mala alimentación y la carencia de abrigo.“Nosotros mismos nos construimos esta especie de refugio”, señala Carlos, uno de los desalojados “cortamos los postes y utilizando nylon y las chapas de cartón que habían sido enviadas y estaban guardadas en un galpón decidimos con esos elementos tratar de mejorar un poco porque estuvimos esperando que nos trasladen a un galpón o a algún lugar más protegido de las lluvias y del frío pero nos íbamos enfermando, todas la semanas internaban a uno, y nadie hacía nada”, y agregó que “todavía nosotros, los grandes, podemos soportar un poco más, pero ¿y los chiquitos? Acá hay bebés, parece que los funcionarios no quieren ver nuestra realidad, no asumen su responsabilidad, nos tiraron acá hace sesenta días y nos abandonaron”.La asistencia prometida que nunca se concretóAndrea, es una de las madres desalojadas en Puente Alto, tiene tres hijos, uno de apenas cinco meses, en diálogo con PRIMERA EDICIÓN expresó: “Estamos viviendo una situación muy crítica, hace muchos días que no nos traen nada, por lo menos diez días que no recibimos comida, el intendente se olvidó de nosotros” y ejemplificó diciendo que “lo último que nos trajeron fue: 1 kilo de harina, 1 de azúcar, 1 kilo de yerba, 1 litro de aceite, 1 kilo de arroz, 1 kilo de leche, 1 kilo de polenta y fideos, no sé si piensan que con eso se puede alimentar a una familia. Sinceramente si no fuera por los demás aportes que recibimos de parte de algunos vecinos, de radio San Martín (emisora cercana), de la gente que vino de la UNaM, de los de La Rastrojera (productora cooperativa audiovisual que realizó un documental sobre el violento desalojo) estaríamos pasando mucho hambre”.Diego, otro damnificado, confirmó a este matutino todo lo dicho por Andrea, destacando nuevamente la ayuda recibida de aquellas organizaciones que los visitan. “Desde el municipio no están cumpliendo lo pactado en la mesa del 8 de mayo, esto lo hemos planteado en varias oportunidades, telefónicamente, pues no suelen acercarse muy seguido, pero la situación no cambia, inclusive hoy llamamos para volver a pedir que se acerquen y quedaron en venir, pero no apareció nadie”, indicó. Para finalizar, Diego destacó que “llevamos dos meses acá, necesitamos que pronto nos entreguen la tierra, hemos perdido todo, hasta nuestra salud, necesitamos volver a trabajar la tierra, a plantar, a producir, sino habremos perdido otro año y ya comprobamos que la asistencia prometida no llega”.“La demora es por la poca gente trabajando en este proceso”Antonio lleva casi dos meses acampado a la vera de la ruta 17, él y su familia fueron desalojados del predio conocido como La Colorada. “La solución viene muy lenta, ya se midieron los cuadros grandes, de hecho yo acompañé todos los días el proceso de medición, pero todavía no han dividido los lotes, van muy lentos; tierra hay, todos los presentes hemos comprobado que hay tierra para todos, confiamos en que respeten las 25 hectáreas por familia porque, como dije, tierra hay suficiente”, sostuvo Antonio.“Todavía no se han hecho los caminos, no se han picado los lotes, nos habían dicho que la semana pasada estaríamos relocalizados, pero pasó la semana, está pasando otra y todavía nada, yo pienso que se tendrían que apurar, esto es una emergencia, llevamos ya dos meses acá, no hay necesidad de que sigamos sufriendo en estas carpitas al costado de la ruta, me pregunto porque no mandan más equipos a medir, que suspendan otras mediciones como plazas, tendidos eléctricos o rutas, mediciones que no son tan urgentes y manden más equipos, lo nuestro es una emergencia, no sé si no entienden o no lo quieren ver, pero en la situación que estamos viviendo no se puede seguir”.“Nosotros cumplimos nuestro compromiso, ellos no”“El ministro de Derechos Humanos (Soria Vieta) salió a decir a los pocos días del acuerdo que había hablado con el juez y que nos iban a permitir recuperar nuestras pertenencias, pero hasta ahora nada, encima la semana pasada salió a decir que ya habíamos sido relocalizados, algo que, es fácil comprobar, es totalmente falso, yo no sé si no conocen o mienten, de cualquier manera es vergonzosa la actitud que tuvo con nosotros, ni siquiera fue capaz de acercarse hasta acá, nosotros cumplimos nuestro compromiso, ellos no”, afirmó Alberto a PRIMERA EDICIÓN.Todos coinciden en que a partir de la firma del acuerdo se levantó la protesta, no se cortó más la ruta y se prestó toda la colaboración posible para acelerar el proceso de medición.También señalan que “hay varios puntos que no fueron respetados por el Gobierno, entre ellos, los principales, como la asistencia alimentaria”, el mejoramiento del hábitat, la recuperación de las pertenencias que quedaron dentro del predio y sobre relocalización enfatizan que debe darse de manera urgente. Apuntaron que “el Gobierno provincial no ha aplicado ni la gente ni los recursos necesarios para dar solución a esta grave situación, que si hubiese tomado los recaudos necesarios podría haberse evitado”, y estas 26 familias misioneras no tendrían que estar atravesando por este calvario que aún hoy, casi dos meses después, continúan sufriendo.





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