L.N. ALEM. El peor de los finales tuvo ayer una dramática historia que se desencadenó en un inquilinato de esta ciudad, donde se desató un incendio de proporciones que dañó el lugar por completo y, mucho peor, se cobró la vida de un abuelo que vivía en el lugar.Las autoridades identificaron a la víctima como Santiago Díaz, un anciano de 82 años que no pudo escapar de las llamas, que transformaron la pieza del fondo -en donde vivía- en una trampa que finalmente resultó mortal.La lamentable historia tuvo un desenlace de nerviosismo y tensión, ya que los hijos de Díaz llegaron al inquilinato e intentaron apagar las llamas con baldes y recipientes con agua, en colaboración con efectivos policiales, aunque no lo lograron y, cuando llegaron los bomberos voluntarios, le recriminaron a los mismos la tardanza.Trampa ardienteSegún informó el departamento de Prensa de la Unidad Regional VI de Alem, a cargo del oficial ayudante Luis Flores, las llamas se iniciaron alrededor de las 1.30 en una propiedad emplazada en la intersección de las calles Independencia y Bonpland, detrás de una conocida tabacalera y a pocos metros de la avenida Libertad.El inmueble forma parte de un complejo edilicio que cuenta con un comercio en la esquina y, al costado, las siete habitaciones que conforman el inquilinato.Según pudo saber PRIMERA EDICIÓN en base a otras fuentes, el fuego se habría iniciado en la zona del garage del comercio, donde aparentemente el propietario guardaba un vehículo. “Fue un cortocircuito en el automóvil”, le dijo un vecino a la Policía, aunque hasta ayer las pericias no habían establecido esto de manera fehaciente.Lo cierto es que las llamas rápidamente se extendieron hacia el inquilinato. Ante el llamado de vecinos del lugar, efectivos policiales arribaron a la escena y comenzaron a colaborar.También llegaron al lugar los hijos de Díaz, quienes dieron el alerta de que su padre no había salido de la pieza que rentaba. Junto con los uniformados y ante el retraso de los bomberos, todos intentaron apagar el fuego mediante la utilización de baldes y recipientes con agua.Varios minutos pasaron hasta la llegada de los bomberos voluntarios, que arribaron en medio del dramatismo y fueron cuestionados por los familiares de la víctima ante la demora.Una vez que se controló el fuego, alrededor de dos horas después, los policías llegaron con la mala noticia: efectivamente, en una de las piezas del fondo yacía el cuerpo carbonizado de Santiago Díaz, el abuelo que no había podido escapar de la trampa ardiente.El incendio arrasó por completo las siete habitaciones del inquilinato y el garage. Sólo se salvaron algunos pocos elementos que vecinos y policías lograron rescatar de entre las llamas, y el comercio.En la escena trabajaron efectivos de la comisaría de Alem y de la Unidad Regional VI de la Policía de Misiones. Horas más tarde arribaron a la escena bomberos de la Unidad Regional II, con asiento en Oberá, quienes realizaban las pericias técnicas para establecer cómo se iniciaron las llamas. La teoría de un siniestro accidental, como sostienen los vecinos, es la que hasta anoche contaba con más fuerza.





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