Uruguay podría convertirse este miércoles en el primer país de América Latina en despenalizar la eutanasia, tras el tratamiento en el Senado del proyecto de ley de “muerte digna”, que busca regular el derecho de las personas a acceder a una muerte asistida en casos de sufrimiento físico o psíquico insoportable.
El texto legislativo, que ya había sido aprobado en agosto por la Cámara de Diputados tras una extensa sesión, llega al plenario del Senado con mayoría asegurada del Frente Amplio, la coalición de izquierda que impulsa la iniciativa. Se espera que, al igual que en Diputados, la votación divida las aguas dentro de los partidos tradicionales, el Nacional y el Colorado, cuyos legisladores expresaron posturas diversas frente al tema.
Entre los votos favorables dentro de la oposición se destacan los de Graciela Bianchi (Partido Nacional) y Andrés Ojeda (Partido Colorado), según informó el diario El País. Por su parte, el colorado Robert Silva pidió licencia para que su suplente, Ope Pasquet —uno de los principales promotores del debate en la legislatura pasada— pueda participar en la votación. “Después de tanto luchar, será parte”, declaró Silva a medios locales.
Durante la jornada, en las barras del Palacio Legislativo se espera la presencia de Beatriz Gelós, una docente de 71 años que padece esclerosis lateral amiotrófica (ELA) desde hace 19 años y que se convirtió en un símbolo de la lucha por la aprobación de la ley. Su historia, marcada por la pérdida progresiva de la movilidad, fue citada por legisladores como ejemplo del sufrimiento que busca atender el proyecto.
También acompañarán el debate organizaciones como Empatía Uruguay y Tenemos ELA, impulsoras de la norma, mientras que agrupaciones contrarias, como Prudencia Uruguay, manifestarán su rechazo.
El proyecto establece que podrán acceder a la eutanasia las personas mayores de edad, con plena capacidad mental, que padezcan enfermedades crónicas, incurables o irreversibles que “menoscaben gravemente su calidad de vida”. El procedimiento contempla ocho etapas, entre ellas la solicitud expresa del paciente, evaluaciones médicas independientes y una ratificación final de la voluntad antes de llevar a cabo el procedimiento.
Los defensores del proyecto argumentan que la ley “regula y garantiza el derecho a morir dignamente”, evitando sufrimientos considerados insoportables, mientras que sus detractores advierten que “la vida no puede ser objeto de disposición personal” y piden fortalecer los cuidados paliativos como alternativa.
De concretarse la aprobación, Uruguay marcará un hito regional, al ser el primer país de América Latina en legalizar la eutanasia, sumándose a naciones como Países Bajos, Bélgica, Canadá y España, donde el derecho a una muerte asistida ya está reconocido por ley.
Fuente: infobae.com








