BUENOS AIRES. Los préstamos personales dejaron de ser los más dinámicos del sector bancario. Si en algún momento (entre 2004 y 2007) llegaron a aumentar a tasas del 70% interanual y luego se mantenían con incrementos notorios cercanos al 50% anual, ahora la realidad es muy distinta: en los últimos doce meses, la tasa de variación de estas líneas se ubica por debajo del 30%, con lo que el crecimiento real es mínimo (descontando los efectos de la inflación).En contraste, las líneas dirigidas a empresas muestran un aumento sostenido. Las destinadas a financiar capital de trabajo, es decir, líneas de corto plazo, como los adelantos en cuenta corriente y descuentos de documento, están aumentando a un ritmo del 54% interanual, prácticamente duplicando la tendencia de hace un año.Un informe de la consultora Elypsis, que dirige Eduardo Levy Yeyati, publicada por Ámbito Financiero, destacó que este fenómeno es consecuencia de “la combinación de la obligación de las entidades bancarias de colocar a las empresas un 5% de sus depósitos al 31 de diciembre y el proceso de desdolarización, correlato de la salida de dólares del sistema financiero”.Como además el Central extendió la obligatoriedad de que los bancos presten a las Pyme otro 5% de sus depósitos privados en el primer semestre de 2013, se estima que esta tendencia se acentuará todavía más. Es decir que una porción mayor del crédito disponible irá al sector corporativo, quedando menos espacio para el financiamiento de personas.El crédito mantiene un buen ritmo de crecimiento, por encima de los niveles de la inflación, sobre todo por el fuerte aumento de los depósitos. De hecho, los plazos fijos mantienen una tasa de expansión superior al 50%, producto del cepo cambiario que mantiene sobre todo a las empresas dentro del sistema. Ni siquiera la fuerte suba del dólar en el mercado paralelo parece haber modificado este comportamiento. Antes de las restricciones cambiarias, la compra de dólares generaba automáticamente un efecto negativo en los depósitos en moneda local.Como contrapartida, los préstamos en dólares muestran una tendencia declinante. Las líneas destinadas a prefinanciar exportaciones cayeron 43,4%. La mayoría de esas líneas fue reemplazada por otras en pesos. Según el último informe del BCRA, el 92% del crédito bancario al sector privado fue en pesos. La caída de los depósitos en dólares, por lo tanto, genera que el financiamiento en esa moneda tienda a desaparecer.





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