SAN VICENTE. Cuando vio que el amigo del empresario saltaba al vacío y se liberaba, olió que las cosas no iban a salir como lo habían planeado. Entonces, mientras sus cómplices seguían con el comerciante, se escabulló por una ventana, caminó los techos y llegó hasta una galería comercial céntrica. Para cuando la Policía comenzaba a rodear la manzana, ya se había mezclado entre la multitud que copaba el microcentro de San Vicente.Como uno más en el montón, así logró pasar desapercibido y escabullirse el tercer integrante de la banda delictiva que asaltó y tomó de rehén a un comerciante de esa localidad el último viernes por la mañana. Dos de los delincuentes, oriundos de Buenos Aires, fueron detenidos, pero hasta anoche el escurridizo prófugo continuaba al margen del largo brazo de la ley.La cinematográfica fuga del hombre más buscado por estas horas en Misiones fue confirmada por fuentes de la investigación a PRIMERA EDICIÓN, quienes aseguraron que más de veinte uniformados seguían ayer trabajando para detenerlo.Según los detectives que trabajan en el caso, se trataría de la “conexión local” de la banda delictiva que protagonizó la “entradera” y posterior toma de rehenes en la casa del comerciante Rubén Rosa, en avenida Tejeda y calle Democracia de San Vicente.El viernes santo, alrededor de las 10, un amigo de Rosa llegó hasta el inmueble para organizar el almuerzo. En ese momento fue reducido por los tres ladrones, armados “hasta los dientes”, quienes lo obligaron a golpear la puerta.Cuando Rosa abrió, el trío se metió de lleno en la vivienda junto al reciénvenido. Subieron al primer piso de la casa y allí el comerciante habría intentado resistirse, por lo que los malandras comenzaron a forcejear con él. El amigo aprovechó la situación y saltó hasta la vereda para escapar y dar aviso a la Policía.Mientras los dos bonaerenses lidiaban con el dueño de casa y al notar que el robo se les había ido de las manos, el tercer integrante de la banda decidió “abandonar el barco” por otra ventana pero hacia los techos de las casas vecinas.El ladrón alcanzó a escapar a tiempo, ya que en apenas segundos una treintena de policías rodeó la manzana, mientras se iniciaba la negociación -luego frustrada, que terminó a los tiros- con los dos malhechores que habían quedado dentro de la casa.Los investigadores están seguros de que entonces el prófugo se escabulló por los techos y azoteas de casi una cuadra. De allí bajó a una calle cortada e ingresó a una galería comercial que también tiene salida por avenida Libertador y que curiosamente es propiedad del empresario Rosa.En ese lugar, atestado de compradores que aprovechaban las ofertas del viernes santo, se quitó la campera que llevaba puesta, se secó la transpiración, se arregló un poco el cabello y, de remera, salió hacia el microcentro de San Vicente como si fuera uno más del montón. Una fuga particular, digna de un guión de Hollywood.Lo demás ya es historia sabida: mientras sus cómplices se tiroteaban con la Policía y finalmente eran detenidos, el astuto delincuente se alejó por las calles de la ciudad disimulando en buena manera su nerviosismo. Así fue como se perdió entre la marea humana hasta alejarse cada vez más del lugar del hecho. De todas maneras, quienes encabezan la investigación para detenerlo aseguran que están tras sus pasos y que su libertad tiene las horas contadas. Justamente, en eso trabajaban ayer unos 25 policías de las comisarías Primera y Segunda de San Vicente, del Comando Radioeléctrico y de la Brigada de Investigaciones de la Unidad Regional VIII de la fuerza provincial.Mientras tanto, continúan detenidos en la Primera los dos delincuentes apresados el viernes después de enfrentarse a tiros con la Policía. Uno tiene 23 años y el otro, 37. Ambos son de Buenos Aires y habrían llegado a Misiones para sembrar el terror con episodios delictivos de este tipo, aunque poco y nada tardaron en ser detenidos y quedar a disposición de la Justicia. Marcas “tumberas”Mientras desde la Justicia se aguarda por el pedido de informe de antecedentes de los dos bonaerenses detenidos tras la toma de rehenes, los detectives prácticamente no tienen dudas de que ambos son “experimentados” en el mundillo delictivo.A esa conclusión llegan no solamente por el modus operandi de la pareja, sino también por los tatuajes “tumberos” que ambos tienen en distintas partes del cuerpo.Esas marcas de identidad bien podrían tomarse como los “antecedentes” de ambos, pero informales y, eso sí, grabados para siempre en la piel. Por eso, los policías consideran que esos tatuajes denotan un pasado de encierro en alguna prisión de Buenos Aires o de otro punto del país. Las certezas se develarán quizás en las próximas horas. El comerciante sufrió lesiones en el rostro Según pudo averiguar este medio, al intentar resistirse al atraco el comerciante Rubén Rosa recibió varios golpes de manos de los delincuentes.“Tiene golpes en el rostro, uno importante, entre el ojo y el oído izquierdo”, reveló un portavoz que pudo conversar con el conocido comerciante y empresario de San Vicente, quien hasta ayer “seguía aturdido”, lógicamente, luego de los dramáticos minutos que vivió en el interior de su casa.Sobre lo que sucedió en la vivienda de Tejeda y Democracia, se supo que el forcejeo entre el dueño del inmueble y los forajidos duró varios minutos y se trasladó hasta el piso superior. Fue en ese momento que el amigo de Rosa pudo escapar y dar aviso a la Policía.Siempre según los primeros relatos, los ladrones apenas ingresaron comenzaron a pedirle dinero en efectivo al comerciante. Estaban armados con al menos dos pistolas nueve milímetros y un revólver calibre .32. Las tres armas fueron secuestradas por los uniformados y serán sometidas a pericias.“Sin dudas, muchos de los que se dedican a la delincuencia en Buenos Aires comienzan a desembarcar en el interior del país, específicamente en nuestra provincia. San Vicente es una localidad tranquila, estamos acostumbrados a vivir de otra manera, y muchas veces no tomamos ciertas precauciones que seguramente a partir de ahora habrá que tener en cuenta”, señaló otro vecino de la localidad, conmovido por el violento suceso, como casi toda la ciudadanía local.Ayer la noticia continuaba circulando de “boca en boca” entre los habitantes de San Vicente.





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