POSADAS. Un agente de policía y su cómplice, de oficio carpintero, fueron detenidos al intentar robar diez fusiles fusiles automáticos livianos (FAL) de la armería del Instituto Superior de Formación Técnica y Profesional (Isfotep) de la Policía de Misiones, en un asalto fallido registrado durante la madrugada de ayer en Miguel Lanús.Durante la intentona se vivieron minutos de intenso dramatismo, sobre todo cuando el agente quedó cara a cara, en posición de disparo, con un oficial del Grupo de Operaciones Especiales (GOE), quien dio la orden de “alto policía”.Ambos se apuntaron con sus respectivas armas en un instante de extrema tensión, que pareció durar una eternidad.Finalmente, el agente, completamente rodeado y sin vías de escape, desistió de su accionar y arrojó la pistola 9 milímetros dentro del VW Gol en el que arribó junto a su cómplice. Previamente, el uniformado intentó darse a la fuga pero “francotiradores”, dispuestos con suficiente antelación en sectores estratégicos, lo evitaron al disparar a los neumáticos.Los hechos se desencadenaron vertiginosamente ayer, a eso de las 0.30, pero la investigación comenzó cuatro días antes, cuando la Policía accedió al dato de que se produciría el robo de un importante arsenal en el Isfotep y que entre los autores estaría uno de sus hombres.Sucedió el jueves y rápidamente se conformó un grupo selecto de trabajo, coordinado por el subjefe de la Policía de Misiones, comisario general Omar Orlando Amarilla, y el juez de Instrucción 7 de Posadas, José Alberto López.Desde ese momento se montó una vigilancia encubierta sobre el agente sospechado, dejando que siguiera con su plan como si nadie lo supiera.Así se estableció que mantuvo contacto con cuatro o cinco personas los días previos al asalto. En general, se movilizaban en el VW Gol del uniformado, en una moto marca Honda Tornado y en una camioneta Ford EcoSport negra, con vidrios polarizados.Los investigadores manifestaron ayer sus sospechas de que los tres vehículos pertenecerían al agente, de 21 años, circunstancia que es investigada por la Justicia.En ese contexto, la Policía estableció, a través de su contacto, que el intento de robo se produciría entre la noche del domingo y la madrugada de ayer.Los investigadores trabajaron durante toda la jornada del domingo, desde tempranas horas de la mañana, para preparar el procedimiento encubierto, monitoreado por el juez José Alberto López.Las tareas se intensificaron a partir de las 21.30, pero la llegada del VW Gol con el agente al volante y el cómplice como acompañante se produjo a las 0.30 de ayer.El vehículo ingresó al predio del Isfotep y el policía descendió para ingresar al sector de la armería.Todo en el contexto del operativo encubierto que dispuso la Policía y el magistrado de instrucción en turno.Presuroso, el uniformado cargó los diez FAL al coche mientras su cómplice aguardaba a que terminara.Cuando lo hizo, el agente encendió el motor y se dispuso a reanudar la marcha, momento en que un oficial del GOE irrumpió con una Itaka en la mano y al grito de “alto Policía”.En ese momento el conductor amagó con acelerar y se escucharon los estruendos de al menos tres disparos que reventaron los neumáticos.El sospechoso que iba al volante bajó con la pistola reglamentaria en la mano y apuntando a su superior. Fueron segundos, minutos en que el aire podía cortarse con cuchillo.Finalmente, el uniformado lanzó el arma al interior del VW Gol y se entregó. A su lado, el carpintero no hacía más que seguir los acontecimientos con una mirada más de terror que de resistencia.Allí ambos fueron rodeados por personal del GOE, de Infantería y el mismísimo juez José Alberto Gómez, quien acudió en compañía del subjefe de Policía.En poder del carpintero encontraron la llave de una moto, que se sospechó podía encontrarse cerca de las instalaciones del Isfotep.Las sospechas se disiparon minutos después, con el hallazgo de la Honda Tornado, a una cuadra y media del escenario del asalto fallido, se informó ayer. “Sacó la pistola y se apuntó cara a cara con un oficial del GOE” El agente intentó escapar al volante de un VW Gol pero los proyectiles disparados por “francotiradores”, especialmente ubicados con antelación, impidieron esa maniobra.El agente descendió y se apuntó cara a cara con un oficial del GOE que intentaba detenerlo. Finalmente, se entregó en compañía de su cómplice.Los investigadores entonces procedieron a incautar los fusiles que intentaron robar, 2 mil dólares y 12 mil pesos en efectivo.Dentro del vehículo, además del dinero, había una radio portátil, tipo Handy, con frecuencia policial activa.Los detectives sostienen que hay más involucrados en esta maniobra. La teoría surge de un trabajo concreto, efectuado durante los cuatro días previos al robo fallido.Una labor encubierta permitió a los investigadores plasmar, incluso en videos, la vinculación del agente detenido con cuatro o cinco personas más.Solían encontrarse, justamente, en jurisdicción de Miguel Lanús. Se movilizaban y cambiaban permanentemente de vehículo. Así se los pudo registrar en el VW Gol, en una camioneta Ford EcoSport y en la moto Honda Tornado.La Justicia informó ayer que se continúan con las pesquisas para confirmar o desechar esta teoría. Un egresado con régimen especial en la escuela“Era un aspirante con problemas físicos, sobre todo en las rodillas, pero lo exceptuaban de las tareas físicas más exigentes, por esa razón egresó de la Escuela de Cadetes”, indicó ayer una fuente policial a este diario.El agente, de 21 años, es oriundo de la localidad de Colonia Aurora. “Esa información pareciera corroborarse con la leve cojera que muestra al caminar”, según indicó uno de los hombres que intervino en el operativo guiado de ayer en el Instituto Superior de Formación Técnico-profesional.Aunque es muy pronto para ello, no faltó ayer quien asociara a este uniformado y a su cómplice con la sustracción de ocho pistolas 9 milímetros de la Escuela de Cadetes de la Policía.El caso saltó a la luz el 6 de junio pasado, a través de un informe efectuado por este diario.Ambos sospechosos fueron alojados en dependencias policiales distintas, mientras el juez de la causa ordenaba el secreto de sumario.En el procedimiento intervino personal del Grupo de Operaciones Especiales, de Infantería y de otras unidades de la Policía
, con el subjefe Omar Amarilla a la cabeza, concluyó el portavoz.





Discussion about this post