Mientras la mayoría de los obereños iniciaba su rutina dominical, un conductor convirtió la ruta nacional 14 en un escenario de alto riesgo vial. Eran cerca de las 8.45 de la mañana cuando un control preventivo de la División Seguridad Vial y Turismo interceptó un Chevrolet Agile a la altura del kilómetro 877, en jurisdicción de Oberá.
El test de alcoholemia arrojó un resultado contundente: 2,02 gramos de alcohol por litro de sangre, una cifra ampliamente superior a cualquier límite permitido. Aunque el conductor circulaba con toda la documentación en regla, su estado físico evidenciaba un serio riesgo para sí mismo y para terceros.
El protagonista del hecho, un hombre de 31 años, fue inmediatamente demorado por el personal policial. Siguiendo el protocolo establecido por la Ley Nacional de Tránsito Nº 24.449, el vehículo fue retenido de manera preventiva y el conductor trasladado para las actuaciones correspondientes.
Tras ser examinado por personal médico, el hombre quedó alojado en la Comisaría Seccional Cuarta, mientras que el procedimiento pasó a la órbita del Juzgado de Faltas local, que deberá definir las sanciones.
Desde la fuerza remarcaron que estos operativos no buscan sancionar por sancionar, sino actuar como una barrera de contención frente a conductas que, de no ser detectadas a tiempo, pueden derivar en siniestros viales con consecuencias irreversibles.
En una provincia que aún arrastra cifras preocupantes de víctimas en el tránsito, un registro de 2,02 g/l a plena luz del día funciona como una advertencia que excede lo individual y vuelve a poner en agenda la responsabilidad al volante.





