El Semáforo de Economías Regionales elaborado por CONINAGRO con datos hasta septiembre de 2025 muestra un panorama de creciente desequilibrio en las producciones del interior argentino. Sobre 20 actividades monitoreadas, 12 cerraron con precios que crecieron menos que la inflación del 31,8% y, por lo tanto, perdieron poder de compra.
El estudio advierte que los productores de la mayoría de las economías regionales necesitan cada vez más kilos de su producto para mantener su nivel de vida o invertir en sus fincas. La pérdida de competitividad, el aumento de los insumos y la presión impositiva agravan la brecha entre costos y precios de venta.
En septiembre, el tablero de CONINAGRO se tiñó de preocupación: 5 actividades en verde, 8 en amarillo y 6 en rojo, con desmejoras respecto del mes anterior. Los descensos más notorios fueron algodón, que pasó de amarillo a rojo, y peras y manzanas, que bajaron de verde a amarillo, confirmando la tendencia al deterioro.
Los más golpeados
El algodón muestra el deterioro más visible. El productor recibió en promedio 1.438 pesos por kilo, apenas un 10% más que un año atrás, frente a una inflación que triplica esa cifra. La producción cayó 15% interanual y las exportaciones bajaron 12%, mientras las importaciones de fibra se duplicaron.
CONINAGRO colocó al sector en rojo: los márgenes son negativos y las expectativas de siembra para la campaña 2025/2026 siguen en descenso. Algo similar ocurre con el arroz, cuyo precio se mantiene estancado en 200.000 pesos por tonelada, lo que significa una caída real del 50% en comparación con agosto de 2024. Las proyecciones de siembra marcan una retracción del 8% y los productores advierten que la rentabilidad está “en los huesos”, pese al aumento de las exportaciones.
La yerba y la leche pierden
En el NEA, la yerba mate es uno de los cultivos más castigados. La tonelada de hoja verde se paga 280.000 pesos, un 33% más que hace un año, pero muy por debajo de los 450 pesos por kilo que demanda el costo real de producción. Las secadoras y cooperativas enfrentan precios deprimidos, insumos dolarizados y un consumo interno retraído. La producción cayó 12% interanual, mientras que las exportaciones crecieron 52%, mostrando un contraste entre volumen y rentabilidad.
En el caso de la leche, el litro al productor se mantiene en 476 pesos, con una suba anual del 11%, también por debajo de la inflación. Aunque la producción aumentó un 7%, los tamberos denuncian atraso en los precios y dificultades para sostener la inversión en alimentación y energía.
Luces amarillas en Misiones
Entre las producciones frutícolas, peras y manzanas se pagan 1.326 pesos por kilo, apenas un 2% más interanual. La inflación fue de 32%. Los productores de Río Negro y el Alto Valle hablan de “crisis de rentabilidad”, agravada por el encarecimiento logístico.
Las hortalizas también retrocedieron: el kilo promedio se ubica en 819 pesos, 3% menos que el año pasado. El sector forestal, relevante para Misiones, muestra un aumento nominal del 11% (31.523 pesos por tonelada), muy inferior al alza de costos. La exportación crece, pero los precios locales no acompañan, dejando a los pequeños aserraderos y productores de madera en una situación ajustada.
Carne y cítricos resisten
Algunos sectores lograron mantener rentabilidad. En el caso de los bovinos, el novillo se paga 3.132 pesos por kilo y el ternero 3.300, un incremento interanual del 45% que supera la inflación. La producción creció 2% y las exportaciones de carne aumentaron 41%, impulsadas por la demanda asiática.
Los cítricos dulces (naranjas y mandarinas) también muestran signos de recuperación: los precios subieron cerca del 50% interanual, con un crecimiento del 11% en producción y un notable aumento de las exportaciones (+291%). En este grupo se ubican las pocas actividades “en verde” del semáforo de CONINAGRO.

Avícolas, granos y mandioca
En el sector aviar, los precios del pollo y los huevos muestran leves avances, pero aún rezagados frente a los costos de granos y energía. La producción se mantiene estable y las exportaciones cayeron 18%.
En cambio, los granos (soja, maíz, trigo, girasol, sorgo y cebada) tuvieron un mejor desempeño: aumentaron en promedio un 50% interanual y empujaron exportaciones por 42.456 millones de dólares, un 93% más que el año previo. Sin embargo, los beneficios se concentran en grandes productores, con poco derrame sobre las economías regionales. La mandioca, cultivo típico del NEA, mostró un incremento del 45% interanual, ubicándose por encima de la inflación. Pese a la mejora, el consumo interno sigue estancado en unos 2 kilos por habitante por año.
Un mapa desequilibrado
En conjunto, CONINAGRO advierte que el campo argentino está dividido entre sectores que exportan y los que producen para el mercado interno. Las economías regionales, que generan empleo en pueblos y ciudades medianas, son las más vulnerables al atraso de precios.
“El productor hoy necesita más kilos de lo que cosecha para sostener el mismo nivel de vida”, resume el informe, que alerta sobre el impacto social y económico del deterioro de márgenes en el interior del país. Con precios estancados, costos en alza y consumo debilitado, las economías regionales siguen corriendo detrás de la inflación. El nuevo desafío para 2026 será recuperar la competitividad sin resignar producción, empleo y arraigo rural.





