BUENOS AIRES (DyN). El volante ofensivo Paulo Rosales se despidió ayer de sus compañeros de Independiente en Villa Domínico, con lo cual se mantuvo firme en dejar el club pese a los requerimientos del entrenador Américo Gallego.El jugador ni siquiera entrenó y ni habló con el entrenador, que lo necesitaba ante la lesión en una costilla que sufrió Luciano Leguizamón.Sin embargo, ante un ofrecimiento del Bahía, de Brasil, Rosales comenzó su gestión días atrás para dejar Independiente. Sin duda, una baja sensible para el equipo de Avellaneda.





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