Posadas. El arroyo Zaimán se transformó con la elevación del embalse de Yacyretá a cota 83 ante la vista de todos los vecinos. Sin embargo, el cambio que sufrió no tiene que ver solamente con el ensanchamiento del espejo de agua, sino también con la profundidad, la contaminación y advierten sobre su peligrosidad ante la proliferación de alimañas. “El Zaimán ya no es el mismo de antes, en dos años ayudé a sacar a unas seis víctimas que murieron ahogadas”, comentó Raúl Stelter. Stelter es policía retirado y vecino de la zona, vive en Villa Poujade y cuenta con una canoa que está a disposición de las fuerzas. Ayer contó a Primera Edición que suman como seis los cuerpos de personas que murieron ahogadas en los dos últimos años, en el tramo ubicado sobre el puente de la ruta 12 y el de la avenida Cabo de Hornos. “Yo siempre colaboro con los buzos de la Prefectura”, agregó recordando la impresión que causó el cuerpo de la última víctima, un hombre que cayó al agua el jueves 24 de enero y fue hallado dos días después, tiempo en el que las pirañas habían devorado gran parte de las extremidades. Los vecinos de la zona además siempre cuestionaron la falta de retiro de la vegetación, ya que el agua subió y después las empresas a cargo de las obras “contrataron a unos canoeros que cortaron la capuera y parte de los árboles que quedaron pero sobre el agua”.“Hay meses que el arroyo tiene como una capa verde, que es la misma vegetación que se pudre y que no tiene como ir al río, no hay circulación, el agua queda estancada”, manifestó Stelter. El policía retirado agregó que la gente que se mete a las aguas del Zaimán es porque no conoce, generalmente son personas de otros barrios, porque ni siquiera los niños se animan a nadar allí por la peligrosidad. Además de la profundidad irregular, por la gran cantidad de pozos, ya que era una zona de olerías, hay todo tipo de bichos “hasta una especie de garrapata que nunca había visto”, contó. Las personas que participaron en la última búsqueda en el Zaimán habrían terminado con ronchas a causa de los bichos que forman parte del nuevo hábitat de las aguas del arroyo que se transformó por completo. Piden iluminación urgenteLa pavimentación de la calle que bordea el arroyo El Zaimán, desde la ruta 12 hasta la Cabo de Hornos, en el barrio Villa Poujade, cambió el aspecto de la zona. De día los vecinos están contentos, pero el problema es la falta de iluminación que está demorada y que vuelve más que peligroso el lugar. Incluso ya se registraron accidentes por la falta de luz.“Está todo, desde diciembre nos dicen que ya habrá luz, pero todavía nada”, contó Leila, una de las frentistas de la nueva costanerita del arroyo. Susana Rivero, otra vecina, agregó que la iluminación la “necesitamos urgente, además sacaron todas las luces antiguas y por la noche es una oscuridad total, un motociclista atropelló un auto estacionado porque no se ve absolutamente nada”. La gran proliferación de insectos, mosquitos, roedores y cucarachas es otra preocupación. “Se cortó la vegetación del borde y los bichos ahora se meten a las viviendas más cercanas”, agregó Susana, quien junto a otra vecina manifestó que cuando apenas empieza a oscurecer deben entrar a las casas y encender espirales para espantar a los mosquitos.





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