POSADAS. Un colectivero que buscaba “plata dulce” mediante la sustracción de combustible del colectivo de la empresa para la que trabaja -o trabajaba- sufrió el más amargo de los finales después de ser detenido junto a un cómplice por una pareja de policías que lo descubrió “con la manguera en la boca” y el bidón cargado de gasoil en una mano.El insólito episodio ocurrió a última hora del pasado lunes y fue develado gracias a un hombre y una mujer policías, quienes notaron movimientos extraños alrededor de un colectivo de una empresa del transporte urbano de pasajeros que misteriosamente estaba estacionado en una zona oscura.Así las cosas, el colectivero y su acompañante terminaron detenidos en la comisaría seccional Novena, a disposición de lo que dictamine la Justicia.La boca llenaFuentes oficiales informaron que el llamativo episodio ocurrió alrededor de las 22.40 del último lunes, en momentos en que un oficial auxiliar de la Policía caminaba junto a su esposa, suboficial de la misma fuerza, en cercanías de 186 y 85, en Itaembé Miní.En determinado momento, la pareja de uniformados notó que un colectivo de la empresa que tiene la concesión del servicio de transporte urbano de pasajeros de Posadas y alrededores estaba estacionado en un lugar poco común, en medio de la oscuridad.Los policías siguieron sus instintos y fueron a ver qué ocurría, quizás pensando que podía tratarse de un robo o de algún episodio de trascendencia.Tamaña sorpresa se llevaron al descubrir la verdad escondida detrás del oscuro: sobre el costado izquierdo de la unidad, el chofer de la misma -vestido con el uniforme de la empreas- intentaba succionar con una manguera el combustible del tanque del colectivo, con el fin de depositarlo en tres bidones, cada uno con capacidad para veinte litros.El colectivero, claro, no actuó solo. Su “mano derecha” era un hombre de cuarenta años que al parecer manejaba una camioneta Ford 100 en la que seguramente intentaban transportar el gasoil una vez finalizado el hecho.Como si la insólita situación no fuera suficiente, al percatarse de que habían sido descubiertos, los dos intentaron escapar de los policías a la carrera, aunque no lo lograron, ya que a los pocos metros fueron alcanzados por los efectivos, que enseguida los redujeron y posteriormente esposaron.La pareja de “ladrones del combustible” terminó alojada en una de las celdas de la comisaría seccional Novena, por cuestiones de jurisdicción, aunque en las próximas horas podría recuperar la libertad, ya que el delito por el que fueron apresados contempla la excarcelación.De todas maneras, fuentes ligadas al caso informaron que el telegrama de despido dirigido al colectivero fue enviado apenas unas pocas horas después de que la noticia llegara a la central de operaciones de la empresa de transporte. Un verdadero “trago amargo” que le costó el trabajo.





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