POSADAS. El Equipo de Rehabilitación del Hospital Escuela de Agudos Doctor Ramón Madariaga realizó la primera aplicación de bótox (toxina botulínica) a una niña de ocho años con parálisis cerebral que padecía de sialorrea (excesiva producción de saliva). El procedimiento, a cargo del médico fisiatra Roberto Gisin, se llevó a cabo el 23 de marzo y ha obtenido resultados positivos.“Se inyectó una dosis de treinta unidades de bótox en cada glándula submaxilar”, dijo Gisin. En la intervención, que requirió sedación inhalada, participaron el anestesista Carlos Fernández, la guía ecográfica realizada por las doctoras Verónica Salto y Noelia Gallo del, Servicio de Diagnóstico por Imágenes del nosocomio.El efecto del bótox dura entre tres y seis meses y en ese lapso se disminuye la salivación de la niña, lo que contribuye a prevenir las úlceras de la mucosa oral, que se suelen ver muy afectadas por la sialorrea, lo cual redunda en un mejoramiento de la calidad de vida de la paciente.Gisin señaló que fuera del uso estético, el bótox tiene actualmente aplicaciones médicas muy interesantes. Además de este caso en que se trató la sialorrea a los niños afectados por parálisis cerebral, indicó que desde 2010 el Equipo de Rehabilitación está utilizando bótox para el tratamiento de pacientes con espasticidad de los músculos a causa de otras afecciones como ACV, TEC, lesión medular, sialirrea en adultos con Parkinson o Esclerosis Lateral Amiotrófica (ella), todas ellas con buenos resultados.





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