El 26 de octubre de 2010 una noticia sacudía a San Vicente en particular y a Misiones en general: el exintendente Héctor Carballo, más conocido como “Carballito”, era asesinado a puro plomo por un sicario cuando se dirigía a la radio donde tenía un programa de denuncias.
El cuerpo del otrora jefe comunal sanvicentino, que por entonces tenía 56 años, apareció dentro del Renault 12 celeste metalizado que conducía, recostado sobre el asiento del acompañante. La infortunada víctima no tuvo oportunidad de escapar de los mortales disparos de su asesino.
Según las pericias de entonces, el crimen se produjo alrededor de las 7.30 del día mencionado, del que hoy se cumplen 15 años. Acababa de salir de su casa del barrio Malvinas hacia su radio, FM Libre, cuando un motociclista lo cruzó y le descerrajó cuatro disparos: dos en la cabeza y dos en el pecho. Murió en el acto.

“Él nunca tuvo miedo, siempre andaba solo por todos lados. Me decía que no debía a nadie y que lo que divulgaba en su radio era para el bien de la comunidad”, dijo a PRIMERA EDICIÓN José Carballo, su hermano menor, en el octavo aniversario del crimen.
Se refería a la FM Libre, la radio de la que Carballo era titular en San Vicente y a través de la cual realizaba a diario múltiples denuncias públicas que repercutían en esa localidad y la zona.
Muchos coinciden en que esas transmisiones marcaron para siempre la vida -y la muerte- de “Carballito”, quien incursionó en los medios de comunicación en la década de 1980 de manera curiosa: instaló altoparlantes en una antena de 30 metros de alto emplazada en el centro de San Vicente y comenzó a difundir sus verdades.
Desde entonces lo acompañó la polémica. Se ganó el afecto de muchos oyentes, pero también la enemistad de aquellos a quienes acusaba. Incluso hacía acusaciones íntimas, relataba escenas de engaños entre parejas con nombres y apellidos y vociferaba contra los funcionarios políticos de turno que no eran de su agrado. Sus descalificativos eran frecuentes y fueron motivos de algunas escaramuzas y golpizas que lo tuvieron como protagonista principal.
“Ladrón”, “cornudo”, “sinvergüenza”, “corrupto” eran algunas de las palabras más conocidas del diccionario carballesco, que se escuchaban a todo volumen por los altoparlantes y que luego trasladó a un programa matutino diario en una radio local, la FM Libertad: “Radio la Chacra” se llamaba.
Una vez que inauguró su propia emisora, FM Libre, incursionó en la política. Y casi sin pensarlo (él mismo dijo que no creía que iba a ganar las elecciones de ese año, sino que pretendía sacar una cantidad de votos que le permitiera asegurarse un cargo importante en el Gobierno provincial), el viernes 10 de diciembre de 1999 asumió la intendencia de San Vicente.
Fue un mandato casi efímero y en permanente turbulencia. Apenas 50 días después de asumir, ya estaba enfrentado a los cuatro concejales que habían llegado al poder en su propia lista. En su segundo mes al frente del municipio, no quiso pagarles las dietas y los acusó de “no trabajar”.
En marzo ya tenía una comisión investigadora formada en su contra. El 22 de mayo de 2000, apenas después de seis meses en el cargo, terminó destituido y la Municipalidad de San Vicente fue intervenida. Pero cuando fueron a desalojarlo, él ya se había ido.
Desapareció durante varios años y, a su regreso, aseguró que era un perseguido político y que vivió todo ese tiempo con los “Sin Tierra” de Brasil, que le dieron asilo.
Otra vez en San Vicente, rearmó su radio y volvió fiel al estilo que lo caracterizaba. Y comenzó a hablar de una mafia que se encargaba de
robar automóviles en Buenos Aires y cambiarlos por droga en la localidad, “apañada” por dirigentes políticos locales.
Comenzó a recibir amenazas, pero hizo caso omiso. Hasta que alrededor de las 7.30 del 26 de octubre de 2010, una de esas advertencias se hizo realidad.

Desde el primer momento los investigadores no tuvieron dudas de que el hombre que mató a “Carballito” sabía muy bien lo que hacía y era avezado en el manejo de armas: el homicida gatilló cuatro veces la pistola 9 milímetros y todos los proyectiles dieron en el blanco.
El primero atravesó la boca de la víctima e impactó en la puerta delantera del Renault 12 celeste, del lado del acompañante. El segundo dio en el cráneo y los restantes en la espalda. Los últimos fueron a quemarropa, entre ellos el “tiro de gracia” o de “remate” para asegurarse de la muerte.
Una versión de los hechos indicó que el criminal fingió estar lesionado, tendido en el suelo, y solicitó auxilio a Carballo. Otra, que simuló un desperfecto en la motocicleta y requirió ayuda al exalcalde. En cualquiera de los casos, la víctima cayó en el ardid y esa circunstancia selló su trágico destino.
Desde el principio también estaban definidas las características físicas del sospechoso que habría sido visto en los alrededores poco antes del crimen: un hombre robusto, de unos 95-100 kilos, que vestía pantalón azul, campera negra y mochila del mismo tono.
A cambio, si bien siempre se supo que el sicario era un motociclista, no se hallaron huellas de ese tipo de vehículo en el entorno del auto de “Carballito”.
En cualquier caso, transcurridos 15 años, el asesinato de ribetes mafiosos se puede decir que quedó impune.
El único detenido y sospechoso que tuvo la causa, conocido como “Xhico”, fue liberado un año después del hecho, el 22 de octubre de 2011, por falta de mérito.
Para ese entonces, el Tribunal Penal 1 de Eldorado había declarado nula una prueba decisiva en el expediente: la bala secuestrada en el bar que “Xhico” explotaba en la localidad de Garupá. Según las pericias, ese proyectil correspondía al mismo arma que acabó con la vida del ex intendente. Al anularse como evidencia, el expediente literalmente se derrumbó y las pruebas contra el sospechoso resultaron insuficientes.









