SAN IGNACIO. (Por Esteban Abad). Con el marco de un día caluroso pero luminoso se cumplió en “el patio” de la Casa de Horacio Quiroga el acto organizado por la Comuna de San Ignacio y por la “Asociación Amigos de las Letras de Horacio Quiroga”La mística y el paisaje eran los mismos de siempre salvo un reacomodo de los senderos que guian al “patio” de la casa secular. Las caras en cambio eran muy distintas de las que en otros actos similares solían verse ahí en el “Ivira romi”, el bosque y los tacuarales que rodean “la casa de la meseta”. Tantos para los que siempre van a esta recordación (y que se resignan a verla inserta en el calendario en pleno carnaval), o para los que lo hicieron por primera vez, la sensación era la misma: la de haber llegado a una especie de santuario, de lugar consagrado a una figura mítica (¿o mística?). La evocación del hombre del Teyú Cuaré, se produce a 76 años de su muerte (de su auto eliminación), siempre la misma emoción; los objetos que allí se guardan contribuyen a ese recuerdo y a esa emoción; el crepúsculo -que siempre llega puntualmente al acto- se ocupa de poner esa transparencia especial sobre los árboles y las personas y de destacar la cercana lejanía del Paraná. “Hoy hace 76 años del fallecimiento de Horacio Quiroga”, dijeron casi a coro Gladis Sosa, directora de Cultura de la Municipalidad de San Ignacio y David Rebatta Ovalle, el médico peruano trocado en escritor misionero, frente a la mirada de un público integrado por mujeres y hombres de letras naturales de Misiones y de varios aclimatados (como el chivato y el jacarandá), llegados de otros lares y que producen sus escritos en la tierra roja. Como la corondina Lírica Andino que en la platea improvisada miraba con seriedad la marcha del acto del que también fue gestora. Indudablemente debía ser así: Néstro Ríos, quien un par de décadas tiene a su cargo el predio de la Casa de Quiroga, fue el encargado de leer una reseña de la trayectoria del autor de los Cuentos de la Selva y de recordar a quienes han difundido el lugar.Hubo más escritores que en otros años, que vinieron no sólo de San Ignacio sino de Oberá, Aristóbulo del Valle, Posadas; estuvo la TV (Canal 12) y hubo mesas con libros de gente que escribe en la jesuítica San Ignacio. Desde el principio hubo música con Joselo Schuap y su grupo quien inició su actuación con “Misionero y Guaraní (“vengo a nombrarle a Quiroga , porque el escribió una historia viviendo en Teyú Cuaré”); casi al final Claudio Bustos con su guitarra trajo el gualambao con el tema de Ramón Ayala “Volver en un cuento (“… con barba y ojos tristes volveré / por el Teyú Cuaré…” y luego fueron presentados los libros Teyú Cuaré: Soneto en sol mayor y verde intenso, de Aída Giménez, y Lo que el mundo aún no conoce, de Andrea Gutiérrez y se entregó por primera vez el premio Horacio Quiroga (Ver recuadro). Rebatta llamó a los escritores presentes “haciendo de cuenta que estamos todos”, para darse un simbólico abrazo. Joselo Schuap con su música y antes los chicos del grupo teatral “Los Bisontes” (Posadas) con una experiencia teatral basada en obras de Quiroga, marcaron el final de a alimentación del espíritu; ahora, en la media luz crepuscular una mesa generosamente tendida llamaba a alimentar al cuerpo y a brindar por las letras misioneras. Un galardón que recuerda al escritor del Teyú CuaréEn ocasión de llevarse a cabo el acto de homenaje a Horacio Quiroga por el 76 aniversario de su muerte, los organizadores tuvieron la feliz idea de instaurar el premio Horacio Quiroga, que se otorgaría a un escrito en prosa o verso. Y así se hizo; si bien no se supo cuantos trabajos llegaron al email indicado para enviarlos, el premio se entregó cerca del final del encuentro. El primer premio fue para la laureada escritora santanera Olga Zamboni quien presentó una evocación de Horacio Quiroga titulada “Quiroga y las Fronteras” en la que relata sintéticamente la vida, la obra y la llegada del escritor a Misiones y como el título las fronteras que tuvo una de las cuales fue la muerte. El segundo premio, por el trabajo “El loco de la motocicleta”, fue enviado por una persona de apellido Pérez, a quien le correspondió ese galardón y el tercero fue para la coordinadora del suplemento Docente de PRIMERA EDICIÓN, Rosita Escalada Salvo, que presentó su trabajo “El exilio de Quiroga”. El jurado solicitó también una mención especial para “Versos al escritor Quiroga” de la autoría de David Rebatta Ovalle.





Discussion about this post