POSADAS. La investigación por la muerte, ahora confirmada como homicidio, de la docente rural Carmen Mirta Rosa no deja de sorprender con datos que recubren de sospechas a los policías detenidos en averiguación del hecho. Ahora trascendió una nueva arista del caso que contradice la versión inicial de los hechos. A la mujer le destrozaron el cráneo a golpes y esa fue la causa de la muerte, no el estallido de la vejiga como se informó en un principio.La reconstrucción de la autopsia indica, sin temor a equívocos, que el o los asesinos atacaron sin piedad a la víctima, provocándole lesiones terribles como traumatismo de cráneo encefálico grave; fractura de tabique nasal y golpes devastadores en la zona baja que, incluso, desembocaron en el estallido de la vejiga.Pero no es la única novedad. Está prácticamente confirmado que la docente fue esposada en ese oscuro viaje hacia la muerte. El dato no es menor y constituye una contradicción notoria en la investigación, que marcha a contramano de la coartada que brindaron los policías detenidos en averiguación del hecho.Si como dijeron ellos en sede judicial, que se trató de un procedimiento irrelevante y por eso no dejaron constancia del mismo en la comisaría, porqué necesitaron esposar a Carmen Mirta Rosa.¿Qué motivos pudieron tener para reducir a la mujer? Sin dudas, es una pregunta que por el momento no tiene respuesta.La gran incógnita, en realidad, pasa por determinar qué pasó con Rosa después de que un patrullero la ‘levantara’ en un domicilio particular ubicado en el barrio Nuevo Garupá.Desde ese lugar y hasta la zona donde encontraron el cadáver hay unos dos kilómetros aproximadamente.La Justicia necesita determinar, justamente, qué sucedió en ese tramo y en qué momento.El cuerpo de Carmen Mirta Rosa apareció el 14 de febrero pasado a un costado de la cancha de fútbol del barrio Los potrillos, a eso de las 17.30.Ahora trascendió que el deceso de la mujer se produjo por los golpes devastadores que sufrió en la cabeza. Tenía otro igualmente mortal en la zona baja, que le produjo estallido de vejiga, pero la agonía se hubiera extendido más y el fallecimiento hubiera sido con posterioridad.La causa registró un giro sorprendente cuando los mismos familiares acercaron al menos tres testigos a la Justicia, quienes aseguraban que la docente fue ‘levantada’ por una patrulla de la comisaría seccional Quinta en el barrio Nuevo Garupá.Eso sucedió el lunes 11 de marzo, en horas de la mañana. Para la noche, el juez de Instrucción 6, Ricardo Walter Balor, allanaba la comisaría seccional Quinta.Allí secuestró el libro de guardia y otras documentaciones que, con posterioridad, determinarían que no había registro del procedimiento de traslado de Carmen Mirta.Lo que llama la atención es el tiempo que pasó sin que el caso fuera investigado como ‘supuesto homicidio’, habida cuenta de las conclusiones de la autopsia que determinaron la existencia de traumatismo cráneo encefálico, fractura de tabique nasal y terribles golpes en la zona baja, con estallido de vejiga.Otras aristas extrañas tienen relación con el hecho de que no se registró la demora de la víctima; tampoco se alertó de esa circunstancia al jefe de la comisaría ni cuando encontraron el cuerpo y ahora aparecen notorias contradicciones entre los policías sospechados.Ahora, quizás acuciados por las circunstancias, los policías habrían manifestado que, aquel 14 de febrero, vieron una patrulla de la Brigada Investigaciones de la UR X, dejando deslizar la teoría de que tuvieran algo que ver con el caso.





Discussion about this post