En el Día Nacional del Cambio Climático, el investigador y profesor en Derecho Ambiental de la Facultad de Derecho de la UNNE, Daniel Ernesto Denmont, advirtió que las acciones que se desarrollan actualmente en materia ambiental “no son suficientes” y que la región atraviesa un escenario cada vez más preocupante. Aseguró que los efectos del calentamiento global ya se sienten en todo el nordeste y que los esfuerzos de mitigación deberán transformarse en políticas de adaptación.
“Cada día que pasa estamos peor que el anterior”, reflexionó.
En diálogo con FM de las Misiones, explicó que el fenómeno “impacta a nivel global y en todas las regiones”, aunque el nordeste argentino presenta particularidades críticas. “Estamos sintiendo los efectos del cambio climático en estas últimas épocas: en algunos lugares, sequías; en otros, inundaciones”, señaló. Recordó que en la provincia del Chaco hay zonas que sufren por la falta de agua mientras otras padecen anegamientos, lo que refleja un cambio en el régimen de lluvias. También mencionó “los calores agobiantes” que afectan tanto a las personas como a la flora y la fauna.
El especialista insistió en que los efectos ya son visibles y que “cada vez es más notorio el cambio”. Aunque existen sectores que niegan el fenómeno, remarcó que incluso los países más desarrollados han tomado medidas concretas para enfrentarlo. “Hay negacionistas, pero son cuestiones más de propaganda que de otra cosa. Los Estados Unidos, por ejemplo, toman medidas contra el cambio climático aunque públicamente digan lo contrario”, expresó.
Consultado sobre la posibilidad de revertir la crisis, Denmont fue tajante al afirmar que los resultados no serán inmediatos. “Si hoy se dejaran de producir gases de efecto invernadero, igualmente los efectos que estamos viviendo tardarían en revertirse treinta o cuarenta años”, explicó. Añadió que “ya estamos en una situación de prácticamente no retorno en algunas cuestiones”, por lo que los cambios que se adopten recién podrían verse reflejados “en los próximos veinte o treinta años”.
En cuanto a la deforestación, el investigador reconoció avances normativos, pero subrayó que la pérdida de masa boscosa continúa siendo alarmante. “En la zona tenemos mucha deforestación, que se está tratando de evitar, pero eso no quita que igualmente se produzca. No solo en Argentina, también en Brasil”, advirtió. Explicó que el norte brasileño “fue deforestado prácticamente en su totalidad” y que esa pérdida representa la desaparición de la continuidad del monte que alguna vez conectaba con Misiones.

Denmont valoró la existencia de leyes como la de Bosques Nativos y el ordenamiento territorial que rige en las provincias argentinas, aunque señaló que “aún quedan desafíos pendientes”. En ese sentido, mencionó la reciente normativa de la Unión Europea que prohíbe la importación de productos provenientes de zonas deforestadas después de 2020, como un ejemplo de presión internacional positiva.
El docente consideró que, a nivel global, las estrategias ambientales están cambiando de enfoque. “La política estaba prevista de mitigación y adaptación al cambio climático, y prácticamente hoy en el mundo y también en nuestra región estamos trabajando ya en la adaptación”, explicó. Según dijo, la mitigación quedó superada y el esfuerzo principal se orienta ahora a adaptarse a nuevas condiciones climáticas.
Ese proceso, advirtió, implicará transformaciones profundas en la producción regional. “Va a haber algunas cosas que van a modificarse, algunos cultivos que ya no van a poder hacerse, algunos sistemas ganaderos que podrán continuar o no, dependiendo de la zona”, detalló. Mencionó que ya se observan señales concretas de alteración: “Hay flores o árboles que florecen un mes antes de lo que lo hacían antes. Se nota, se nota todos los días”.






