POSADAS. La última luna coscoína se coronó con las distinciones y reconocimientos. Así fue como Misiones estuvo presente en la plaza Próspero Molina y a través de Joaquín Benítez se hizo vibrar el talento que tiene la tierra colorada, es que, desde Oberá, el joven bandoneonista recibió el premio Revelación y con sólo 17 años comenzó a trazar un interesante camino musical. Alumno de los maestros Ricardo Vouri y Ricardo Ojada, supo cautivar con la magia de su talento musical.Viene de una familia de músicos y se encolumna en el grupo que lleva el nombre de Benítez y Benítez, integrado por los Lissandro (canto y violín), Loreley (canto), Gustavo (canto), Jairo (canto y violín) y Oscar (batería), junto a Jorge Pedrozo (bajo), quienes ofrecen un interesante show musical que recorre el país con canciones populares. Poco antes de las 22.30 del domingo, su madre María emocionada se comunicaba con PRIMERA EDICIÓN para contar tan grata noticia, “sólo faltan unos minutos para conocer el premio Revelación y nosotros estamos más que ansiosos”, dijo. Finalmente la pantalla de la TV Pública mostró a los premiados y allí estaba la sonrisa feliz de Joaquín. A su vez se entregó el premio Consagración al cantante Bruno Arias, el premio Consagración instrumental a MJC Trío, premio Camin a Suna Rocha, los Destacado de Peñas fueron Las Mullieris, y Espectáculos callejeros recayó en Indios de ahora.El Dúo Coplanacu, de origen santiagueño pero formado en Córdoba, refrendó los sólidos caminos que muestra desde que llegó por primera vez a Cosquín, en 1986. Combinando el origen rural y la potencia urbana, Roberto Cantos y Julio Paz atizaron el ánimo de la plaza Próspero Molina con temas como “Pelusita de Totora” (Mario Arnedo Gallo) o “De Simoca” (Chango Rodríguez), justificando así sus dos referencias territoriales.A continuación, el trío femenino Aymama se enfrentó a la plaza repleta de Cosquín con un nuevo álbum, “Paso a paso”, un reflejo de su paciente investigación sobre las sonoridades regionales del país.Figura de Cosquín 2013Breve y delicado, el repertorio se inauguró con “Sencillito y de alpargatas”, la emblemática canción del gaucho Omar Moreno Palacios -una de las figuras del Cosquín 2013- y prosiguió con “El otro país”, un emergente de la prosa comprometida de Teresa Parodi que, a pesar de ser parte del cancionero de Mercedes Sosa, se convirtió en un rasgo de identidad del trío.La despedida y el aplauso del público llegó luego de “Trasnochados espineles”, difundida obra litoraleña de Cholo Aguirre que se escucha poco en el fango de Cosquín. Por su parte, Yamila Cafrune (voz) y Franco Ramírez (piano) apelaron a la cepa tradicionalista para honrar el legado musical familiar que recibieron. “Cuando llegue el alba”, de Jorge Cafrune, y “La tristecita”, de Ariel Ramírez, siempre en ritmo de zamba, cumplieron con esa función.El momento más esperado de la novena y última jornada fue la presentación de Los Nocheros que, sin alcanzar la expectativa de sus tiempos con Jorge Rojas, ratificaron su capacidad de convocatoria. Sobre el escenario defendieron su último trabajo, “Pecado original”, con el que se arriesgaron a singulares versiones de algunos clásicos del repertorio folklórico. Las luces volverán a iluminar una nueva edición de grandes promesas.





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