El hábito de calentar la comida en un recipiente de plástico o reutilizar una botella de agua descartable podría tener consecuencias invisibles pero significativas para la salud. Así lo advirtió la licenciada en nutrición Florencia Córdoba, quien en diálogo con la FM 89.3 Santa María de las Misiones explicó que el verdadero peligro no es el plástico en sí, sino las sustancias químicas que lo componen, las cuales pueden transferirse a los alimentos bajo ciertas condiciones.
La especialista aclaró que los envases diseñados específicamente para alimentos son seguros, ya que pasan por estrictos controles regulatorios. Sin embargo, el riesgo aparece cuando estos plásticos se exponen a factores como el calor o cuando un alimento permanece en ellos por un tiempo prolongado. En esas circunstancias, componentes químicos del envase pueden “migrar” hacia la comida o la bebida.
El principal problema de salud, según detalló Córdoba, es que estas sustancias tienen la capacidad de actuar en el cuerpo humano como si fueran hormonas, alterando el equilibrio del sistema endocrino. Al ingresar al organismo, pueden imitar la función de hormonas como los estrógenos o las tiroideas, ocupando su lugar pero sin cumplir su función biológica. Esta disrupción, sostenida en el tiempo, está asociada al desarrollo de diversas enfermedades, entre ellas ciertos tipos de cáncer, como el de mama, que tiene una fuerte relación con el sistema hormonal.
El calor es el principal catalizador de esta contaminación. La nutricionista fue enfática al señalar que calentar alimentos en el microondas o en el horno utilizando recipientes plásticos no autorizados es una de las prácticas más riesgosas. El calor ablanda el material y facilita la transferencia de sus componentes químicos. Por ello, recomendó verificar siempre que cualquier utensilio plástico que se vaya a someter a altas temperaturas tenga el sello que lo certifique como “apto para microondas” o “apto para calor”. Ante la duda, la opción más segura es utilizar recipientes de vidrio o cerámica.
Otro foco de riesgo es la reutilización de botellas de agua descartables. Dejar una de estas botellas dentro de un coche expuesto al sol, especialmente en una región con altas temperaturas como Misiones, crea un escenario ideal para la contaminación del agua. Córdoba subrayó que a mayor tiempo de contacto y mayor temperatura, aumenta la probabilidad de que las sustancias del plástico se transfieran al líquido.
Finalmente, la profesional hizo un llamado de atención especial sobre el cuidado de los más pequeños, recomendando a los padres verificar que las mamaderas sean de un plástico apto para ser calentado, ya sea a baño maría o en el microondas. La elección de productos adecuados es fundamental para proteger la salud durante la infancia.




