CANDELARIA. Al menos una veintena de jóvenes atacó a pedradas una patrulla, dejando a la comisaría de esta localidad sin móvil policial, señalaron fuentes oficiales. Tal como adelantó este diario, el vandálico episodio, que dejó además un efectivo lesionado de distinta consideración, se registró el pasado lunes a las 20, en el predio del club de la Union del Personal Civil de la Nación (Upcn), en el municipio de Candelaria. A esa hora un empleado del lugar, de 22 años, solicitó la presencia policial ya que un grupo de personas ingresó al interior de las citadas instalaciones recreativas sin autorización. Mientras se dirigían al lugar los uniformados establecieron que se trataba de los mismos individuos que anteriormente generaron quejas y molestias por parte de algunos socios de ese club. Una vez en la escena, tres efectivos a bordo del móvil Chevrolet Corsa de la Comisaria local, se dirigieron a la parte posterior del predio, en una zona de escasa iluminación. Allí, se encontraban tres jóvenes, uno de los cuales fue identificado, tratándose de un sujeto de 24 años domiciliado en el barrio Evita de esa localidad. Los policías dialogaron con estos tres individuos y les solicitaron que se retiren del lugar. Hasta ese momento todo parecía concluir en forma pacífica. La emboscadaMientras los efectivos se retiraban del club fueron interceptados por una mujer, quien luego fue identificada como integrante del Servicio Penitenciario Federal, con prestación de servicios en la Colonia Penal 17 (con sede en Candelaria), quien se colocó frente al vehículo policial. Esta maniobra de la peatón obligó al chofer a detener la marcha de la patrulla en forma abrupta. Esta circunstancia fue aprovechada por un grupo de entre quince y veinte jóvenes, encabezados por un joven que luego la policía estableció que es hijo de la mujer penitenciaria, quienes junto a ésta increparon a los uniformados, profiriéndoles insultos y amenazas, indicó el parte oficial. Hasta allí las agresiones no pasaban de lo verbal. Pero la sinrazón invadió a los irascibles individuos, quienes comenzaron a arrojar todo tipo de elementos contundentes contra el vehículo de la fuerza, produciéndole daños materiales de consideración, ya que destruyeron por completo el vidrio delantero de la puerta del acompañante, asestaron dos impactos en la luneta trasera, al igual que en el parabrisas, que recibió una pedrada de grandes dimensiones. En el capot, en tanto, ocasionaron abolladuras, como así también en otras partes del móvil. Suboficial herido y retiradaA raíz de uno de los piedrazos el conductor del patrullero, un joven suboficial, sufrió una herida en la rodilla derecha. Ante esta situación y al verse superados en número por los agresores, y teniendo en cuenta que peligraban sus integridades físicas, los uniformados debieron replegarse y solicitar refuerzos. Luego de poner a salvo al lesionado, se le brindó asistencia médica y se montó un importante operativo (con la colaboración de otras dependencias), a fin de dar con los agresores. A los pocos minutos, los investigadores identificaron la vivienda del joven hijo de la penitenciaria, principal sospechado por el hecho. En el lugar se entrevistaron con el padre del sujeto, quien tras un breve diálogo con las autoridades trasladó al muchacho a sede policial, donde tras consultas con el juez Penal de turno, Ricardo Balor, se dispuso que se le notifique la instrucción de una causa judicial y que continúe en libertad. El Chevrolet Corsa destrozado a pedradas quedó fuera de servicio, en tanto que desde la comisaría de Candelaria se informó que no cuentan con otro móvil, en virtud de que la camioneta S-10 que era el segundo patrullero destinado a esa jurisdicción se encuentra en reparación (desde hace varios meses) en un taller por problemas de bomba y junta quemada. Mientras tanto, les prestan un móvil perteneciente a la comisaría de Profundidad.





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