La Triple Frontera siempre ha sido un tablero de ajedrez complejo, pero lo que la Policía de Misiones desbarató este miércoles en Puerto Iguazú no fue un movimiento más. Fue el intento de “afincamiento” de una estructura criminal paraguaya que pretendía convertir la tierra colorada en su nuevo aguantadero y centro de operaciones.
La historia de esta captura combina la violencia del asalto a mano armada con la torpeza moderna de la “ostentación digital”. Adan Alejandro L. O. (23) y Fabián L. R. (26) no eran improvisados, pero el ego les jugó una mala pasada: mientras eran buscados por la Justicia de su país, subían fotos a redes sociales exhibiendo armas de fuego y el botín de sus golpes.
El golpe del Audi A5: el principio del fin
Todo comenzó en la calle Palo Rosa de Puerto Iguazú. Allí, la dupla interceptó un Audi A5 con la precisión de quien sabe a quién elige. Bajo amenaza de muerte, se llevaron un botín que marea: 3,5 millones de pesos, 15 mil dólares y 35 mil reales. El patrón estaba claro: buscaban divisas extranjeras.
La investigación de la Unidad Regional V determinó que los sospechosos no estaban de paso; se refugiaban en casas de familiares en los barrios Villa Tacuara y Riveras del Paraná, intentando mimetizarse con el entorno fronterizo mientras planeaban su próxima movida.
Bajo las órdenes de la Justicia local, se ejecutaron tres allanamientos simultáneos. El resultado fue un arsenal que habla por sí solo: una escopeta tipo Itaka, una pistola 9 milímetros, equipos de comunicación y balanzas de precisión. Este último dato no es menor: en la jerga criminal, donde hay balanzas y armas 9mm, suele haber algo más que simples robos calificados.
Pero el peso real del operativo cayó al cruzar los datos con la Policía Nacional del Paraguay. Adan (23) tenía cuatro órdenes de captura vigentes por robo calificado, mientras que la situación de Fabián (26) es mucho más comprometida ya que se lo investiga por su presunta vinculación en el homicidio de un efectivo policial paraguayo.
El escenario para estos ciudadanos paraguayos es complejo, actualmente están a disposición de la Justicia argentina por el robo del Audi y la tenencia de armas de guerra. Sin embargo, ahora aguarda el proceso de extradición.
Al existir pedidos de captura internacional, la Justicia Federal argentina deberá coordinar con Asunción para que respondan por sus crímenes allá, una vez que se resuelva su situación procesal en Misiones. Lo que queda claro es que el plan de “reorganizar su actividad delictiva” en territorio argentino quedó sepultado bajo el peso de un operativo coordinado.
La Jefatura de Policía fue contundente: se evitó que una “estructura transnacional” se instalara en la provincia. En una frontera tan permeable como la misionera, esta vez, el blindaje funcionó.





