ELDORADO. El comerciante acusado por el abuso sexual de sus dos hijos adoptivos declaró ayer durante más de cuatro horas, durante las cuales insistió con su inocencia. Fue en el marco del juicio oral (a puertas cerradas) que se le sigue al imputado tras ser denunciado por su ex pareja en 2007. Durante su exposición, el comerciante negó las acusaciones en su contra y aportó a través de su defensa elementos de prueba que a su entender lo desvinculan del hecho, tras lo cual se puso a disposición de los jueces, del fiscal y del abogado que se constituyó como actor civil de la familia de las víctimas. De esta manera el hombre contestó diversas preguntas que le fueron formuladas, donde trascendió que no habría incurrido en contradicciones y que incluso el interrogatorio se dio con absoluta normalidad. UmbandaEl comerciante, quien llegó en libertad al “banquillo” de los acusados, habría reconocido en un pasaje de su testimonio que mientras “estaba en pareja con la denunciante, ésta le hizo practicar la religión con ritos africanistas umbanda y que a raíz de ello tuvo serios problemas económicos, pero que pese a todo cuidó a su esposa mientras ésta estuvo enferma”, indicaron las fuentes. Además, se habría definido como un “padre ejemplar y que a sus hijos, pese a estar su negocio en zozobra, nunca les faltó nada”. La madre de las víctimas y el comerciante contrajeron matrimonio en 1992 y con posterioridad decidieron adoptar dos hijos, quienes ahora denunciaron al padrastro. Al ser consultado acerca de la situación de su hijo biológico (ver recuadro), quien fue condenado también por abuso sexual simple, el imputado habría dicho que “el joven fue imputado de supuesto tocamiento en los pechos de su hermanastra” y que la condena está siendo analizada por el Superior Tribunal de Justicia y que en su momento “la sociedad se dará cuenta que no es cierto y que no existió dicho abuso”, precisó un informante. Cabe recordar que desde el pasado lunes se lleva a cabo el citado juicio oral, en la sala de audiencias del Tribunal Penal 1 de Eldorado, bajo la presidencia de la camarista Lyda Gallardo, secundada por su par Atilio León y el magistrado subrogante Juan Pablo Fernández Rissi, titular del Juzgado de Instrucción 3 de Puerto Iguazú. Las mencionadas autoridades determinaron pasar a un nuevo cuarto intermedio hasta el próximo lunes, donde se aguarda con expectativas la declaración de la denunciante. Durante la primera audiencia y tal como publicó este Diario el imputado tuvo la oportunidad de brindar testimonio, pero se abstuvo de hacerlo, hasta la jornada de ayer. En el arranque del juicio declaró una psicóloga posadeña, quien en su momento habría brindado tratamiento a los menores; una niña de seis años y un adolescente de catorce. La profesional habría ratificado que ellos, en las distintas entrevistas, hicieron alusión a episodios de abuso sexual, sometimientos y acciones crueles de parte de su padre. En el caso de la nena, que al momento del hecho tenía seis años, se probó que hubo acceso carnal. Al adolescente, al parecer, exhibía material pornográfico. “Nunca tuve un arma de fuego”En un pasaje de su declaración, el acusado fue consultado con respecto a las supuestas amenazas de muerte que habría referido uno de sus hijos, tras lo cual el hombre habría negado dicha acusación y afirmó que “nunca tuvo un arma de fuego en su poder”. Vale recordar que en diciembre de 2009, su hijastro fue condenado a cuatro años de prisión con cumplimiento efectivo, máxima pena establecida para el delito del que se lo halló culpable: abuso sexual simple. El imputado fue acusado de abusar de su media hermana, cuando ésta tenía seis años, consignaron las fuentes en aquel momento. Según constaría en el expediente, los ataques sexuales a los dos chicos habrían sucedido entre marzo de 2003 y el mismo mes de 2004, aunque no estaría precisada la fecha exacta. Sin embargo, la aberrante historia salió a la luz en mayo de 2007, cuando la madre de la menor denunció que su ex marido y el hijo de éste violaron de manera reiterada a la nena que ella y el hombre habían adoptado. El adolescente de catorce habría declarado ante la Justicia en aquel entonces: “Mi padre me hacía ver películas con chicas desnudas y con un revólver que me puso en la cabeza me amenazó”. Según comentó la denunciante, el comerciante le propuso entonces traer a vivir a su otro hijo, producto de un primer matrimonio.





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