POSADAS (Por Esteban Abad). “Darío Volonté y Vera Cirkovic combinan de un modo único su natural intuición musical y mezclando exquisitamente lo lírico y lo popular. De esta manera, un repertorio de obras clásicas y arias famosas se unen y conviven con canzonetas, zarzuelas y canciones de tono popular. Pero la vocación de Darío Volonté por difundir la ópera encuentra su mejor expresión en “Aurora”, la ópera de (Héctor) Panizza con la cual debutó en el Teatro Colón en 1999. Darío Volonté se presenta siempre en los principales teatros líricos del mundo protagonizando roles en óperas como Tosca, Turandot, Traviata, entre otras. Acompañado de la mezzosoprano francesa Vera Cirkovic, de gran trayectoria en Europa y aclamada por el público argentino, ofrecen lo mejor del repertorio lírico en una perfecta combinación artística”.El párrafo precedente fue tomado del programa de una presentación que realizaran los mencionados artistas en 2007 en un teatro bonarense al aire libre. Allá como aquí, pero con verde y lunaTiene la cualidad -el párrafo-, de expresar verídicamente y por anticipado lo que va ser una presentación de los dos líricos; como la que se vio y oyó en el Parque Temático de la Cruz de Santa Ana en ocasión del Concierto del Jueves Santo. Pero, difícilmente haya tenido aquel recital el entorno casi mágico de la cúspide del cerro, ese verde en cientos de variedades que rodea el escenario y esa lujuriosa iluminación que brindó la luna con su esplendor a pleno.“O sole mío” a dúoUno de los conceptos que se expresan en el párrafo que inicia esta nota es, “ofrecen lo mejor del repertorio lírico en una perfecta combinación artística”es algo que se pudo apreciar en lo único que ofrecieron juntos , “O Sole mío (famosa canción napolitana de 1898, con letra de Giovanni Capurro y música de Eduardo di Capua)”, desde la postura de las voces hasta los gestos dan fe de esa particularidad del dúo. Volonté, a quien se lo conoce como “el tenor del pueblo”, es bonaerense, nacido en 1963 y Vera Cirkovik es para algunos comentaristas francesa, para otros croata o yugoslava y para los organizadores del evento en el Cerro de Santa Ana “yugoslava residente en Francia”. “Nos conocimos cuando ambos éramos cantantes de ópera. Tenemos la suerte de llevarnos bien y de que nuestras voces se complementen bien”, dice Vera en referencia al dúo con Volonté pero también a que son pareja en la vida.“Porque somos del mismo palo”Volonté esgrime una sonrisa. A poco más de una hora antes de actuar en el escenario del teatro griego natural del cerro, comenta “Vera es una soprano dramática o mezzosoprano y yo, tenor de repertorio lírico o lírico-dramático, características que permiten una gran cantidad de concordancias para ofrecerle al público”. “Nuestro trabajo – prosigue -, es viajar y ofrecer conciertos. Es, por lo tanto, completamente armónico. Por ser "del mismo palo” sabemos que el día que se canta no se habla o se habla poco”. También indicó que “no damos entrevistas el día anterior a los conciertos”. No obstante, señaló su alegría por estar actuando en “un sitio no convencional para el canto lírico” y, asimismo, tuvo palabras de elogio para las orquestas, en especial para los Grillitos, “donde tocan chicos muy chiquitos” (SIC).“Ciertamente -insistió-, nunca habíamos actuado con niños tan pequeños (sonrió) y en tanta cantidad”. Vera agregó que “nos encanta haber apreciado que son buenos instrumentistas”.“Los clásicos están siempre”En cuanto al repertorio preparado para la tarde del Jueves Santo, Vera indicó que “los grandes clásicos están siempre; cosas como “Nessun Dorma” o las arias de “Carmen” que todo el mundo conoce, aunque no sepa cómo se llaman. Son esas piezas que, cuando suenan los primeros acordes de la orquesta la gente exclama: “ahhh”.Volonté remató esta improvisada entrevista agradeciendo a todos, músicos, sonidistas, organizadores, y al público. “Me alegra ver todo este público que viene a oir música de la que se llama culta, refinada o clásica. Pero tenemos que saber que la música que hoy se canta con ese prurito – lo de clásica -, fue en sus principios música popular”. “Luego vinieron otras músicas y otros músicos y otros públicos pero esta música no pierde vigencia”, subrayó. El tenor del puebloEl tenor -esto ya ha sido dicho en todas partes y por todos los medios, pero no esta demás recordarlo (y si lo dice él, mejor): “Trabajé de fletero muchos años. Soy maquinista naval. Desarmé motores diesel. Me gustan los autos y la mecánica. Más los fierros entre los años 60 y 70. Es una pasión muy fuerte y cuando puedo voy a ver exposiciones de autos. Si son viejos, mejor. Me gustan los buenos autos mantenidos con el tiempo, como si fueran eternos”. Además es veterano de la Guerra de las Malvinas y sobreviviente del hundimiento del General en esa misma contienda. En el concierto con su compañera debieron dar tres bises; al finalizar comentamos un hecho insólito.¿Imaginaron al público de un concierto haciendo palmas con sus canciones?“Sí, cuando les gusta algo y al aire libre la formalidad es algo superfluo”, dijo y se fue. Acordes sueltos del concierto• Escenario El escenario estaba abierto por los cuatro costados a veces el viento era allí demasiado fuerte y eso se notaba en los micrófonos de los cantantes y solistas . • Programas No hubo programas. Infaltables en un concierto – aunque sea al aire libre -; el público tiene que saber – sobre todo si por primera vez asiste a uno -, que es lo que está escuchando y a que artistas. • LocutoraComo todo tiene su lado bueno, que no hubiera programas permitió que María Aurelia Mendieta, locutora del concierto, luciera su legante vestido que hacía juego con la plateada luna, por más tiempo, a un costado del escenario. • LindoQue mucha gente compartiera sus mate con los vecinos del escalón del anfiteatro “natural&rd
quo; del cerro, lo que avanzado el concierto fue importante porque para algunas personas hacía frío. • Puesta de solEl recital se inició exactamente a las 19 tal como estaba anunciado. Esto permitió apreciar una magnífica puesta de sol, finalizando un día esplendoroso; tal como la canción · “chi bella cosa / la giornata al sole…”• Luz de lunaMientras el sol se iba la luna se hacía notar cada vez más. Su luz recataba el entorno selvático realzando los verdes y en especial a un alto guayuvira que parecía un alto y delgado centinela del encuentro. • EscalonesLa gente mayor , mayoría entre los espectadores del concierto -, no estuvo muy cómoda en los altos escalones del “teatro griego”. Para aplaudir de pie y volver a sentarse hacían una dolorosa gimnasia. • Solistas y directores En flauta, muy bueno Claudio Barile, que con la orquesta dirigida por Miguel Brizuela, brindó tres interpretaciones en flauta traversa. • Norberto García, director de merecidos pergaminos, todo un showman de la batuta. Incluso cuando el viento le hizo volar la partitura, miró las hojas con displicencia y siguió conduciendo a los doscientos músicos con la calidad de los grandes. • PrensaPreguntando “¿Cuál es el espacio para la prensa?”, señalaron una tribuna de tablas en un alejado lugar del predio. Nadie ocupó ese espacio. • Recuerdos de momentos muy buenos en lo artístico pero que en algunas áreas no lo fue en demasía; se hacen con el ánimo de contribuir a mejorar en lo sucesivo. Como una crítica constructiva. Y teniendo en cuenta algo dicho por una mujer muy entusiasta “por esto en Buenos Aires hubiéramos pagado una fortuna”.





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