COLONIA LIEBIG. (Por Sergio Alvez). En la primera parte de este informe se presentó un recorrido de sucesos y coyunturas que derivaron en el origen de la Cooperativa Agrícola Colonia Liebig, bastión fundacional de lo que luego se convirtiera en la localidad homónima, allí en la cabecera norte de Corrientes, donde esa provincia se une con Misiones a través del arroyo Chimiray que la separa de Apóstoles. Indagar en aquellas raíces fijó un itinerario atravesado por las duras circunstancias que debieron sobrellevar los casi 200 inmigrantes alemanes que arribaron a esta zona buscando un futuro mejor. Pero también, observamos cómo el tesón, la esperanza, y la integración con criollos e inmigrantes de otras nacionalidades – que estaban afincados en Apóstoles- lograron forjar pautas de progreso, y en el caso específico de Liebig, sembrar la semilla originaria del cooperativismo en la región. En esta segunda entrega, ahondaremos en aspectos más contemporáneos en cuanto a la actividad cooperativa en Liebig, y observando cómo se articulan en el presente, las relaciones entre las poblaciones de Liebig y Apóstoles. Últimas décadasLa Cooperativa Agrícola Colonia Liebig atravesó un cambio importante hacia 1979, con la adquisición del molino y la marca de yerba mate Playadito, entonces localizada en el denominado Paraje Playadito. “Cuando se adquiere esto, la cooperativa tiene una transformación importante, ya que se afianza la producción de yerba mate como actividad central y casi exclusiva”, explicó a este diario Estela Langer, de la cooperativa. Por su parte, el ingeniero Luis Almirón, en su trabajo “El desarrollo territorial de Colonia Liebig”, sostiene que “con la adquisición de un molino yerbatero propio la cooperativa inició una etapa de reactivación productiva, con el objeto de darle valor agregado a la yerba mate que producían sus asociados”.Luego agregó que “en procesos posteriores, la producción con marca propia fue creciendo lenta pero continuamente. Hoy, estos campesinos de etnias diversas comercializan su producción agrícola industrializada en reconocidas marcas que compiten a nivel internacional con las grandes empresas del mercado yerbatero”. Diversificar para paliar la crisisMás tarde, la crisis económica que en 2001 envolvía fuertemente al país, determinó para la cooperativa de Liebig, el inicio de proceso orientado a la diversificación productiva, como estrategia de supervivencia, que derivó en la apertura hacia otros rubros como la apicultura, la ganadería y hasta el comercio a través de un supermercado. “Aun cuando las oscilaciones del mercado sectorial y las políticas macroeconómicas nacionales debieron haber afectado la normal evolución de la cooperativa, valores muy particulares arraigados en la comunidad, sumados a una búsqueda de progreso material planificado y una forma definida de encarar los procesos de crisis, parecieron ser las claves de sus logros”, observa Almirón. ActualidadLa cooperativa de Colonia Liebig tiene hoy unos 140 asociados y un total de 220 empleados en los diversos sectores. “En total se estima que son aproximadamente cinco mil las familias que en la actualidad dependen directa o indirectamente de la cooperativa” señaló Estela Langer. En relación a visitantes que arriban a conocer la cooperativa, informó que “se reciben 1500 visitas anuales, de las cuales cerca de 1000 corresponden a estudiantes que vienen a interiorizarse sobre la historia de la cooperativa y de la inmigración alemana en Liebig, para realizar trabajos escolares”.Actualmente Liebig cuenta con 4500 hectáreas plantadas de yerba mate y alrededor de 50 hectáreas de horticultura, con una producción anual de 28 millones de kilos de hoja verde. Otros cultivos a menor escala, en la localidad, son el maíz, la soja, la mandioca, el zapallo, la sandía y otros que se comercializan en la zona.Además, la cooperativa apoya técnicamente la formación de grupos de pequeños productores que se están iniciando en la explotación forestal. InteracciónPara los habitantes de la zona, y pese a estar en provincias distintas, Colonia Liebig y Apóstoles, representan un solo pueblo. Esto se da, por integración natural en cuanto a intercambios sociales, laborales, comerciales, turísticos y hasta institucionales. Julia Amarilla (47), vive en el barrio Estación, de Apóstoles, a metros de Liebig y explica que “Es un solo pueblo. Acá es muy común que tengamos que ir a Liebig por un montón de razones, algunos trabajamos allá y vamos todos los días, o tenemos parientes, o a comprar algo que por estos lados no conseguimos, en fin, la integración se da todo el tiempo de manera natural”. Para los jóvenes, el constante ir y venir está ligado a las amistades y a la asistencia a los locales bailables. Marcelo De Lima (19), vive en Liebig pero dice que “con mis amigos vamos un fin de semana a bailar a Apóstoles y al finde siguiente nos quedamos acá. Yo en mi caso creo que tengo más amistades allá que acá, y mi novia es de Apóstoles también”. En materia de transporte, ambas ciudades comparten el servicio urbano de una misma empresa, por lo que las decisiones en torno a la tarifa, siempre afectan a los usuarios de ambas provincias. Las fuerza de seguridad en tanto, suelen realizar operativos conjuntos, a tiempo que en cuestión de difusión turística, también se trabaja de manera mancomunada entre los municipios.





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