COLONIA LIEBIG (Por Sergio Alvez). En Argentina, las primeras experiencias cooperativas se desarrollaron a partir de las últimas décadas del siglo XIX, a partir del arribo masivo de inmigrantes europeos, en el marco de crecientes crisis en el Viejo Continente y la expansión en nuestro país del modelo económico impuesto por la organización del Estado. Nos cuenta Daniel Plotynski, investigador especializado en economías solidarias, que “los inmigrantes aportaron no sólo técnicas y procedimientos de trabajo, sino también tradiciones y formas mutuales de organización que introducían ideas de solidaridad y cooperación a través de instituciones en que se agrupaban por nacionalidad, colectividad, fe religiosa, clase social, oficio o actividad. Inicialmente ese movimiento se manifestó con mayor fuerza en la ciudad de Buenos Aires, pero luego se fue expandiendo a otras ciudad, pueblos y aun al ámbito rural”. Dentro de esta mirada, se circunscribe una experiencia regional que marcó una profunda huella en la historia del cooperativismo en nuestra región: la irrupción de la Cooperativa Agrícola de Colonia Liebig. Adentrarse en esa epopeya, implica situar la línea del tiempo inicialmente en 1924, cuando un grupo de 200 inmigrantes alemanes llegó a Argentina en tres buques, casi con lo puesto, y con una serie de promesas e ilusiones que, por distintas razones, virarían de rumbo. Separada de Apóstoles (Misiones) por el arroyo Chimiray, Colonia Liebig es cabecera norte de la provincia de Corrientes. A esta ciudad, se la considera una cuna del cooperativismo, actividad que estuvo intrínsecamente ligada, a la fundación misma del pueblo. En la primera parte de este informe, PRIMERA EDICIÓN indaga en las raíces del movimiento cooperativista que forjó Liebig, para avanzar en una segunda parte – a publicarse en los próximos días- donde observaremos aspectos del presente de este pueblo vecino. De Alemania y con los puestoKarlsruhe significa “el descanso de Carlos” en alemán. Es el nombre de un distrito urbano del suroeste de Alemania, en el estado de Baden-Wurtemberg, próximo a la frontera de Alemania con Francia. Desde este poblado, a principios de 1924, partieron unas 200 personas, que previamente habían conformado un proyecto cooperativo, con la idea de desarrollar actividades en Paraguay, en base a una promesa que había llegado desde estas pampas. “Les habían prometido tierras y posibilidades en Paraguay, pero no llegarían a Paraguay, sino que desembarcan en Buenos Aires, y al llegar se enteran de que lo que esperaban de Paraguay no estaba firme. Ellos no tenían dinero, venían apenas con lo puesto prácticamente. El viaje en barco había durado un mes y ahora necesitaban un lugar donde instalarse. Nada les iba a ser fácil” relata a este diario Estela Langer, recepcionista de la Cooperativa Agrícola Colonia Liebig, donde existe un área temática a modo de museo, en la que se puede conocer en profundidad- a través de relatos y fotografías- la historia de estos inmigrantes que fundaron el pueblo y la cooperativa. “Este grupo de inmigrantes, con ayuda de una comisión que los esperaba, salieron a recorrer lugares en busca de tierras. Entre el grupo, sólo un puñado tenía conocimientos en agricultura, la mayoría eran artesanos, o tenían conocimientos en otros rubros”, indicó Langer. “Tras peregrinar buscando un lugar donde quedarse, finalmente llegan a la zona de influencia de la entonces Compañía Liebig, el 29 de mayo de 1924. Eran 165 personas, porque un grupo había decidido partir por cuenta propia a Paraguay”, aporta Langer. La semilla cooperativaAl afincarse en la zona conocida hoy como Colonia Liebig, pero que entonces era popularmente denominada por los lugareños como Puerto Curuzú, el contingente alemán se expandió en 85 hogares, de rústicas construcciones al principio. Luis Friedlmeier, nacido en Liebig, es un investigador que publicó el libro “Colonia Liebig, historia de la inmigración alemana”, un completísimo recuento acerca de las instancias y personajes que dieron vida al pueblo. “Los migrantes alemanes se asentaron en lo que fue la ex-Estancia La Merced de la Companía Liebig de Extractos de Carne, una empresa de capitales ingleses y belgas. Colonia Liebig y su gente, estamos orgullosos de su Cooperativa, fundada también por los inmigrantes alemanes el 19 de Diciembre de 1926, o sea solo un poco más tarde que la misma Colonia. Es la primera Cooperativa de toda la Provincia de Corrientes y es un ejemplo de progreso”, aporta Friedmeier. Para entender el origen de la fundación de la cooperativa, hay que explicar que la Compañía