POSADAS. Los alrededores de la ribera en la Capital provincial, desde la zona Oeste hasta más o menos el puente internacional Posadas-Encarnación, ha sido más o menos la extensión geográfica donde -desde hace bastante tiempo- vienen sucediendo llamativos avistamientos de serpientes constrictoras, cuya especie, conocida aquí, se denomina curiyú (Eunectes notaeus). Inclusive en las primeras semanas de febrero se había prohibido categóricamente el ingreso al solarium del arroyo Mártires, donde una (o varias, no se sabe siempre fue la misma) serpiente había sido filmada, nadando en sus aguas. Tal así que hace poco vecinos que caminaban por el nuevo puente del Acceso Oeste de Posadas, habían encontrado una víbora de cuatro metros a escasos metros del puente de la avenida Chacabuco, y la mataron. A este caso se sumaron muchas otras denuncias de víboras curiyú vistas por la zona de arroyos de la avenida Centenario, el Brete y también el muelle que suelen usar los pescadores que se reúnen en torno a la costanera capitalina.En este sentido, PRIMERA EDICIÓN consultó al responsable del serpentario del Instituto Montoya, Amado Martínez para que explique el fenómeno de la aparición de tantas serpientes, que han despertado un sinnúmero de teorías y relatos exagerados de porqué se mueven en estas costas. “Al igual que algunos animales, este tipo de serpientes de las familias de las boas, las curiyú invernan. Para tener actividad y salir de sus nidos a cazar, debe haber unos 28 grados de temperatura, con lo cual cuando empiezan las temperaturas más frescas, se quedan dormidas.Hacen nido en algún lugar seco y allí se quedan a dormir”, aclaró el experto Amado Martínez.“Generalmente todos los reptiles desaparecen en invierno, salvo los yacarés, que en los días de sol, pese a estar en invierno, suelen salir a tomar sol.“En caso de la curiyú, generalmente invernan. Los días de sol, si bien no se alimentan, suelen salir a calentarse al sol. Por eso puede pasar que cuando más se las ve es en invierno, pero hay que saber que no salen a cazar, sino a tomar sol. En verano suelen pasar mucho tiempo en el agua, donde suelen cazar, porque ellas no se alimentan cuando hace frío, sólo salen cerca de la costa a tomar sol”.Cambios de geografía“Hay muchas especies que, con la transformación de la costa, aparecieron y que también por ese motivo van a desaparecer, porque cuando hay cambios tan grandes como estos que nos están ocurriendo, se empiezan a ver animales que nunca se vieron. Pasados algunos años, se vuelve a normalizar”.Martínez desestimó que estemos ante una migración de serpientes de gran tamaño, ya que para él “Garupá y hasta un poco más arriba y hasta cierta parte de algunas localidades situadas en la margen del río Uruguay fueron su hábitat natural. “Curiyús nunca hubo más allá, ya que es de un ambiente de esteros y nunca hubo más allá porque no es animal de río torrentoso. Siempre anduvieron por aquí nomás dando vueltas”, explicó el ecologista responsable de muchos procedimientos para liberar especies autóctonas en espacios protegidos.“Del lado de Paraguay se está dando un fenómeno similar. Recientemente estuve en el zoológico de Encarnación y también estaban avistando muchas curiyús. Ocurre que vivían en las islas y las costas que se inundaron con la crecida del Paraná, por eso se las ve más seguido, pero son todas de la zona, no es que se están desplazando desde otros lugares y todavía no se reubicaron”.





Discussion about this post