POSADAS. Azucena Fontán era sinónimo de teatro y a lo largo de sesenta años le dio todo su amor y su vida a este arte, primero sobre las tablas como actriz y después cerquita del escenario como directora teatral. Ayer, la noticia de su muerte llenó de tristeza a quienes la quisieron, la conocieron y a todos aquellos que fueron testigos de ese amor incondicional al teatro. Azucena falleció poco después de las 10, a raíz de un paro cardiorrespiratorio, en un geriátrico céntrico donde estaba internada “debido al intenso cuidado que requería por su salud”, manifestó su hija Clarice Neves.Ayer y en las primeras horas de hoy los restos de Fontán estaban siendo velados en la sala situada en la calle San Martín, entre 25 de Mayo y General Paz, donde sus seres queridos se reunieron para despedir a “Azu”, como la llamaban afectuosamente. Hoy, a las 11, el cortejo fúnebre partirá hasta el cementerio “La Piedad” para dar el último adiós a la directora teatral.En los últimos tiempos la salud no acompañó a Azucena, que con 79 años seguía proyectando y soñando con seguir poniendo en escena obras que aún tenía en el tintero. La directora teatral iba a cumplir ochenta años el 21 de agosto.Actriz, docente, directora y fundadora de El Antifaz, teatro que transitó sus primeros años en San Fernando (Buenos Aires) y que hace 17 años funcionaba en Posadas, hasta enero de este año que, por problemas económicos cerró sus puertas. Para recordar su esencia y esa pasión que tenía por todas las artes, en especial por el teatro, PRIMERA EDICIÓN dialogó ayer con el artista José Fernández, quien durante muchos años trabajó con Azucena en la sala El Antifaz y quien la recordó con gran cariño y admiración.“Azucena siempre apoyó a las artes plásticas y por eso desde que llegó a Posadas vino con la idea de que funcionara un taller de dibujo y pintura con un artista al frente. Así que desde que nos conocimos la acompañé. Son casi 18 años. En la obra que más la recuerdo, en la que más trabajamos y me dio mayor satisfacción fue en ‘El conventillo de la Paloma’, para el Bicentenario”, contó José Fernández, al tiempo que rememoró que “cuando la vi actuar en Alberdi 10, donde comenzó su teatro, me impactó mucho como actriz. Ella había preparado y dirigido ‘El zoo de cristal’, de Tennesse Williams. Era una actriz excelente, es una mujer que preparaba muchísimo todo, estaba en los mínimos detalles para levantar una obra, no ponía una obra en escena si para ella no estaba de diez. Muy responsable, muy creativa y muy exigente con ella misma”, destacó Fernández, al tiempo que también remarcó la labor de Azucena como directora teatral. “Desde que empezó, trabajé con ella”, contó con nostalgia José Fernández y no pudo olvidar las palabras de Azucena cuando decía que “el teatro era una página de la vida de cualquier persona, que cualquier persona podía subir a un escenario, siempre con las pautas marcadas”.La maestra de la islaAdemás, José contó que Azucena antes de dirigir El Antifaz fue maestra y directora de escuela en San Fernando. “Por los comentarios que me hizo fue una maestra de las de antes, de fierro, de conducta, de lucha, ella trabajó en las islas del Delta del Paraná. Me contaban que salían en lancha con otras tres o cuatro maestras y pasaban a juntar a los alumnos en las islas, llegaban a la escuela a las 11 y empezaba sus clases que iban hasta las 17, aunque hubiera tormenta o lluvias, lo mismo daba clases en la isla”. “Además, fue una mujer muy comprometida con la democracia, porque estuvo en la época de la represión, estuvo al frente de los que combatían contra los militares. Fue muy comprometida con la democracia”. “El teatro era su vida”Otro de los artistas misioneros que recordó a Fontán fue el actor y humorista Julio Bueno, quien expresó: “Como decimos los actores, ‘está de gira’, Azucena fue una mujer que amó profundamente al teatro. Y lo digo más allá de las diferencias que podríamos tener con ella, el teatro fue su vida, creo que al cerrar el teatro se le murió el sueño. La conocí