POSADAS. “Este yerbal es del año ’91 y como tenía un vivero y me sobraron algunos plantines en el año 2000 planté los cedros australianos”, contó el productor Eduardo González de Dos Arroyos, quien posee una plantación de quince hectáreas de yerba mate, donde conviven las mismas con árboles de Grevillea, araucarias y cedro australiano. Su chacra se ubica a pocos metros de la ruta 4 que une a Leandro N. Alem con San Javier.“Ahora estoy sacando algunos árboles porque los había plantado muy juntos y como tienen una copa muy amplia dan mucha sombra. Yo recomiendo plantar los árboles en una relación de 15 por 15 metros”, aconsejó González a quien la práctica de muchos años en la producción, le permite concluir cuestiones como éstas. Agregó que “Cinco años atrás sacaba entre 70.000 y 80.000 kilos (de yerba). El año pasado coseché en diciembre y saqué 206.000 kilos”, remarcó.La chacra de González resume las buenas prácticas aconsejables para la yerba mate. Con los árboles se aprovechan las hojas y ramas para aportar materia orgánica al suelo. Además, al momento de plantar González trazó las curvas de nivel correspondientes y cada tanto realiza un subsolado para facilitar la infiltración del agua. El empastado de los caminos internos y el desmalezamiento selectivo completan las tareas que se pueden observar en este yerbal.Los técnicos coinciden con el productor y añaden otras ventajas. “Con el granizo, por ejemplo, hay poco daño porque la yerba mate está más protegida. Otro beneficio es que se atenúa el efecto del viento. Y esto es beneficioso porque con el viento las hojas pierden más agua y a la larga se genera una merma de los rindes”, explicó el ingeniero agrónomo Guillermo Reutemann, uno de los principales difusores de la modalidad productiva. De la recorrida por la chacra participó el presidente del INYM, Luis Prietto, quien aseguró que “Esto es lo que hay que entender y es que, amén del precio que paga el mercado por la materia prima, el productor tiene que sacar muchos kilos. Este es el camino que se debe tomar: obtener la rentabilidad que esperamos todos, porque cuando hay recursos el productor tiene mejor ánimo para invertir en la chacra. El productor no debe desaprovechar este precio que tiene hoy la yerba y sacar el mayor provecho posible aplicando tecnología y manejo en sus chacras”.





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