Liebig, benefactora del asentamiento de los primeros colonos de la zona, fue fundada por el alemán Justus Von Liebig, quien si bien nunca conoció nuestro país, fue uno de los fundadores de esta compañía inglesa de orientación ganadera. Fue un químico que ideó un procedimiento para obtener el extracto de carne; descubrió el cloroformo e introdujo los abonos minerales. Sobre las tierras que poseía la compañía, se instalaron estos primeros colonos, que habían arribado ya con una organización en marcha: la Asociación Cooperativa y Colonial Germánica Sudamericana. Este proyecto se convertiría en la Cooperativa Agrícola de Colonia Liebig, fundada el 19 de diciembre de 1926. En un principio, la cooperativa se caracterizó por trabajar con yerba mate canchada, de secado en los sistemas de barbacuá, producción que era vendida a los grandes molinos de la zona. En este contexto, fue determinante el rol de los peones criollos, quienes fueron los encargados de enseñarles a los alemanes cuestiones elementales sobre el proceso de cultivo y cosecha de la yerba mate, manejo de herramientas, etc. “Las chacras fueron loteadas en minufundios de entre 30 a 70 hectáreas cada una, sumando un total de 350 unidades cubiertas de pastizales y algunos montecillos. Cada familia obtuvo una vaca lechera, arado, rastra y un rollo de alambre de púas para cercar los lotes; cada 10 familias disponían de un carro. Estos primeros colonos se dedicaron a levantar sus ranchos, plantar maíz y mandioca, en una situación durísima, sin conocer el idioma, comunicándose por señas con los criollos, y sin experiencia sobre agricultura”, reseña el ingeniero Luis Almirón, en su compendio “El Desarrollo Rural exitoso de Colonia Liebig”.Esfuerzo, ayuda mutua y solidariaEl surgimiento de la cooperativa, y al creciente interacción de los colonos alemanes radicados en Liebig, con los eslavos afincados en la entonces conocida como Colonia Apóstoles, confluyeron para que en ambos márgenes provin
ciales, el progreso avanzara con mayor celeridad de lo esperado, aun cuando las dificultades asomaban a cada paso. “Esfuerzo propio, ayuda mutua y solidaria” fue el lema inicial de la cooperativa, institución que popularmente en la zona se hizo conocer como la “Cooperativa Alemana”. Entre los años 1935 y 1940 se asientan en Liebig las primeras familias ucranianas y polacas, y en menor grado, otras familias de origen paraguayo e italianas y de otros lugares de la Argentina. Para el historiador Daniel Plotinsky, cooperativas como la de Colonia Liebig, en la época “eran organizaciones comunitarias que le servían a los inmigrantes para agruparlos, mantener viva su cultura de origen, representarlos ante el Estado y otros sectores sociales, brindarles acceso a servicios sociales y educativos y construir liderazgo para las asociaciones privadas, sindicatos, entidades mutuales y partidos políticos de la clase obrera. Pese a sus intentos, el Estado oligárquico no pudo penetrar esas organizaciones, que expresaban valores y actitudes muy diferentes del autoritarismo y paternalismo predominante en la vida socio política argentina. La participación en estas instituciones era valorada por diferentes sectores sociales y desde diversas fuentes ideológicas que compartían la concepción de que eran una manera de construir una sociedad libre, moderna, democrática y solidaria”.El 21 de agosto de 1941, el gobierno provincial decide crear por ley la Colonia Liebig, del departamento de Ituzaingo, distrito de San Carlos, siguiendo la propuesta de los lugareños, quienes ratificaron siempre que la fecha de fundación del pueblo, debe ser considerada el 29 de mayo de 1924, cuando llegaron los inmigrantes a formar el pueblo de Liebig.Entre la década del cincuenta y sesenta, irrumpen en escena cambios y avances importantes para Liebig. Se abren las oficinas correspondientes a Correos, Juzgado de Paz, Receptoría Fiscal, Comisaría, sucursal bancaria, Registro de las Personas, cooperativa eléctrica, sala de primeros auxilios, matadero municipal, campo de deporte, y otras dependencias.Hacia 1965 se comienza con la electrificación rural, que fue completada en 1973, dotando de energía eléctrica a los entonces 2 mil habitantes de la colonia. Sería en 1978, cuando la cooperativa inicia una etapa de fuerte reactivación productiva, a partir de la compra de un molino yerbatero propio. En la segunda parte de este informe, veremos de qué manera se dio esta transformación, y avanzaremos hacia algunos aspectos vinculados a la actividad presente de la cooperativa.





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