Cada cinco años, el 20 de octubre se celebra por impulso de la ONU el Día Mundial de la Estadística, que en este 2025 alcanza su cuarta edición desde que se estableciera la fecha en 2010.
No hace falta ser matemático o un apasionado de los números para festejar esta efeméride, ya que las estadísticas van mucho más allá de cifras y porcentajes: en realidad, los datos fiables son fundamentales para diseñar políticas eficaces, planificar la economía y fomentar el desarrollo social, especialmente en un mundo tan complejo como el actual y con tanto “ruido” mediático y en las plataformas digitales.
Por eso, establecer sistemas estadísticos confiables (desde la inflación hasta las mediciones de la pobreza, por ejemplo, cada vez más cuestionadas), informar de ellos con transparencia y utilizarlos de forma ética no constituyen “solo” buenas prácticas de gobierno, sino que deben ser defendidas por la ciudadanía como derechos básicos, ya que sobre esos “fríos” números se construyen después las políticas públicas de las que dependen los bolsillos y la calidad de vida de los gobernados.









