APÓSTOLES. Comenzó un nuevo ciclo lectivo escolar, y las recorridas habituales por los establecimientos escolares de la provincia, enseñan realidades disímiles. Escuelas que se inauguran, con buenas infraestructuras y equipamientos, conviven en el mapa educativo con otras escuelas y aulas satélites donde reinan las carencias e incomodidades. En el caso de la Capital Nacional de la Yerba Mate, la vuelta a clases encuentra a núcleos escolares que han podido subsanar algunas de las problemáticas con las que terminaron 2012, y otras, que siguen arrastrando situaciones adversas. Esta semana PRIMERA EDICIÓN recorrió algunas escuelas de la zona, para conocer la realidad actual de cada una, y al mismo tiempo dialogar con directivos, docentes y padres, acerca de los desafíos que plantea el nuevo año. Matrícula crecienteEl vecindario más grande del casco urbano apostoleño -en límites con el inicio de una franja rural- es el barrio Andresito. Allí, se encuentra la Escuela 824, uno de los nuevos establecimientos de la ciudad. Esta escuela reviste una condición que se repite en la mayoría de las demás: el aumento sostenido de la matrícula escolar. “Todos los años viene aumentando la cantidad de alumnos. Este año son 200”, explicó la directora, Norma Vivas. Aquí, la demanda hizo colapsar la capacidad física del edificio. Por ello, la dirección tuvo que adaptarse en un rincón de la sala de informática, y se espera por la ampliación del edificio, proyecto que ya tiene el visto bueno de las autoridades educativas. “Empezamos el año con muchas ganas, con el plantel docente completo, con la escuela en muy buen estado y el compromiso de la ampliación” explicó la directora. Entre las demandas, la comunidad escolar sitúa la necesidad de sumar un portero más, ya que cuentan con una sola persona. Sanitarios reformadosLa Escuela 236, fundada en 1935, tiene como vice directora a Graciela Issler. Si bien la inscripción sigue abierta, hasta el momento los dos turnos ya abarcan a unos 500 alumnos. “Es un buen comienzo de año, porque en el receso la Municipalidad nos arregló los sanitarios, que era uno de los problemas que teníamos, el resto del edificio está en buenas condiciones a pesar de que es un edificio con tantos años”, indicó la docente. Como anhelo, Issler señaló que “sería bueno que se empiece a tener en cuenta la posibilidad de incorporar la enseñanza del inglés en la escuela primaria pública”. Otra escuela de parabienes, es la Normal, ubicada en el centro de la ciudad, donde solicitaron hacer explícito el agradecimiento a la comuna por la construcción de nuevos sanitarios, que están siendo estrenados este año. “Hace 35 años que ninguna gestión municipal atendía nuestros reclamos, y teníamos los baños en un muy mal estado, así que estamos muy contentos y agradecidos”, sostuvo la directora del establecimiento. También en la Normal, un equipo formado por alumnos, integrantes del Ejército, padres y empleados municipales, se encargaron de pintar la escuela. “La idea es repetir la experiencia en otras escuelas. La provincia puso la pintura y nosotros la mano de obra”, explicó el intendente Mario Vialey. Baños clausuradosy faltante de mobiliario Otra de las instituciones céntricas, la Escuela 21, tiene apenas dos baños en funcionamiento, y en mal estado. La demanda, lleva varios años, y la novedad es que la comuna asumió el compromiso de reparar los sanitarios en el transcurso de este año. “Estamos esperando lo de los baños, y además tenemos un faltante de cien sillas y mesas, nos estamos arreglando como podemos. También es importante una revisión y reparación de todo lo que es el sistema eléctrico y poder incorporar un portero más”, indicó la directora, Zulema Bustos. El desafío en esta escuela, para Bustos es, “poder seguir afianzando lazos con los padres, y sacar adelante a la escuela, cada vez más”. Los ausentesEn casi todas las escuelas visitadas por este diario, hay porciones del estudiantado que no están asistiendo a clases, por falta de útiles, guardapolvos u otros recursos para poder empezar el ciclo lectivo. Es una situación normal cada año, explicaron los docentes, ya que muchos padres aún no cobraron sus sueldos o asignaciones. Así, por la decisión de las autoridades de arrancar las clases antes de fin de mes, los alumnos más humildes se ven imposibilitados a empezar a tiempo, y ya comienzan el cursado con faltas. En otro orden, hay escuelas de Apóstoles donde se empezó a aplicar el Programa de Desayuno y Merienda Escolar de Misiones, y al mismo tiempo otras donde el mismo no llegó. Este programa ofrece al alumno la posibilidad de alimentarse en la escuela con un menú diferente cada día. La escuela de Las Tunas empieza otro año en riesgo de derrumbe LAS TUNAS, Apóstoles. Pese a que el año pasado PRIMERA EDICIÓN dio cuenta de la apremiante situación edilicia de la Escuela 901 del Paraje Las Tunas, y a que desde la comunidad escolar se elevaron varios petitorios a las autoridades educativas al respecto, nuevamente el establecimiento empieza el ciclo lectivo con el 60% de su estructura edilicia clausurada por peligro de derrumbe a raíz del estado calamitoso de sus techos.Esta escuela pública, cuyo edificio data de 1906 cuando empezó como la Escuela 23, se encuentra ubicada a unos diez kilómetros del ejido urbano de Apóstoles, departamento al cual pertenece. Imparte educación formal para alumnos de las colonias zonales, niñas y niños que en muchos casos deben desandar largos kilómetros para llegar a clases.“Decidimos dejar clausurado el paso a más de la mitad de la escuela porque el peligro es inmenso, esta escuela denota una falta de mantenimiento muy importante al punto que el techo de más del 60% del edificio corre riesgo de derrumbe. Tenemos que ser muy cuidadosos además de que ningún niño entre a la zona de riesgo, estar atentos todo el tiempo” explicó a PRIMERA EDICIÓN la directora a cargo, Marta Sarasúa, durante la visita de este diario a la escuela.Pese a que el reclamo se hizo público el año pasado, las autoridades educativas de la provincia no trajeron solución algunas, aunque sí promesas. “Durante las vacaciones se acercó gente de Educación, a observar el techo, que se cae a pedazos, y tomaron medidas, notas, pero estamos empezando el año en las mismas condiciones, porque no se hizo nada”, lamentó una docente. “Se presentaron las inquietudes formales dando a conoc
er la situación edilicia de nuestra escuela pero hasta ahora no han venido a reparar”, informó.Esta escuela fue fundada en 1946. Su amplia estructura al estilo de las construcciones escolares de mediados del siglo pasado, tiene techos cubiertos de tejados. La falta de arreglos y la desinversión en mantenimiento, arrastraron al edificio a su situación actual, que no solo representa un peligro para los alumnos y docentes, sino que también trae aparejado inundaciones cuando llueve y todo tipo de molestias producto del estado de los techos. “Cuando llueve algunas aulas se llenan de agua, y una parte de la escuela se inunda, es complicado, tratamos de hacer lo que podemos” explican los docente. Incluso, la cocina de la escuela sigue funcionando en la zona de riesgo.La situación de los techos no es el único problema edilicio que afronta la escuela. Todavía siguen utilizando sanitarios de letrinas, cuya descarga deben hacer con baldes de agua.





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