ENCARNACIÓN, Paraguay (Enviados especiales). “El crimen, como cualquier delito, no conoce de fronteras”, dice Emilio Figueredo, con firmeza y sin perder el tono adusto. Es el hombre indicado para hablar del caso Manfredi de este lado del Paraná, donde muchos creen que esperan parte de las respuestas por el crimen del empresario avícola.Figueredo es subcomisario mayor de la Policía Nacional del Paraguay y actual subjefe de la División Investigación de Delitos de Itapúa, pero más allá de cualquier escalafón, es el encargado de coordinar el grupo de detectives que trabajan en desenmarañar la compleja “pista paraguaya” del caso.Como en Posadas y al igual que efectivos de la Dirección de Investigaciones de la Policía de Misiones, del Juzgado de Instrucción 3 y de la Secretaría de Apoyo para Investigaciones Complejas, los sabuesos paraguayos se mantienen desvelados ante un episodio que continúa inmerso en el misterio y que hasta ahora sólo conoce de teorías.“Lo que estamos investigando ahora es la presunta vinculación de la víctima con una mujer con la que tendría una relación y con la que aparentemente iba a reunirse o se reunió en la Isla del Medio”, le explica Figueredo a PRIMERA EDICIÓN. A su lado, el jefe de Investigaciones, comisario Arsenio Correa, asiente con la cabeza y agrega que, para ellos, el homicidio fue perpetrado en ese mismo lugar.Cinco son los detectives paraguayos que trabajan en el caso Manfredi desde el jueves 17 de enero, cuando el resultado de la autopsia sobre el cuerpo de la víctima llegó a manos del juez Fernando Verón, quien entiende en la causa. Los tres golpes en el cráneo y la ausencia de agua en los pulmones fueron evidencia suficiente para que el magistrado caratulara el caso como homicidio.Ese mismo día la Policía de Misiones solicitó la colaboración de sus pares paraguayos, quienes a poco más de una semana del hecho se animan a arriesgar la principal hipótesis que manejan al respecto.“Nosotros tenemos datos que nos llevan a pensar que Manfredi se acercó hasta la playa de San José -N. de R: en la flamante costanera encarnacena- al menos hasta las boyas. Pudo haber venido a buscar a esa mujer hasta acá o quizás se encontraron en la isla, eso no está confirmado”, revela Figueredo sobre la teoría central que manejaban hasta ayer. Lo que está claro es que la víctima, al decir de los policías, “constantemente cruzaba de una orilla a la otra con su embarcación, sin control, como se hace mucho de este y de aquel lado”.Ante esta situación, los investigadores intentan determinar quién es esa mujer. Aunque en un principio trascendió que la misma había sido identificada, Figueredo finalmente lo descartó, y añadió que “el objetivo justamente pasa ahora por saber quién es y encontrarla”.Eso no es tarea sencilla, mucho menos si se tiene en cuenta otra arista que el detective deja en claro: “también creemos que Manfredi pudo tener varias relaciones con mujeres de nuestro país”. Por eso es que en el seno de la investigación permanece latente la teoría de una presunta “venganza”, más allá de que solamente se trata de eso, de una teoría.Y esa hipótesis choca con otra arista que sostienen los investigadores del país vecino. “No podemos descartar nada y también pudo haberse tratado de un crimen del momento, no planificado, porque por ejemplo no se utilizaron armas”, afirma Figueredo. Entonces, si fue una venganza, ¿surgió de imprevisto por cuestiones del momento? ¿O el o los homicidas lograron despistar a los policías con el famoso “elemento romo” con el que golpearon a Manfredi? Demasiadas preguntas para un caso que guarda una complejidad extrema: sucedió en el medio de la nada, entre dos ciudades, sí, pero lejos de todo. Y encima, en la frontera.En una y otra orilla, policías de los dos países tratan de encontrar la “punta del ovillo”. En Paraguay, buscan a esa mujer y a potenciales testigos del hecho. Arribar a cualquiera de esos objetivos puede resultar clave para saber qué misterios tiene tan bien escondidos en su seno el Paraná. Luminol positivo Fuentes judiciales informaron que anoche se realizó la prueba química de Luminol en el jet-ski de la víctima, que arrojó positivo para sangre humana. Esto significaría que al empresario lo mataron sobre dicha moto náutica o cerca de la misma. Jorge Manfredi desapareció después de salir a navegar en su jet-ski por el Paraná, el martes 15 de enero. A las pocas horas, las autoridades hallaron su embarcación cerca de la costa paraguaya. La noticia más trágica se conoció al día siguiente, cerca de las 19.50, cuando fue encontrado el cuerpo sin vida del empresario a unos 4 mil metros de la Isla del Medio. Cuando todo parecía un accidente náutico, la autopsia reveló que Manfredi sufrió tres fuertes golpes en la cabeza con un elemento romo que le costaron la vida, en un hecho de homicidio, según el juez Verón.





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