cuando recién llegó a Posadas, actué con el grupo de ella cuando tenía el teatro en Alberdi 10. También junto a Máximo Müller y otros actores hicimos con ella una experiencia de teatro leído con la obra “Un tranvía llamado deseo”. Era buena directora”, afirmó el actor. Las palabras de su hijaPese al dolor inmenso por la partida de su madre, Clarice Neves compartió algunas palabras con este diario y destacó que su vida fue para el teatro, ella decía que “‘el teatro ayudaba a resolver cuestiones internas y profundas del ser’ y de hecho quienes vinieron hoy (por ayer) a despedirla destacaban que los marcó interiormente también, que dejó muchas enseñanzas”. Clarice contó que el cierre de El Antifaz le afectó muchísimo a Azucena. “Eso la tiró muy abajo, comenzó a caerse literalmente y en ánimo, en los últimos tiempos se había abandonado, siempre tenía la ilusión de que el teatro se abriera en otro lugar, que siguiera. Y esto, sin echar culpa a nadie, por que no es esa la intención, de hecho mamá estuvo muy agradecida con el señor Kegler (propietario de la sala donde funcionaba El Antifaz), ella siempre estuvo muy agradecida con ese señor por todos los favores que tuvo con ella”, afirmó su hija.“De cierta manera, mamá está cerrando una etapa del teatro independiente, el espacio era muy importante para ella. Hoy ya se manejan de otra manera, se juntan, hacen teatro y alquilan una sala, creo que ella es parte de toda esa generación que también va desapareciendo”, señaló Clarice.Por último, su hija subrayó que a Azucena también hay que destacarla como docente. “Hay que destacarla a ella en la docencia, una de las cosas que más admiraba de ella era la capacidad que tenía de hacer subir a alguien al escenario, de cero, de la nada, pero siempre estimulándolo, diciéndole que se puede, esa capacidad de estar rodeada siempre de gente joven, eso fue lo que mamé de chiquitita y hasta los últimos tiempos ella estuvo rodeada de jóvenes”, agreg
ó. De hecho, había un buen número de jóvenes ayer en el velatorio de la directora teatral. Se fue una mujer que a lo largo de su vida abrazó el teatro con todas sus fuerzas, que vivió amando lo que hacía y que dejó un sinfín de semillas en otros artistas, que seguro han de florecer con la misma pasión. El teatro en el almaEntre los archivos de notas compartidas con Azucena Fontán con este diario, encontramos una entrevista en la que la directora teatral recordaba sus inicios en el teatro en San Fernando (provincia de Buenos Aires), de donde era oriunda. Allí la directora contaba que “un buen día había un teatro que se llama El Antifaz, tenía una sala muy pequeña. Me invitaron y al poco tiempo ya era parte de ese grupo. Seguí un poco la línea de mi director. Heredé mucho de Alberto Gilardoni”. Luego ella tomó la posta y siguió dirigiendo el teatro en San Fernando hasta que el 1 de noviembre de 1995 llegó a Misiones y en la capital de la provincia abrió el telón a El Antifaz, que primero funcionaba en Alberdi 10 y que hasta inicios de este años estuvo en Catamarca 1744 (entre Félix de Azara y Buenos Aires). Con la obra “El zoo de cristal” Azucena se presentó por primera vez en Posadas, en abril de 1995 y con esta pieza obtuvo un premio nacional. Allí, Azucena dirigió numerosas piezas como “Made in Lanús”, “Un drama en el quinto Pino”, “El juego del poder”, con texto y dirección de Fontán, que le valió un premiso a nivel regional y nacional y que de hecho esta obra fue llevada a la pantalla chica allá por 2003 y emitida para todo el país por Canal 7. “Me considero una productora de talentos” dijo alguna Fontán a este medio y de hecho ha sembrado el amor y la técnica teatral en cada uno de los alumnos que asistían a los talleres que dictaba. Se fue una mujer que amó el teatro con todas sus fuerzas, que dejó una huella en el corazón de quienes estuvieron a su lado y que logró hacer emocionar hasta las lágrimas y reír con esas historias que representaba sobre las tablas de su amado Antifaz.





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