POSADAS. Todo parecía indicar que el único detenido por el crimen de Lucía Maidana recuperaría la libertad ayer, después de que las pericias de la Policía Científica descartaran que las manchas halladas en su ropa fueran de sangre. Sin embargo, la declaración de dos testigos, con los que el imputado dijo haber estado cuando mataban a Lucía, contradijeron su coartada.El alumno de Antropología había dicho en su declaración indagatoria que, ese día, abandonó su departamento a eso de las 20 para ir a la casa de un amigo.Haciendo un cálculo aproximado, ese trayecto le hubiera demandado una hora de viaje.Sin embargo, los dos testigos de ayer señalaron que, para ellos, arribó más tarde, incluso cuando estaban cenando.Uno de los declarantes, dueño de la casa donde al parecer se realizó la reunión, entregó espontáneamente a la Justicia las ropas que el detenido se cambió aquella noche.Las prendas fueron secuestradas y remitidas a la Dirección Criminalística para las pericias que buscaran algún rastro o huella de Lucía Maidana.Por esta razón, el juez de Instrucción 1 de Posadas, Marcelo Cardozo, dispuso que el muchacho, de 23 años, continuara privado de su libertad.El proceso será el mismo. El magistrado aguardará el resultado de los peritos y resolverá su situación procesal.Lucía fue asesinada la noche del sábado 6 de este mes, en uno de los episodios criminales más macabros de los últimos tiempos. Presentaba terribles golpes en la cabeza, al parecer efectuados con un martillo, y signos de haber sido abusada sexualmente, vía anal.La autopsia estableció que murió asfixiada, debido a la excesiva ingesta de humo. El asesino intentó quemar la habitación e incluso, hacer estallar el departamento dejando la garrafa abierta, pero no contó con que esta estaría vacía.El único detenido se prestó a la realización de un hisopado bucal para un ADN, que será cotejado con el patrón genético de las muestras de semen levantadas del cuerpo.




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