POSADAS. Una cantidad incalculable del tendido público que lleva energía eléctrica a los hogares capitalinos pasó varios años de su debido tiempo de amortización y está obsoleto. No se trata sólo de las líneas colocadas en los barrios que ya superan los 25 años, sino que basta con dar una vuelta por el microcentro para notar que no hay reposición ni mantenimiento hace años. Ni hablar de la mayoría de las líneas de media tensión o de 13,2 Kv. Uno de los mayores problemas es la explosión demográfica capitalina, que se extiende hacia las afueras en grandes barrios como Itaembé Mini y Villa Cabello; frente a esto, la prestataria local no tuvo tiempo la “cintura” para reponer el cableado obsoleto. Otro de los problemas que tiene Emsa son los transformadores, según reveló una fuente técnica consultada. Esto se nota por ejemplo en los casos de los barrios donde primero vivían 100 personas y después pasaron a contener 500 familias, en donde la empresa proveedora instaló equipamiento para cierta demanda y actualmente está sobrepasada. Hay que tener en cuenta que el consumo también está en alza, impulsado por la utilización de las nuevas tecnologías y electrodomésticos que se adquieren en el mercado: lavarropas automáticos, computadoras, aire acondicionados, calefacción, hornos eléctricos y la lista sigue. Es decir, mientras que todo cambió, la empresa Emsa sigue con su viejo transformador trifásico de 200 kvas, cuando los requerimientos son de 500 kvas, mínimo, sintetizó la fuente. Los cortes intermitentes que se registran cada vez más a menudo en la ciudad están relacionados con esta falta de mantenimiento y reposición. De no mediar un cambio en la política del servicio, este invierno puede llegar a ser crítico durante las primeras heladas, cuando la demanda llegue a nuevos récords. Ni hablar del verano, en una región donde el calor castiga gran parte del año. Actualmente se corre el riesgo de que caiga el servicio de todo el sistema energético de Posadas, y aparentemente esto no está ocurriendo todavía porque sacan de servicio a Itaembé Mini, el centro o Villa Cabello, en una suerte de “Ta, Te, Ti”, para compensar la demanda y evitar el colapso. Algo que en la jerga de los operarios de la empresa se llama “Enfriar las líneas”.Diez años de atrasoTodo lo que atiende a la Planificación del servicio de Emsa presenta síntomas de “desorden”, ya que trabaja hacia “adelante”, dado por el servicio a los barrios nuevos, pero se olvida de “mirar” hacia “atrás”. Hay un atraso de diez años de trabajo de mantenimiento, y a la empresa le está costando acompañar el crecimiento de la provincia. Con este panorama, la salida del servicio y las interrupciones van a ser cada vez más continuas, sobre todo los días en los que se registran picos de consumo, cuando hay tormentas, o cuando durante las podas se cortan los cables que sacan de servicio a todo el barrio. La cifra de reclamos sin atender por falta de alumbrado público es muy alta: más de 10 mil. Sin dudas habrá que rever la prestación del servicio.





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