SAN VICENTE. La lluvia que cayó al atardecer del último miércoles en la Zona Centro llevó alivio a los cultivos, pero estuvo acompañado por una ráfaga fuerte de viento y de granizo que dejó a varias casas y galpones con daños en las chapas y postes de teléfonos que quedaron colgados, sostenidos por los cables. Cayeron en menos de una hora cerca de veinticinco milímetros.Hacía tres semanas que no llovía en forma generalizada en la zona centro de Misiones. El miércoles, en forma repentina, cerca de las 17 el cielo se cubrió y un fuerte estruendo detonó lo que sería una fuerte tormenta de verano.Las precipitaciones comenzaron con caída de granizos en la zona céntrica de la ciudad y hacia el norte por unos cinco kilómetros. La misma se extendió en una franja desde el suroeste hacia el noreste y terminó en la zona boscosa de la reserva de Yabotí, cerca del río Uruguay.Los granizos no causaron daños severos, pero sí se registraron perforaciones en los techos de las viviendas precarias de la zona de los barrios Progreso, Doradito y Belgrano. También ocurrió lo mismo en la parte de la colonia, donde afectó a varios galpones cargados con tabaco, donde no se registraron pérdidas de dicho producto, sino molestias para los colonos que debieron cubrir su producción del fuerte viento que se colaba en los galpones y de la lluvia.El viento alcanzó ráfagas de hasta sesenta kilómetros por hora, dejando a su paso varios carteles caídos, gajos y árboles en distintos puntos de la ciudad, también postes de teléfonos inclinados y sujetos por los cables. Esto último preocupa a la población porque los dos postes más visibles están en la zona céntrica de la ciudad, entre las calles Bolívar y José Hernández, lugares de mucho tránsito. Y como experiencia propia, los sanvicentinos saben que el mantenimiento de la empresa que presta el servicio de telefonía domiciliaria es muy deficiente y por lo general los postes que sufren los embates de las tormentas permanecen por varios meses inclinados metiendo miedo a los transeúntes y automovilistas. De hecho, desde el mes de octubre pasado hay dos postes telefónicos que están pendiendo de los cables, uno en la calle Aireault y el otro en el cruce de la avenida Constitución y Roldán.La tormenta de verano trajo un poco de alivio a los agricultores que reclamaban un poco de agua porque hacía tres semanas que no se registraba una lluvia generalizada en esta parte de Misiones que contribuye al crecimiento de las plantas y el desarrollo de las floraciones.





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